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Secretos,voces y murmullos del tango rioplatense
Secretos,voces y murmullos del tango rioplatense

Secretos,voces y murmullos del tango rioplatense (23)

En época anterior a esta en los centros nocturnos en general y en especial en las academias, se destacó la creatividad de los intérpretes, como algo que caracterizó a la etapa primitiva, anterior a La Guardia Vieja.

Nos encontramos con que hacia los años 1910, ya en los tiempos de La Guardia Vieja, empezó a emplearse la música escrita; es decir, las partituras. Esto constituyó un factor que influyó notablemente en la difusión de ese género, pues de esa manera ese ritmo se expandía, iba de un lado a otro y se podía interpretar en muchos ambientes. Al mismo tiempo, se daba a conocer en otras partes de la ciudad y más allá del suburbio.

Cada vez más se iban abriendo distintos salones donde al principio llegaban trabajadores del puerto y sus alrededores, pero con el paso del tiempo, se reunía un público muy variado, donde se bebía caña de origen cubano y otras bebidas, donde actuaban payadores y orquestas tangueras.

En esos ambientes a veces se contaba con un pianista estable que integraba las distintas orquestas que animaban esos sitios; en ocasiones, el pianista era valorado por su ejecución y llegaba a hacerse famoso.

En cuanto a los salones, se nombran “El Talar”, “La Enramada” y otros, adornados con guirnaldas y farolitos. Otro muy famoso era el “Plus Ultra”. Pero saliendo de las zonas del bajo, también en distintos barrios había sitios semejantes: “Puerto Rico”, “Los Farolitos”, “La Estrella del Norte”, “Fusco”, “La Alegría”, “La Paloma”, “El Aeroplano”, “El Farol Rojo” o “Los Rosales”.

Para reflejar una opinión acerca de esta danza, la expresamos con uno de los versos del poeta uruguayo Fernán Silva Valdés:

Yo no nací para el canto

Porque nací pa ´bailar

Para tangos, los primeros,

Hasta el novecientos diez

Los que vinieron después

Son cantos con gusto a coca

Si la caña es pa´ la boca

El tango es para los pies.

Lunes 23 de Octubre de 2017 18:43

4. El barrio Villa Española

por María Mirna Rugnon Paiva

Y si de remembranzas se trata, se puede recordar uno de tantos barrios montevideanos donde convivían criollos y extranjeros, uno de ellos es el denominado “barrio Villa Española” donde habitaban, como lo dice su nombre, españoles vascos que tenían tambos y pequeñas quintas, donde cultivaban verduras, o fabricaban pan. Eran barrios de obreros, donde los criollos escuchaban la música de los foráneos, sonidos de sus aldeas muy lejanas, compartiendo con los criollos sus festejos y sus recuerdos.

Los montevideanos los respetaban, recibían su amistad y su cultura y al mismo tiempo los emigrantes aprendieron a querer esta tierra. De ello derivó que comenzaron a formar tríos de bandoneón, contrabajo y guitarra. Y de ahí, en ocasiones surgían orquestas de tango, como la del maestro Carusito. En ese medio surgió Agustín Pucciano, quien tuvo un rol importante en la radiotelefonía y en su Villa se organizaron concursos de cantantes y orquestas. De esos eventos aparecieron personajes que con el paso del tiempo se volverían famosos como Carlos Roldán, Mario Rivero, o quien sería un director de orquesta típica, Donato Racciatti.

Es importante hablar del ambiente montevideano de aquellas épocas, propicio para la intelectualidad y la cultura, viene al caso mencionar a la escritora Josefina Serena Acevedo de Blixen, quien en su artículo “La ciudad de los círculos”[1], dice así:

Desde que anochecía, a esa hora de luz intermedia […] en librerías, almacenes mayoristas, farmacias, confiterías empezaban a formarse los círculos de amigos. Porque Montevideo era, como Madrid, una ciudad de círculos y tertulias. La gente amaba el conversar y había pocos club donde reunirse y desde luego menos cafés que hoy. Aquellos eran círculos casi formales, a los que los contertulios asistían como si con ese acto cumplieran un deber. Eran grupos a los que unía a menudo un entusiasmo común o una similar manera de pensar, o hasta quizás un interés compartido […]

 


A estas reuniones acudían literatos, historiadores, políticos, poetas, filósofos, profesores, estudiantes y periodistas.

En la misma publicación referida, aparece un artículo “El Polo Bamba”[1] del historiador y sociólogo Alberto Zum Felde, extraído de su publicación Proceso intelectual del Uruguay, se refiere a un café, situado en el centro, muy famoso y representativo de esa vida bohemia llamado “Polo Bamba”. Leemos lo siguiente:

El “Polo Bamba” tiene derecho conquistado a ocupar una página en la historia de nuestras letras. Fundado por Severino Román un gallego empeñoso […]

El carácter especialísimo del propietario -su afición a los intelectuales, unida a su bonhomía económica- determinaron la corriente simpática que llevó a congregarse en el Polo Bamba de 1900 a 1915, a toda la generación literaria que seguía las nuevas tendencias, haciendo de él un Ateneo de la Bohemia […]

[…] el viejo Severino, como le llamaban familiarmente, era uno de los más animados contertulios de su propia parroquia. Encantado de respirar aquella atmósfera cargada de electricidad mental, iba de un grupo a otro, participando de las discusiones, escuchando las lecturas, emitiendo sus opiniones absurdas, prodigando sus frases funambulescas. Porque Severino hizo de la incongruencia el cetro de su reino extraño.

En ese mismo sitio, se abrió después el café “El Tupí Nambá”, donde se reunían los intelectuales de Montevideo, fundado por San Román –hermano de Severino–, el propietario del Polo Bamba. En el esplendor del Novecientos, por las mesas del Tupí pasaron toreros, cantantes, políticos, deportistas, inmigrantes escritores, músicos. El Tupí fue cerrado en 1959.

 




[1] Zum Felde, Alberto. Proceso intelectual del Uruguay. pág. 19.

 

 



[1] Acevedo de Blixen, Josefina. “Color del Novecientos”, Capítulo oriental. Montevideo: Editor de América Latina-Biblioteca Uruguaya Fundamental. 1968. p. 19 .

 

Lunes 05 de Junio de 2017 17:05

2. Dúo Gardel-Razzano

por María Mirna Rugnon Paiva

A principios del siglo veinte ‘El Mago’ venía desarrollando su carrera artística con el género de música nativa. En el transcurso de la etapa de La Guardia Vieja, conformó un dúo con José Razzano –intérprete uruguayo de canciones gauchescas– en 1911, este dúo llegaría muy pronto a la fama.

 

Ese auge de lugares para el ocio era el ambiente propicio para ellos, así empezó a cantar el dúo Gardel-Razzano, actuando en distintos lugares públicos y en general donde obtuvieran un contrato, buscaban ganarse la vida, en las dos capitales, tanto en Montevideo como en Buenos Aires.

Hacia 1915, tuvieron la oportunidad de debutar en el teatro Royal, en Montevideo y empezaron a hacerse conocidos mediante la interpretación de canciones nativas, antes de comenzar a cantar tangos. Acerca de esta presentación, cabe relatar dos anécdotas: sobre la personalidad de Carlos Gardel.

 

La primera anécdota es la siguiente: frente a donde iban a actuar, en el Teatro Royal, se había colocado un pasacalles con el nombre del dúo Gardel-Razzano, como publicidad y cuando Gardel vio el pasacalles, le dijo a Visconti –gerente del teatro Royal–: “Che, ¡se van a creer que soy Carusso!”

La segunda anécdota es esta: El teatro, Royal, en aquella noche, se venía abajo de tanta gente, los aplausos y las ovaciones eran interminables; cuando finalizó la función, Carlos estaba en el camerino llorando de emoción, cuando

llegó Visconti a felicitarlo, Gardel contestó: “Todo esto te lo debo a vos”. Es de resaltar la modestia y sinceridad del artista.

 

 


 

Lunes 05 de Junio de 2017 17:04

1.2 Las “Pensiones”

por María Mirna Rugnon Paiva

Formando parte del crecimiento y progreso de los países, se instalaban grandes industrias en las orillas de las ciudades, es entonces que los sitios de vida nocturna donde se escuchaba y bailaba el tango, se van desplazando al centro. En esas circunstancias, a comienzos del siglo XX aparecieron también otros puntos de reunión, denominados las “pensiones”, parecidos a las academias pero, en este caso, eran establecimientos muy frecuentados por los hombres, no solo de las orillas, sino de distintos ambientes aún provenientes de otros sectores de la ciudades, por otra parte, existía la creencia de que concurrir a esos lugares y saber bailar era una muestra de machismo. Lo importante era el baile y la figura central era el hombre, la mujer, en cambio era como una ayuda para exhibir él su destreza de bailarín. Se acostumbraba diferenciar la forma de bailar los uruguayos y los argentinos, se decía por ejemplo, que en el tango uruguayo los pasos eran más largos y en el tango argentino, más cortitos. De allí salió un dicho que era el siguiente. “Abran cancha que baila un oriental (uruguayo)”.

La característica del tango arrabalero en cuanto a la improvisación de la música y en parte en la danza, que se desarrolló, especialmente en las Academias, va desapareciendo en buena medida; no se va a dar de allí en adelante al comenzar la interpretación musical con el empleo de las partituras.


Ya en el año 1900, terminando el siglo XIX, se cierran las Academias, de éstas queda como el rasgo inolvidable, que aquella música de tango significaba una expresión de una gran creatividad y un arte auténtico, los músicos resultaban ser unos artistas verdaderos. Y casi todos los pasos en la danza datan de esa época. Representó un cambio muy trascendente en la interpretación de la música e igualmente en la danza.

Por eso se puede concluir, que finalizando con el siglo XIX, una etapa del tango, que puede calificarse como “primitiva”, vinculada a los estratos menos favorecidos de la sociedad; para dar comienzo, con el siglo XX, a la siguiente faz, en la cual, sale de los suburbios, para tomar por asalto la ciudad entera, convirtiéndose poco a poco en una verdadera pasión popular.

Este proceso tenía como marco la continuación del referido progreso del país, tanto en la capital como en la campaña, durante las primeras décadas del siglo veinte. Época en que empieza a apreciarse, dentro de las costumbres citadinas, el desarrollo del ocio, respaldado en un mejoramiento de la economía, desembocando en una vida más amable.

Se inicia con un paulatino despegue de distintas actividades de esparcimiento en las horas del día y en la noche: se expande así la vida nocturna en otras partes, más allá de las orillas. Por toda la ciudad se abrieron salones para escuchar música, canto, centros nocturnos, cafés, en fin sitios donde actuaban excelentes artistas, o también donde bailaba el público asistente.

Se agrega, además, el crecimiento del género teatral, que, aún cuando ya se conocía desde tiempo atrás, –el clásico y emblemático Teatro Solís se había inaugurado en 1856– participaba en ese desarrollo del ocio con obras de renombre de autores acreditados, nacionales y extranjeros. Era frecuente que actuaran artistas europeos. Por ejemplo, en 1903, cantó en Montevideo, el famoso tenor italiano Enrico Carusso ante un público tan culto que podía percibir cuándo una nota musical no salía exactamente como debía ser.

En fin, se cultivaba la afición al ritmo tanguero, en ambientes con otro carácter muy diferente al anterior, eran sitios creados para el entretenimiento, populares, a donde concurría un público variado. Además el espectáculo se alternaba con payadores –que era el canto y la música nativa, sus improvisaciones y canciones sobre la vida en el campo - siendo las formas musicales el estilo, la milonga y el vals criollo, entre otros, La pulpera de Santa Lucía. Es así que el tango, entre 1915 y 1920 tenía cada vez más difusión, convirtiéndose en una expresión cultural masiva, que llegaba a todas las capas sociales, fenómeno acentuado por el comienzo de la era del tango cantado en 1917.

1. Características generales

La Guardia Vieja constituye la primera etapa, se extenderá por veinte años, entre 1900 y 1920; coincide en algunos años con la Primera Guerra Mundial, con la Revolución Rusa y en algunas partes del mundo, con el principio de la lucha por la conquista del voto femenino.

Durante este período tienen lugar importantes progresos: se inicia la era del tango cantado con la voz de Carlos Gardel, y en 1917 se da a conocer La Cumparsita, considerado “El himno de los tangos”. También van a aparecer las partituras.

 

 

También se disfrutaba de los géneros venidos de Europa, como el vals, la polka, la ópera, estos se presentaban especialmente en los teatros y en reuniones en casas particulares. Paralelamente seguía evolucionando el tango. A principios del siglo XX, pocas letras de tango, estaban escritas, y las que se conocían, reflejaban la vida en los arrabales, con temas de mal gusto, desfachatadas o con lenguaje procaz, que no trascendieron. Por otra parte, no se elaboraban las partituras y tampoco se había iniciado la grabación. Hacia el final de esta era, las letras van a cambiar para volverse melancólicas.

Igualmente, en esos primeros años del siglo veinte, en el comienzo de la era de la Guardia Vieja, se empezaron a escribir las partituras, de manera que la música de los tangos, se iba haciendo conocida en diferentes ambientes citadinos. Justamente este adelanto constituyó otro factor para que aquellas partituras, contribuyeran, en gran medida a que el ritmo saliera del suburbio. Siguiendo con la secuencia, años después, se iba a incorporar la técnica para la grabación, que en sus inicios constituyó otra novedad, y otro paso más que contribuyó indudablemente a la difusión de este género musical.


 


En el marco de los cambios políticos operados, de las pautas de progreso, de las innovaciones y otros sucesos acaecidos desde el origen de la música del tango, década del 1860, hasta el año 1900, se resume lo siguiente:

a) El escritor Vicente Rossi nos cuenta que “tango” era el nombre que los esclavos africanos daban a sus tambores, desde la época de la Colonia, a principios del siglo XIX. También empleaban la voz “tango” para nombrar los sitios en que ellos se reunían a bailar, en fechas como en la época de Carnaval o el día de Los Reyes Magos.

b) Entre 1860 y 1870 se ubica el surgimiento del tango orillero, como su nombre lo dice, nacido en las orillas de las capitales rioplatenses, en particular en los bajos fondos, como música que se escuchaba y se bailaba en los suburbios, en burdeles, cafetines y centros nocturnos. En ese entonces la letra, si acaso existía, no revestía importancia y tampoco trascendió.

c) En general se puede advertir que las escasas letras de los tangos más antiguos hablan de infidelidades, de amores, de traiciones, de sentimientos, o de comportamientos y costumbres vinculados a los lugares marginales, donde surgió y se desenvolvió este género, pero esto no quiere decir que en aquella sociedad y en aquella época no existieran el amor sincero, la vida sana de familia, la honestidad en general, el trabajo honrado o el progreso.

d) Brotó en esa sociedad conformada por criollos y emigrantes europeos. En los primeros tiempos, no se conocía más allá del arrabal.

e) Avanzando en el tiempo, a lo largo de las dos décadas, desde 1880 hasta el fin del siglo XIX, este ritmo se oía y se bailaba en los conventillos y se enseñaba la danza en otros establecimientos como las Academias de Baile.

Figura 21. Estación de Ferrocarril. Construida por el Ingeniero Luis Andreoni, inaugurada el 23 de junio de 1897.

f) En Buenos Aires, surgen establecimientos similares, que se denominaron los “Peringundines”.

g) En Montevideo, había varias academias de baile, pero más famosa sería la llamada “San Felipe y Santiago”. A propósito, el escritor argentino Jorge Luis Borges afirmó que fue, precisamente, en esta Academia en Montevideo, donde nació el Tango.

Figura 22. José Pedro Varela Reformador de la Enseñanza

h) Lo interesante a destacar sobre las Academias de Baile, era la originalidad de los músicos quienes, si bien no conocían las partituras, resultaban ser unos verdaderos artistas e igualmente se destacaba la creatividad de los bailarines, que trataban de seguir la música con los diferentes pasos, de ahí la aparición de “los cortes”, “las quebradas” y otras figuras.

i) Al culminar el siglo XIX, en 1900, desaparecen dichas academias y con el comienzo del siglo XX, estamos ante el despegue de la era de La Guardia Vieja.

j) Es del caso señalar, que a lo largo de la época primitiva, así como en la posterior etapa de la Guardia Vieja y durante la era de la Guardia Nueva, y los tiempos que siguieron, no perdía vigencia, especialmente en el campo, otro género, antes mencionado, cuales son las tonadas y canciones que recogían temas de la Payada, acompañadas por la guitarra, cuyos títulos, eran, por ejemplo La mañanita, Me dejaste, Mi madre querida, Brisas de la tarde, temas de la música nativa, inspirada en la vida y las costumbres de la campaña.

Sábado 08 de Abril de 2017 08:58

14. El tango en París

por María Mirna Rugnon Paiva

Como breve introducción al tema del tango en París es pertinente señalar que, en los comienzos del siglo XX, las clases más acomodadas, en Uruguay y en Argentina trataban de imitar el estilo de vida de la Belle Epoque.

La riqueza del alto comercio, por ejemplo, se refleja todavía en las construcciones de la zona del Prado o del Paso del Molino, barrios de Montevideo en donde las casas, a veces mansiones, así como el mobiliario, las modas, en general, así como las costumbres e ideas eran  venidas de Europa.

Era en esa misma época, cuando las familias rioplatenses acomodadas, en épocas de descanso, hacían viajes a Europa por barco, ya que en esos tiempos era el único medio.

 


Figura 20 Tango en París


En esos primeros años del siglo veinte, los trabajadores se fueron organizando en sindicatos, luchando para obtener conquistas laborales, dado el surgimiento de grandes empresas. De ese entonces data la fundación de una Federación Obrera en Uruguay.

Por otro lado, sucedió que en 1905, Enrique Saborido uruguayo, creó un academia para enseñar a bailar tango, en París, así fue entonces, cuando Ángel Villoldo, payador y Alfredo Gobbi, llevaron, por primera vez, partituras del tango a la capital francesa.

De allí derivó que, tiempo después, los marineros continuaron haciendo llegar periódicamente la música del tango a París, es decir, las partituras, lo cual tuvo una muy buena acogida en sitios nocturnos. Se ha dicho que allí, nuestro género musical recibió alguna influencia de lo apache, en cuanto a que la mujer bailaba con una falda corta. Y con esa falda bailaban el tango en la región rioplatense.

Este ritmo llegó a Alemania, Italia, Inglaterra e inclusive, según algunos autores, a Rusia, de ahí que se ha dicho que en Europa se conocía el tango antes de la Primera Guerra Mundial.

Sería tan conocido que los tangófilos afirman que hasta la Iglesia se ocupó del tango ya que el Papa Pío X prohibió esa música, años más tarde, cuando el Vaticano conoció mejor ese ritmo levantó la prohibición.

 

Recopilando, encontramos que los escenarios del tango también fueron al principio cerca de los cuarteles, después estaban en los cafetines danzantes portuarios, en los bajos fondos; luego va llegando a los patios de los conventillos y así se seguía expandiendo por la ciudad.

Figuras 18 y 19 Tango Orillero

Se caracteriza por ser una tonada, que es bailada, con preferencia por los compadres y los compadritos, prototipos de los arrabales; ritmo de mucha aceptación por tratarse de que, los sitios de esparcimiento, los suburbios, eran frecuentados por una población predominantemente masculina. Pero, con el paso del tiempo, el tango se hará conocer en los hogares, se va a imponer en los cabarets y de ahí en adelante se hará conocer más allá de fronteras, conquistando varios países sudamericanos, parte de Europa y EE.UU.

Hacia la década de 1910 a 1920, poco a poco, se empiezan a conocer, en las dos capitales, sitios nocturnos, denominados Cabarets; en Montevideo, al principio, los más famosos, eran el Pigall y el Moulin Rouge, ubicados en la zona céntrica, decorados al estilo de los europeos, se trata de lugares más acordes con los gustos de la franja social que empezaba a aceptar el tango. A esos sitios se va a bailar, a tomar una copa, a ver un espectáculo, a disfrutar una velada en pareja o con amistades.

Pero la clase alta y la burguesía ofrecían gran resistencia a aceptar este género musical debido a los lugares donde se escuchaba y por la manera de bailarlo, considerándolo, ligado a la mala vida y atentatorio de las buenas costumbres. Aunque los jóvenes de esas familias acomodadas, solían disfrutar de la vida nocturna, frecuentar los suburbios, y bailar el tango.


 

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