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Lunes 20 de Mayo de 2013 19:02

New York (II). Un recorrido por algunos clubs de Manhattan

por Leopoldo Simó
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20/05/2013

New York (II)

Un recorrido por algunos clubs de Manhattan

 

NewYork 2

Atardecer desde Top of de Rock, con Central Park en segundo término 

El artículo anterior (y éste que aquí inicio ha de considerarse continuación de aquel) lo terminé diciendo que escribiría sobre algunos de los locales de jazz de New York, de los muchos que hay. Así que voy a ello.

 

También escribí en ese artículo que hay varias guías y webs en las que orientarse y cité el ejemplo de la de Gordon Polatnick, que puede verse en http://www.ny.com/clubs/jazz/.

 

Cuando uno pasa seis días con sus seis noches en New York (como fue mi caso) y es aficionado al jazz querría ir cada tarde o noche a escuchar esta música a un local diferente, pero la disponibilidad no es total, hay muchas cosas que ver en New York y además no sólo de jazz vive el hombre. Y entonces surge la duda ¿elegir local? ¿elegir intérprete? ¿elegir estilo? Pero tampoco es cosa de comportarse como el asno de Buridán, indeciso, y dejar que pasen los días sin haber ido a ninguno de ellos. Claro que también ¿cómo no ir a Blue Note? el club de moda y en el que actúan los más famosos músicos, ¿cómo no asistir a una actuación de la Jazz at Lincoln Center Orchestra que dirige Wynton Marsalis? o ir al 55 Bar, el más antiguo de todos y uno de los speakeasies de los años de la prohibición, o al Village Vanguard o ir a ver la inmensa figura y escuchar la enorme voz de Sweet Georgia Brown (sí, como el famoso tema que compusieron en 1925 Ben Bernie y Maceo Pinkard con letra de Kenneth Casey) en el Arthur’s Tavern o al Smoke que nos describe Elvira Lindo en su libro Lugares que no quiero compartir con nadie o al Small o al moderno Blue Smoke Jazz Standard o a oír música afrocubana o latin jazz al Zinc Bar o a tantos otros. Y como no sería lógico que escribiera sobre lo que no he visto, me limitaré a aquello que he vivido.

 

Casi sobre la marcha (uno de ellos ya lo había reservado antes de emprender viaje) fuimos (el viaje fue familiar) a tres locales muy distintos a escuchar tres estilos también diferentes. Y estos fueron.

 

Una noche en Blue Note

 

Blue Note es uno de los clubs de jazz de mayor prestigio en el mundo (hablo del de NY, también lo hay en Tokyo, Nagoya y Milan). No se trata de uno de esos locales "de toda la vida" que existen en algunas ciudades de Estados Unidos y que tienen un sabor especial, porque abrió sus puertas en 1981, pero actualmente es uno de los más importantes. Basta repasar su calendario de actuaciones para darse cuenta de ello al comprobar que en este club actúan los músicos más célebres. Un club con muy buena acústica y una decoración agradable. Así que fue una de mis elecciones. Además, nuestros días en NY coincidieron con la actuación de Hiromi Uehara en Blue Note. Y si tenía interés en conocer Blue Note, qué decir de las ganas que tenía de ver a Hiromi en directo, después de escuchar grabaciones suyas y verla en algunos vídeos que hay en Internet. Y para evitar problemas reservé mesa con varios días de antelación e hice bien porque el local se llenó. Y allí nos fuimos, a ver y escuchar a Hiromi acompañada por el bajista Anthony Jackson y el baterista Simon Phillips, dos excelentes instrumentistas. Hiromi: The Trio Project. Un concierto en el que tocaron los temas del último CD que ha grabado el trío, Move, y que se acaba de poner a la venta en marzo de 2013. Move es el segundo CD de este trío y el noveno de Hiromi. Un disco que describe el "tiempo de un día", desde el despertar (Move) hasta el final del día (11:49 PM), los últimos 11 minutos antes de medianoche.

 

Blue Note 1

 Entrada de Blue Note

 

Blue Note 2 

Escenario de Blue Note

 

Hiromi Uehara es una joven (34 años) compositora y pianista japonesa, que empezó de niña a dar clases de piano. Los conocimientos adquiridos en su infancia y adolescencia en Japón a los que añadió posteriormente los del Berklee College of Music de Boston (donde fue alumna de Oscar Peterson y Ahmad Jamal) y sus cualidades innatas han hecho de ella una auténtica virtuosa del piano con una técnica depuradísima. Es capaz de embelesarte tocando temas melódicos o de música clásica, u otros más rítmicos en los que todo su cuerpo se llena de energía y es entonces cuando miras a sus manos y da la impresión de que el número de sus dedos se duplica. Uno se pregunta cuánta disciplina y cuántas horas de ensayo hay detrás de su virtuosismo. Como alguien ha dicho sobre la actuación de Hiromi: "brutal".

 

¿Cómo catalogar su estilo? La propia Hiromi ha dicho: "No quiero poner un nombre a mi música. Otras personas pueden darle un nombre a lo que hago. Es sólo la unión de lo que he estado escuchando y lo que he ido aprendiendo. Tiene algunos elementos de música clásica, tiene algo de rock, tiene algo de jazz, pero yo no quiero darle un nombre".

 

Para mí y creo que para cuantos estábamos allí será una noche difícil de olvidar. La vida se compone de instantes y algunos hay que gozarlos al máximo. Resultó espectacular ver a este trío. Lástima que, como se sirven cenas (el público podría ir ya cenado o hacerlo después, New York es la ciudad que nunca duerme), el ruido de los platos resultaba algo molesto, sobre todo en los temas más suaves y melódicos, como fue en la interpretación de Fantasy, el segundo de los temas que componen la Suite Escapism.

 

Un ambiente agradable en Arthur's Tavern

 

Pues también nuestra segunda noche de jazz fue un gran acierto. Me gustó mucho tanto el local como la música que escuché en él. No pude ir a ver a Sweet Georgia Brown, como era en principio mi deseo, porque sólo actuaba jueves y viernes. El jueves fue el día de mi llegada y resultó complicado y el viernes tenía reserva en Blue Note. Pero lo que vimos y escuchamos nos entusiasmó.

 

Empezaré por el local. Arthur's Tavern es un pequeño bar/club, inaugurado en 1937, ubicado en el West Village (como muchos otros) y que tiene un encanto y sabor especiales. Su programación es más o menos fija y es de los pocos en que no se cobra la entrada y las consumiciones tienen un precio bastante asequible. El local estaba lleno, pese a que el día era lunes, con un ambiente juvenil, simpático, informal y muy agradable.

 

Arthur's Tavern 1 

Entrada de Arthur's Tavern

 

Arthur's Tavern 2 

El magnífico ambiente de Arthur's Tavern

 

Esa noche tocó un grupo de House Rockin' Blues (así estaba anunciado), formado por James Lewis (guitarra y voz), Francesco Beccaro (bajo) y Jason Patterson (batería), que cautivó con su música a cuantos allí estábamos. A ellos se unió en algunos temas otro joven cantante (supongo que amigo del grupo) con una extraordinaria voz. Además, nosotros tuvimos la fortuna de conseguir una mesa en primera línea, junto al escenario, y apreciar de cerca sus interpretaciones.

 

Lo que no acabo de entender es esa costumbre de anteponer el término House a muchos estilos o géneros de música, desde que se empezó a denominar Chicago house y más tarde house music a un tipo de música disco hacia 1980.

 

Desde que John Mayall, allá por la segunda mitad de la década de 1950, aprovechando el éxito que ya había alcanzando el rock, comenzara a fusionar el jazz y el blues con el rock, han sido muchos los intérpretes y los grupos que han hecho este tipo de música, empezando por el propio grupo que creó Mayall, John Mayall & the Bluesbreakers, en el que tocó Eric Clapton antes de crear Cream junto a Jack Bruce y Ginger Baker, todos ellos británicos. Cream (que yo descubrí en aquella época a través de mi hermano Fernando) fue una banda magnífica y mítica que marcó el camino a muchas otras, aunque sólo durara poco más de dos años, entre 1966 y 1968 (los tres se han vuelto a juntar posteriormente en algunas ocasiones puntuales y ya dejo de hablar de Cream porque de seguir haciéndolo puede alargarse este post en demasía).

 

Este estilo (rockin' blues) se ha denominado a lo largo del tiempo de varias maneras, jazz-rock, blues-rock, electric-blues o blues contemporáneo, siempre teniendo en cuenta que su origen es el rhythm and blues (R&B). Esta clase de fusiones son difíciles de clasificar. Y si hacemos caso de la cantidad de nombres que se vienen dando últimamente a distintos (?) géneros de música dentro del jazz, del blues y del rock, se podrían llenar varias páginas sólo con relacionarlos. No soy muy amigo de tanta "atomización". El caso es que la banda que vimos en Arthur's Tavern me impresionó muy gratamente. Y aquí dejo el enlace a un vídeo de una de sus actuaciones de aquella noche.

 

La última noche a Village Vanguard

 

Y en esta ocasión, nuestra última noche en NY, mis expectativas no acabaron de satisfacerse del todo. Y no es que no me gustara el local o el grupo que tocó esa noche, pero intentaré explicarme. Village Vanguard es un club muy famoso, de los más antiguos que existen, se inauguró en 1925 cuando el jazz en NY empezaba a estar en sus mejores momentos. Es un local agradable, con una iluminación cálida y buena acústica y los músicos que escuchamos son realmente buenos, se trataba de Terell Stafford Quintet, con Terell Stafford a la trompeta, Tim Warfield en el saxo, Bruce Barth al piano, Peter Washington con el contrabajo y el baterista Dana Hall, todos ellos grandes músicos.

 

 Village Vanguard

Entrada de Village Vanguard

 

Terell Stafford es uno de los mejores trompetistas estadounidenses del momento y actualmente es Director de Estudios de Jazz y de la Cátedra de Estudios Instrumentales en la Universidad de Temple. Durante varios años tocó en la banda del pianista McCoy Tyner, quien le introdujo en el estilo Bebop. También estuvo tocando en la Jazz at Lincoln Center Orchestra, que dirige Wynton Marsalis y es posible, al menos es mi impresión o me inclino a creerlo, que Marsalis le haya contagiado o imbuido esa seriedad y disciplina características de su orquesta que hace que el músico se distancie un poco del público y no conecte con él. Y para mí, no cabe duda, el jazz en directo necesita de una conexión músico-público que en esta ocasión no se dio. Así que, aun reconociendo la gran categoría de los músicos, el concierto resultó algo frío. Creo que hasta abusaron de los "solos" sin la ligazón necesaria y en detrimento del concepto armónico que ha de tener cualquier interpretación musical. Quizá también la seriedad que transmitían los músicos (todos ellos encorbatados) y que el local no estuviera lleno contribuyeran a esa frialdad.

 

 

Y ese fue mi recorrido por los clubs de jazz de Manhattan. Me hubiera gustado ampliarlo a más locales, pero no pudo ser por falta de tiempo. Estuve en algunos otros, fuera de horario de actuaciones y sólo por conocerlos ¿con vistas a un próximo viaje? no es fácil, pero nunca se sabe. Como decía Jacques Vaché, "los viajes forman a la juventud" (y a los demás también, añado).

 

 

 

 

Ultima modificacion el Viernes 19 de Septiembre de 2014 17:00
Leopoldo Simó

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