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Últimamente me ha dado por las tartas altas y ¡cuanto más altas mejor! Lo malo es que luego hay que transportarlas y, para que se muevan lo menos posible, acabo pinchándolas con una pajita cual cirujano. Además cuando me toca llevar una de estas tartas en coche, el gran Murphy (el único sabio que me parece sabio de verdad) entra en acción. Hasta el conductor más pacífico del mundo saca el Kimi Raikkonen (sí, lo he tenido que mirar en la Wikipedia, porque de ortografía del país de dónde sea el muchacho éste no voy muy bien) que lleva dentro y pisa baches y socavones que yo juraría que antes no había, pega frenazos para evitar atropellar a la viejecita con el bastón que, como va a lo suyo, cruza con el semáforo en rojo, etc, etc. Eso se traduce en que yo contribuyo a que el coche parezca un carrito del parque de atracciones con mis gritos y mis malabarismos.
Todo esto teniendo en cuenta que solo soy capaz de transportar estas tartas porque una amiga de mi hermana fue un día a Ikea y nos compró una tartera que es del tamaño de... un fregadero. El día que la vi aparecer en casa con semejante tarterón me quedé de piedra, y eso que yo sonrío con CUALQUIER regalo, me guste o no, pero aquella tartera me dejó atónita. Ahora no sé qué haría sin ella y hasta la he bautizado: es "La madre de todas las tarteras" y se ha subido en más coches y ha visitado más casas que un cartero. Voy a coger complejo de abuelilla, todo el día con la tartera a cuestas.
La tarta de hoy llevaba queriendo hacerla desde que me llegó el libro "BAKED: New Frontiers in Baking", y vi este pedazo de tarta de tres pisos espectacular con un relleno atípico subida a un pedestal. Normalmente hago estas monstruosidades de tartas de dos pisos en lugar de tres y en un molde más pequeño porque haciendo la receta original salen unas tartas de 3 kilos y mi hermana me acaba echando la bronca y diciéndome que no quiere ver más tarta en casa. Claro, con 3 kilos de tarta me da para alimentar a todo el edificio, pero todavía no estoy tan mal como para ir regalando trozos de tarta de puerta en puerta. Es que realmente esto de hacer un blog de dulces tiene sus complicaciones: mi madre me dice que para no coger 10 kilos que haga lo que quiera, que ella ya lo repartirá. Pero claro, una vez que lo haces lo suyo es probarlo y, si lo pruebas, normalmente te quedas con ganas de más. Y lo suyo también es cortar un trocito para hacer una foto en la que se vea cómo queda la tarta, pero regalar una tarta a la que le falta un trozo....como que es un poco cutre... Por eso las hago cuando puedo llevarlas a algún sitio y reducir su tamaño. Pero cuando me puse ayer a pasar de tazas a gramos la receta, la foto de la otra cara me estaba llamando y no hacía más que decirme: tres pisos, tres pisos, tres pisos, así que al final hice caso a la voz, aun sabiendo que para hacer tres bizcochos tendría que hacer dos hornadas porque mi horno es pequeñito. Hechos los tres bizcochos vuelve a entrar en juego Murphy porque recibo un mail diciendo que la barbacoa, para la que estaba haciendo la "gochada de tarta", que es como la he empezado a llamar, se ha cancelado. ¿Ahora cómo me deshago yo de semejante tartón? Porque no estoy dispuesta a ir a todos sitios con mi tartera repartiendo trocitos... Lo que está claro es que a todo el que vea hoy le cae un trozo de "tarta gocha", así que igual en el fondo, no hay mal que por bien no venga. Esta tarta acabó siendo más alta que ancha y realmente lo que más tiempo lleva es pelar las dichosas nueces, que además te dejan las manos llenas de cortes - igual eso me pasa solo a mí que soy un poco patosa y tengo propensión a los golpes/arañazos/cortes y demás. Para que os hagáis una idea, me tropiezo hasta metiendo un pie dentro de la pierna del pantalón de la pierna contraria y de pequeña me dedicaba a romper las mangas de todas las camisetas al engancharlas en los pomos de las puertas de toda la casa, por no hablar del día que la cremallera del pantalón se me quedó enganchada de la mochila de un chico en la cafetería de la escuela... ¡De hecho estoy segura de que si intentase hacer todas esas cosas queriendo, no me saldrían! Esta tarde he probado por fin la tarta y creo que me equivoqué al pasar de tazas a gramos con el coco rallado y eché demasiado, porque el relleno estaba demasiado denso para mi gusto, y estos bizcochos piden algo más jugoso. Además en lugar de usar leche evaporada usé nata, que había leído en un blog que era un posible sustituto de la leche evaporada, así que no sé si eso ha tenido algo que ver también en la consistencia del relleno, pero llega un punto en el que no se puede tener de todo, y ya me ha tocado comprar cosas de lo más "raras". A mi hermana le ha tocado buscar ruibarbo por TODAS las fruterías de Madrid y le han llegado a decir hasta que aquello no era una fruta sino un pescado.... y yo juraría que el día que fui a comprar leche en polvo para otro invento de estos, la cajera del supermercado me miró con cara de: hija, se te han olvidado los pañales, están en el pasillo de la derecha. Ahora entiendo por qué la siguiente vez que fui, me da todo decidida los puntos y yo pregunto ¿estos puntos para qué son? A lo que América Lucrecia me contesta: para un balón de fútbol, y yo: ¿y para qué quiero yo un balón de fútbol? y América Lucrecia me dice todo decidida: para sus hijos! A ver, América, si el otro día compré leche en polvo no creo que estén ya en edad de jugar al fútbol!!
PD. Esta es una página web que he creado con mi hermana: www.hermanasarce.com
El otro día una amiga del trabajo me pidió la receta del brownie (éste) que es incluso mejor que los donettes: si lo repartes ¡te salen amigos por todas partes! Le pasé la receta y me dijo que no sabía si su molde era del tamaño del de la receta, a lo que yo contesté: no pasa nada, calculas la superficie de tu molde, la del de la receta, divides la pequeña por la grande y multiplicas los ingredientes por la fracción que te sale. A mí me pareció una contestación de lo más normal, pero, por su cara, vi que ella estaba arrepintiéndose hasta de haberme preguntado y efectivamente me contestó: ¡ayy eso me pasa por rodearme de ingenieros frikis! Yo, todo convencida, le dije que no era contestación de ingeniera, sino de persona con sentido común y me propuse demostrárselo, así que al llegar a casa pregunté a mi hermana y a mi madre y, muy a mi pesar, coincidieron con mi amiga.
Aún así, yo no desistía y, como buena Aries cabezota que piensa que tiene razón, seguí preguntando a diestro y siniestro si esto era algo lógico o cosa de frikis y digamos que las respuestas no fueron las esperadas.... Me han llegado hasta a decir que no todo el mundo sabe que el área de un círculo es πr2, con lo cual, cómo para ponerse a encima calcular las proporciones... Vamos, que a nadie le ha convencido mi teoría de que para que el brownie te quede con la consistencia perfecta, con la proporción justa de zona jugosa y zona crujiente, tiene que tener el mismo espesor que el de la receta, ni la de que en las tartas de varios pisos también importa la altura de los bizcochos y la proporción de relleno/cobertura-bizcocho
Por eso, aún asumiendo el calificativo de friki, que no me importa lo más mínimo asumir (con eso de ser fan de "El señor de los anillos", haber leído unas cuantas sagas de fantasía, y haber visto star wars unas cuantas veces, ya me lo tengo más que merecido), os hago la misma pregunta que llevo haciendo unas cuantas semanas al personal: ¿ Es lógico calcular el área del molde que vas a utilizar para calcular la proporción de los ingredientes que tienes que utilizar?. Por favor, que alguien conteste que siiiiii. En realidad lo de que es lógico ya me han admitido que lo es, lo que no me admite nadie es que es lo que haría todo el mundo...
Hoy ha tocado sacar la calculadora para hacer tiramisú. Está muy visto y es muy fácil, pero está tan bueno que cada vez que voy a un italiano lo acabo pidiendo y el otro día compré una tarrina de mascarpone que lleva llamándome a gritos toda la semana para que haga algo con ella. Así que he buscado la receta más clásica que he encontrado, la del libro de recetas "La cuchara de plata", que está en mi lista de futuras compras y el resto es historia.
Las que pronto van a ser historia son las tacitas de tiramisú que tengo en la nevera, porque, con el olor que tengo en las manos de café y chocolate, no sé si seré capaz de aguantar las 3 horas de nevera de rigor. Lo he puesto en tacitas por dos razones: la primera porque como la tarrina de mascarpone era de 250gr y no de 400gr, no he encontrado en casa un molde lo suficientemente pequeño para montarlo y la segunda es que no me hacen ninguna gracia las tartas/tiramisús y demás presentados en los pirex estos rectangulares de gratinar canelones.
Desde que hace unos meses vi a mi querido Jamie Oliver haciendo pancakes con sus niñas, más bien enseñando a sus niñas a hacer pancakes, he tenido ganas de hacerlos. En general son la cosa más fácil del mundo y, tal y como los hace Jamie, más aún, así que si dos niñas de menos de 10 años pueden hacerlos ¡nadie tiene excusa!
Además son tan rápidos que los puedes hacer hasta para desayunar: yo siempre había pensado que los desayunos americanos estos con las tortitas, el bacon y los huevos eran una leyenda urbana o una forma de explotar a la madre que se tiene que levantar 3 horas antes que los niños todos los días para que cuando las fierecillas bajan por las escaleras de madera antes de ir al cole tengan el zumo, el colacao/café o lo que se tercie preparado, junto a los huevos, el bacon, las tortitas y los gofres.
¿Y para qué? Pues para darle un mordisco a la tortita sin echarle ni sirope de arce ni nada por encima y decir: mamá, me voy que en el colegio tenemos follón y tengo que llegar pronto.. ¡Venga hombre! Soy yo la madre y en esas tres horas me habría dado tiempo a instalar esposas en los reposabrazos de las sillas para que de esa mesa no se levantase ni Dios hasta que no se hubiesen acabado los frutos de mi trabajo! A lo que iba es que son tan rápidos que no te hacen falta esas tres horas: en 3 minutos has hecho la masa y luego en la sartén se hacen a toda pastilla, así que todo son ventajas. Y con sirope de arce por encima...mmm están que te mueres de buenos.
Receta
PD. Esta es una página web que he creado con mi hermana: www.hermanasarce.com
Ultimamente parece que la forma de enterarse, por lo menos en Madrid, de si es fin de semana sin tener calendario es mirar al cielo: si llueve es sábado, domingo o viernes por la tarde, mientras que si hace 27º y un sol espléndido, es martes, son las tres de la tarde y te toca volver a trabajar...Conclusión: a mi este tiempo me está tocando un poco...la moral!
Pero como dicen que al mal tiempo buena cara, habrá que hacer como mis amigos los ingleses: sacar la tetera, el acento inglés y a disfrutar de una merienda a lo Elizabeth Bennet en Pride and Prejudice. Falta Mr Darcy, pero por ahora habrá que conformarse con un Victoria Sponge con Buttercream de Naranja y Frambuesas. Lo malo es que a este paso, como cada vez que llueva me dé por arrasar con la mantequilla que tengo en casa... esto más que operación biquini va a parecer misión imposible!
El bizcocho es, probablemente uno de los más fáciles de mi repertorio y de los que más hago. Además aparece en centenares de libros, pero yo como buena anglófila fiel a mi querida Nigella, hago la versión que aparece en su primer libro: "How to eat". La receta es ridícula: son dos líneas de instrucciones, pero gracias a los ingredientes (probablemente a la cantidad de mantequilla y la esencia de vainilla), salen unos bizcochos ligeros, sabrosos y PERFECTOS. Es la típica receta "chollo": 1% trabajo, 99% satisfacción, no como esas que tienen una infinidad de pasos, en las que ensucias 3 boles, 4 platos y no sé cuántas cosas más, para que luego la cosa no salga como en la foto... Esas recetas me ponen de mal humor, pero ésta, ésta es UNA JOYA. De hecho, con el miedo que le tiene la mayoría de la gente a la repostería, todo el no iniciado en el arte se pensará que has tardado tres horas en hacer la tarta cuando, en realidad la has hecho en 10 minutos!
Al hacer el buttercream ni he medido las cantidades, ni he seguido ninguna receta: he puesto un poco de mantequilla en un bol, lo he mezclado con azúcar glas y rayadura de naranja, con lo cual mi Victoria Sponge es, más bien, una tostada con mantequilla y mermelada refinada (lo suficiente como para que le pusieran el nombre de una reina). Se ve que las reinas de aquella época pasaban del pan Bimbo y solo desayunaban bizcochos con su nombre...
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Victoria Sponge
225gr harina
225gr azúcar
225gr mantequilla a temperatura ambiente
2 cucharaditas de levadura en polvo
1 cucharadita de extracto de vainilla
4 huevos
2-4 cucharadas de leche entera.
1. Precalentar el horno a 180ºC y engrasar dos moldes de 21cm de diámetro.
2. Echar todos los ingredientes, excepto la leche en el "food processor" y mezclar. Añadir la leche y volver a mezclar.
3. Dividir la masa entre los dos moldes y cocer durante unos 25 minutos, hasta que un palillo que insertemos en el centro salga limpio.
Hace unos años pensaba que hacer helado en casa era cosa de profesionales: que habría que tener una mega máquina de 600 euros o algo así, pero el año pasado descubrí las heladeras sencillas y pedí una por mi cumpleaños. Desde entonces parezco publicista de la máquina. Me pasa con todo lo que me gusta: si me gusta un libro, una película o una canción se lo cuento a TODO el que conozco como si me llevase una comisión por incremento en las ventas. Pero es que en un mundo de electrodomésticos inútiles la heladera es una GRAN compra: las venden por unos 50 euros y te evitas viajes al VIPS a horas intempestivas porque se te ha antojado un helado de lo que sea!
Con las de 50 euros funciona mi querida "excusa de la amortización" (mi excusa para comprarme un electrodoméstico sin sentirme culpable): a 5, 6 o incluso 7 euros la tarrina de Ben & Jerrys, Häagen Dazs y compañía, en cuanto haces unas cuantas tandas de helado (sale más del medio litro tacaño de las tarrinas esas), ¡¡ya la has amortizado!!
Por cierto, hablando de cantidades, lo de las tarrinas de helado de 5 kilos que salen en las pelis americanas y que la pobre despechada tiene que llevar a dos manos desde el congelador hasta el sofá porque con una no podría ni Lebron James o alguien similar, ¿son una leyenda urbana o son de verdad?. Porque si existen yo quiero una, y cuando acabe el helado, ¡desecaré el recipiente y lo usaré como artículo de decoración!. Que a mí que soy de comer helado con cuchara grande (comer helado con cuchara pequeña es incluso peor que beber vino en vaso de plástico), las de medio litro me cunden más bien poco.
Me voy a centrar en los helados de hoy. Todavía tengo que probar a hacer combinaciones "gochas" del tipo: helado de vainilla con trozos de chocolate, chocolate fundido, trozos de galleta y churretones de caramelo, pero como la casa no se empieza por el tejado, habrá que empezar con una buena receta básica de helado de vainilla, y ¿quién mejor que David Lebovitz para eso? La que también probé hace unos meses fue la de helado con bacon confitado que aparece en la página de David y la tengo que volver a hacer porque el bacon confitado debería estar prohibido y venderse en el mercado negro: ES UNA LOCURA - menos mal que hay mucha gente que no lo ha descubierto... De todas formas, la siguiente vez que la haga, en lugar de cortar las tiras de bacon crujiente en trocitos y echarlos al helado, haré el helado y le pondré un chip de bacon confitado por encima - mmmm
El segundo helado de hoy - en tiempos de crisis no solo los supermercados hacen 2x1 - es uno de mis favoritos: el de "Strawberry Cheesecake". Cualquiera que no tenga heladera, que salga YA a comprársela, que por 50 euros puedes hacer en casa, y con las combinaciones que quieras, helados para hacerle la competencia a Häagen Dazs y compañía y encima son fáciles de hacer (vale, cocer al baño maría removiendo hasta que la mezcla se espesa lo suficiente es un poco coñazo, pero lo mejor es que lo haces un día que tienes tiempo, lo congelas y ¡tienes helado para rato!)
Bueno, tengo que reconocer que, aún con heladera, sigo haciendo viajes al VIPS y el otro día probé un helado de galletas "speculoos" que te puedes morir de bueno, así que lo siguiente será hacer galletas speculooos y un helado con ellas...
PD. Esta es una página web que he creado con mi hermana: www.hermanasarce.com
Helado de vainilla
250ml leche entera
una pizca de sal
150gr azúcar
1 vaina de vainilla
500ml de nata (35% mat. grasa)
5 yemas de huevo
1 cucharada de extracto de vainilla. Yo no lo eché porque ya llevaba la vaina..
1. Calentar la leche, la sal y el azúcar en un cazo. Extraer las semillas de la vaina de vainilla e incorporarlas, además de la vaina vacía, a la leche. Cubrir, retirar del fuego y dejar infusionar durante una hora.
2. Verter la nata en un bol colocado encima de otro bol con agua fría y hielo.
3. En otro bol batir las yemas de huevo. Recalentar la leche. Añadir la leche a las yemas, poco a poco y removiendo con un batidor constantemente. Devolver la mezcla al cazo y cocer a fuego lento, removiendo, hasta que la mezcla tenga la consistencia suficiente para cubrir la parte trasera de la cuchara.
4. Colar esta mezcla sobre la nata, remover hasta que se enfríe la mezcla, añadir el extracto de vainilla y refrigerar, preferiblemente durante al menos 12 horas.
5. Verter la mezcla dentro de la heladera y seguir las instrucciones del fabricante.
Helado de Strawberry Cheesecake
480ml de "half-and-half": mitad del volumen de nata y mitad de leche
1/2 vaina de vainilla o 1/2 cucharadita de extracto de vainilla
115gr de queso philadelphia
60gr de yemas de huevo
130gr azúcar
fresas cortadas en trozos (cantidad al gusto)
trozos de galleta digestive
1. En un cazo a fuego medio-alto, hervir la mezcla de nata y leche con la vaina de vainilla. Retirar del fuego, extraer la vaina de vainilla, extraer las semillas e incorporar a la leche y la nata.
2. Mientras tanto, en un bol mezclar el queso, las yemas y el azúcar y batir durante unos dos minutos.
3. Poco a poco añadir a esta mezcla la de leche y nata caliente, removiendo constantemente para que no se cuaje.
4. Calentar la mezcla resultante al baño maría hasta que espese lo suficiente como para cubrir la parte trasera de la cuchara con la que se remueve.
5. Inmediatamente retirar la mezcla del fuego y remover para enfriarla. En este punto añadir el extracto de vainilla si se emplea en lugar de la vaina de vainilla. Añadir los trozos de fresas.
6. Refrigerar durante, al menos, 12 horas.
7. Pasadas las 12 horas, verter la mezcla dentro de la heladera, añadiendo trozos de galletas digestive y seguir las instrucciones del fabricante.
La verdad es que cuando me pidieron que hiciera una bavarois no me hizo mucha ilusión. En general no me hace mucha gracia la gelatina porque me parece que hace que las mousses parezcan más....sintéticas. Además se me ocurrió abrir el Larousse de los Postres y vi unas fotos de unas bavarois de castañas o algo así - vamos, que de un color de todo menos apetecible, en moldes en forma de anillo (como un gran donut), con churretones de nata y una guinda encima de cada churreton de nata-, en plan "estética años 80", la época de los melenoncios raros y los looks rockero-cutres o, según se mire, la época de dar rienda suelta al lado hortera de cada cual.
En este punto no andaba yo muy animada con la idea, pero como donde manda patrón no manda marinero, me puse a buscar una alternativa más a mi estilo.
En principio intenté buscar alguna tarta que incluyese un componente de bavarois porque el mes de abril es el maratón de los cumpleaños en mi familia, así que en mayo o nos ponemos todos a comer ensaladas y macedonia o a julio llegamos rodando justo a punto para la primera prueba del biquini.
Como había que dar por el gusto al patriarca, me decidí por una tarta de nueces,que le encantan y, al tratarse de su cumple tiré la casa por la ventana y saqué una de mis preciadas vainas de vainilla que guardo como oro en paño. Cómo me gustan los puntitos negros que dejan... La base es la que hago para la típica tarta de limón con merengue y entre la base y la bavarois de vainilla puse unas nueces y un caramelo con una pizca de sal - menos de lo normal para no matar el sabor de la vainilla.
El resultado final me ha medio convertido al mundo de las bavarois: todavía tengo pesadillas con las de estilo retro, pero tengo que reconocer que quedó con la consistencia perfecta y tenía el sabor a vainilla auténtica que le daban mis queridos granitos negros. Además incorporé la bavarois en una tarta con la base y las nueces crujientes porque me gusta que los postres tengan distintas texturas: NADA DE CHURRETONES DE NATA SOBRE UNA BAVAROIS!!.
Completé la producción con esta tarta de zanahoria, de la que ya había hablado en el blog y unos cupcakes de vainilla y trocitos de chocolate y buttercream de vainilla. Vamos que ayer estaba yo con la fábrica en plena producción, como los pasteleros de Formentor haciendo roscones el 5 de enero. De hecho la mayoría de la gente no entiende cómo le puede gustar a alguien "pegarse semejantes palizas". Pues porque a los aficionados a la repostería y a la cocina nos encanta cebar al personal y nos da un subidón cuando alguien prueba algo y te dice lo bueno que está o, mejor aún, te pide la receta!
Tarta de nueces, caramelo y bavarois de vainilla
Base
105gr harina
43gr azúcar glas
medio huevo
1/4 vaina de vainilla
63gr mantequilla
13gr almendras molidas
1/2 cucharadita de sal fina
1. Tamizar la harina y el azúcar en dos boles separados. (Yo me niego a hacer esto, me parece manchar por manchar)
2. Cortar mantequilla en trozos y amasar con una cuchara para ablandarla. Añadir el azúcar, las almendras, la vainilla, el huevo y la harina y remover todo bien.
3. Formar una bola y refrigerar durante al menos 2 horas.
4. Pasado ese tiempo, precalentar el horno a 190ºC, untar con mantequilla el molde (en mi caso por las cantidades uno de unos 15cm de diámetro).
5. Extender la masa y colocar en el molde.
6. Cubrir la masa con papel sulfurizado y legumbres y cocer así durante unos 18 minutos. Pasado ese tiempo, retirar el papel y las legumbres y cocer otros 10 minutos o hasta que la masa esté dorada.
7. Sacar del horno y dejar enfriar.
Bavarois de vainilla
133gr leche entera
una vaina de vainilla
2 yemas de huevo
33gr azúcar
2 hojas de gelatina
133gr nata (35% mat grasa)
1. Poner la leche y los granos de la vaina de vainilla en un cazo y calentar a fuego medio hasta que hierva. Mojar las hojas de gelatina en agua fría.
2. Batir las yemas de huevo con el azúcar.
3. Cuando la leche esté hirviendo echar poco a poco en la mezcla de las yemas, batiendo todo el rato para evitar que se cuaje. Pasar a un bol sobre un cazo con agua hirviendo y calentar, removiendo, hasta alcanzar los 84ºC. En este momento se añaden las hojas de gelatina, se remueve bien y se retira del fuego.
4. Batir la nata hasta que forme picos, incorporar a la mezcla cuando se haya enfriado hasta unos 30ºC, verter sobre el molde (un anillo o un molde circular) y refrigerar durante, al menos, 12 horas.
Caramelo
100gr azúcar
100gr nata
sal (al gusto)
70gr mantequilla en dados
1. Calentar el azúcar hasta obtener un caramelo oscuro.
2. Calentar la nata.
3. Verter la nata sobre el caramelo removiendo bien para que no se solidifique por el cambio de temperaturas.
4. Añadir la mantequilla fria con el batidor de varillas y la sal.
5. Dejar enfriar.
Montaje de la tarta
Colocar sobre la base unos 80gr de nueces tostadas anteriormente. Verter el caramelo hasta que quede a un nivel ligeramente inferior al de las paredes laterales de la base. Finalmente colocar el disco de bavarois encima y unas nueces encima para decorar.
Todo el mundo sabe que hay un monstruo de la galletas, pero lo que no todo el mundo sabe es que también hay uno para las magdalenas: MI HERMANA. De pequeña era capaz de desayunar un número ingente de, nada más y nada menos, magdalenas "La Bella Easo" con una buena dosis de nutella. A simple vista puede parecer una combinación excesiva; a mí de hecho, antes de probarlo, me lo parecía, pero una vez que lo pruebas tienes que darle la razón al monstruo de las magdalenas y rendirte ante semejante dosis de colesterol.
Otro dato importante a resaltar es que al monstruo de las magdalenas no le gusta NADA cocinar. Para que os hagáis una idea, un día me pidió que le hiciese un bocadillo, yo contesté que no, a lo que ella repuso: pues no ceno. Vamos que lo de pelar fruta sí, pero más allá no se adentra en los "fogones". Tampoco suele ser muy entusiasta en eso de pedirme que haga recetas, con lo cual me extrañé cuando ayer me dijo unas 15 veces que tenía que hacer las famosas magdalenas de Xavier Barriga que ya me había enseñado otro día en el blog Uno de Dos. Cuando a las 7 de a tarde de ayer se puso a copiar la receta, porque la impresora, para variar, se nos rebeló, le toqué la frente, vi que no se trataba de un proceso febril, ¡decidí que no quedaba otra que darle por el gusto al monstruo de las magdalenas!
La receta es sencilla, suben bien, la costra de azúcar nos encantó y sobre todo SABEN A MAGDALENA!!!!! Esta última afirmación puede parecer una obviedad, pero yo hasta ayer no he conseguido ninguna receta de una magdalena que supiese a magdalena: o sabían a harina, o a muffin o a ... Ahora entiendo que el Xavier éste sea tan famoso...
El monstruo de las magdalenas quedó, por fin, satisfecha con la producción casera de su debilidad y probablemente, me las vuelva a pedir, lo cual es un gran mérito! Que conste que estamos hablando de una gran crítica culinaria: es capaz de distinguir ingredientes en un plato cual top chef. Escena típica en mi casa: mamá, hoy esto lo has hecho distinto, no? El problema es que cuando dice eso a la cocinera se le suele poner mala cara porque sabe que a la pregunta de: ¿te gusta más hoy o como siempre? el monstruo de las magdalenas contesta, en el 99.9999% de los casos: como siempre.
RECETA: aquí!
Tengo un pequeño problema: al igual que el creador/transcriptor de esta receta tengo la fea manía de bautizar al personal. Debe ser que como soy bastante cotorra y hablo hasta de gente que no conozco, de alguna forma habrá que identificar al personal, digo yo. Por eso le pongo mote A TODO. De hecho me animo, me animo, y acabo poniendo motes hasta a los conocidos. Y la verdad es que a veces más que un problema es una habilidad bastante útil si, como en mi caso, eres un poco mete patas y tienes el don de la oportunidad: hablando en clave, el que está detrás, que se enteraría de lo que estás contando si no utilizases un mote, no se entera de nada, y una puede vivir (y comentar) tranquilamente...
Todo esto viene por lo del nombre de estas galletas: en un montón de blogs he visto que las llaman "Korova Cookies" o "World Peace Cookies" porque se supone que si el personal se comiese una al día, (o más de una porque, como dice mi hermana, son viciosas, aunque como diría la madre de una amiga mía, la viciosa no es la galleta, eres tú) no habría guerras en el mundo. Yo no sé si llegar hasta tal extremo, y mira que exagerada también soy un rato. Lo que sí sé es que, a mí, que en general las galletas de chocolate con trozos de chocolate, virutas de chocolate y salsa de chocolate por encima me parecen un poco excesivas, éstas me han gustado mucho. Debe ser la sal que llevan y que le da a todo dulce un toque adictivo y que las ha parido Pierre Hermé, o sea, Dios, en esto de la pastelería. Así que una puede pensar que son la versión fina y afrancesada de las típicas cookies de chocolate americanas. Pero vamos, que hay que probarlas y habrá que hacerlas la próxima vez que haya junta de vecinos para repartirlas y ver si, efectivamente, doman a las fieras, aunque para llevarlas haya que asistir a la junta de vecinos y eso ya me va haciendo menos gracia....
RECETA: 36 galletas
175gr harina
30gr cacao en polvo
media cucharadita de bicarbonato
150gr mantequilla
120gr azúcar moreno
50gr azúcar
media cucharadita de sal maldon o un cuarto de cucharadita de sal fina
1 cucharadita de extracto de vainilla
150gr chocolate troceado (yo, como siempre, en trozos generosos)
1. Tamizar juntos el cacao, la harina y el bicarbonato.
2. Batir la mantequilla hasta que quede en punto de pomada. Añadir los azúcares, la sal y la vainilla y batir durante otros 2 minutos.
3. Añadir la harina y remover hasta que quede incorporada en la mezcla. No conviene batir mucho una vez se añade la harina. Añadir los trozos de chocolate.
4. Hacer rollos con la masa de unos 4cm de diámetro y refrigerar durante al menos 3 horas. Se pueden dejar en la nevera hasta 3 días y congelar hasta 2 meses. En caso de haberlos congelado, no hace falta descongelar los rollos, simplemente se cortan las rodajas y se hornean durante un minuto más.
5. Precalentar el horno a 160ºC.
6. Cortar rodajas de 1-1.5cm de grosor y colocar sobre la bandeja del horno.
7. Hornear durante 12 minutos. Extraer del horno pasado ese tiempo aunque la masa siga estando blanda.
Yo había pensado hacer financiers el domingo tranquilamente, sin las prisas que tuve el sábado, que es cuando acabé haciéndolos, así que mandé un mail a algunas amigas para ver si les apetecía merendar financiers el domingo, por eso de no repartirnos 16 bollitos de estos entre mi hermana y yo.
Esto fue antes de leer la receta, porque, madre mía, ¿cuántas claras de huevo llevan estos bichitos? Al final, como con las prisas no me daba tiempo a hacer nada con las yemas, decidí hacer menos cantidad, porque tirar 6 yemas de huevo como que me parte el alma...
A lo que iba: ya sabía yo que mis amigas no iban a tener ni idea de lo que era un financier, pero soltarles el rollito así tal cual me parecía un poco pedante, así que hice la propuesta como si de un grupo de gourmets se tratase.
Efectivamente, la contestación que esperaba no tardó en aparecer: ¿qué es eso de los financieros? Las aclaré que todavía no tenía la capacidad de hornear pibones dedicados a las finanzas, que solo eran unos bizcochitos de almendras, que no los había hecho nunca, así que no sabía si les iban a gustar. Como a falta de guaperas dedicados a las finanzas, el personal engulle casi cualquier cosa dulce que se le ponga delante, la aclaración fue muy bien recibida.
Por falta de tiempo, y porque me gustan, opté por hacer un grupo sustituyendo la almendra por avellana y otro grupo con la receta básica añadiendo un poco de praliné. Como no he encontrado ni en casa, ni en el chinito fiel de al lado de casa (la fiel soy yo, no el chino, pero en fin...), ni en El Corte Inglés un molde de financiers, he usado unos de corazón que me regaló una amiga y que también son monos.
Por cierto, la receta será de Jöel Robuchon, uno de los maestros de la cocina a nivel mundial, pero qué clase de instrucción es "bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo"???? Si ya me molesta que en las recetas me pidan que tamice la harina, va el señor Robuchon y, ni corto ni perezoso, me dice que me tire 6 minutos batiendo harina, almendra y azúcar....Por supuesto con un meneíto me dí por satisfecha, pero claro, ellos los deben cobrar a millón porque debe haber un tío en la cocina que solo se dedica a batir harina, azúcar y almendra....
RECETA Las dos son para 6 financieros
Financiers Clásicos (Jöel Robuchon)
55gr de azúcar glas
40gr de harina
40gr de almendra en polvo
60gr de mantequilla
4 claras de huevo - Jöel: ¿estás de broma? 4 claras para 6 financiers???
Precalentamos el horno a 180º. Bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo. Funda la mantequilla en un cazo a fuego muy suave. Pásela luego a un cuenco y déjela enfriar.
Bata las claras de huevo, sin llegar a montarlas, solo para que se pongan fluidas y homogéneas, mézclelas con precaución y cuidado con la mezcla de azúcar, harina y almendras. Siempre envolviendo con cuidado incorpore también la mantequilla. Engrase los moldes y reparta la preparación entre ellos.
Introducir en el horno y dejar durante 20 minutos, hasta que la cara superior esté bien dorada y las esquinas tirando a marrón. Una vez terminada la cocción, los dejamos enfriar antes de desmoldar.
Financiers de Chocolate (Jöel Robuchon)
55gr de azúcar glas
40gr de harina
40gr de almendra en polvo
60gr de mantequilla
4 claras de huevo
150gr de chocolate amargo
150ml de nata líquida
Precalentamos el horno a 180º. Bata en un bol durante 5 o 6 minutos el azúcar glas, la harina y la almendra en polvo. Funda la mantequilla en un cazo a fuego muy suave. Pásela luego a un cuenco y déjela enfriar.
Trocee el chocolate y póngalo en un cuenco, lleve la nata a ebullición en un cazo y sin dejar de mover, añada el chocolate troceado, remueva despacio hasta tener una masa lisa y brillante.
Bata las claras de huevo, sin llegar a montarlas, solo para que se pongan fluidas y homogéneas, mézclelas con precaución y cuidado con la mezcla de azúcar, harina y almendras. Siempre envolviendo con cuidado incorpore también la mantequilla y seguidamente el chocolate. Engrase los moldes y reparta la preparación entre ellos.
Introducir en el horno y dejar durante 20 minutos, hasta que la cara superior esté bien dorada y las esquinas tirando a marrón. Una vez terminada la cocción, los dejamos enfriar antes de desmoldar.
Hoy no me da tiempo a divagar como de costumbre, así que tenéis suerte: cero rollo, cien por cien dulce!
La tarta de hoy es de mi querida Nigella: la reina de los buenos resultados con poco esfuerzo. La he hecho varias veces y para distintos públicos y siempre ha triunfado. Es una tarta como la red velvet en el sentido de que no es fácil identificar a qué sabe: aunque lleva cacao no sabe a tarta de chocolate y la cerveza le da un toque como a regaliz... El frosting de encima es una mezcla de queso philadelphia, nata y azúcar y !le va al bizcocho que ni pintado! Además, al añadir la nata aligeramos el frosting de crema de queso típico y una vez montada queda espectacular: es una cerveza guinness en forma de tarta!! Y sin abollar, porque la lata de la foto se le cayó a mi hermana y tenía una forma un tanto deforme.
Eso sí, voy a pedir a los fabricantes de Guinness que me hagan latas más canijas, porque con latas de estas tengo para 5 tartas. Voy a probar a guardarla en la nevera a ver qué tal sale la tarta con "cerveza envejecida en nevera", pero aún así acabaré tirándola porque soy la reina de las buenas intenciones en cuanto a aprovechamiento que acaban cuando, unos días después (unos cuantos) me grita mi hermana: ¿qué co.... hace esto medio podrido en la nevera? entonces contesto yo: ah si, los restos de aquella salsa que quería utilizar para hacer un día un plato de pasta.... Vamos, que cuando guardas los restos el primer día te sientes como una diosa doméstica que aprovecha hasta la última gota de todo, pero que al cabo del tiempo (que si un día cenas fuera, que si otro día has merendado mucho, que si otro día se te antoja otra cosa) lo vas escondiendo en la nevera a base de poner cosas delante. Un día lo descubres, al fondo de la balda más recóndita y cuando abres la tartera en cuestión ya ni sabes lo que fue aquello en su día porque solo ves una costra de grasa gelificada asquerosa, o si no hay suerte, en vez de descubrirlo tú, lo descubre alguien y te echa una pequeña bronca, con toda la razón del mundo, eso sí....
Además de estar para chuparse los dedos, a mí esta tarta me parece monísima!! Cuando vi la receta por primera vez pensé: esta Nigella me ha hecho el lío, ese bizcocho saldrá marrón, oscuro, pero marrón. Pero la verdad es que sale bastante negro, y el frosting de encima, al no llevar esencia de vainilla ni nada sale blanco blanco, con lo cual la tarta es una monada!! Yo antes de disecar los cuernos de un bicho, disecaba ésto y lo ponía en cualquier sitio. Aunque habría que echarle algo como lo que te echabas en las uñas de pequeña para no mordértelas, que supiese fatal, para no caer en la tentación....
Finalmente, el mejor acompañamiento que se me ocurre para esta tarta son estos chicos: los Mumford and Sons. Creo que son británicos y no irlandeses, pero fijo que le dan a la cerveza, !rubia o negra! Hacen folk y llevan un look de lo más salado y la verdad es que son de mis grupos favoritos. Esta es una de sus mejores canciones (entraría en la categoría de, como dicen mis amigas, la música suicida que te gusta). !Enjoy!
RECETA: Molde de 23cm de diámetro (Yo para variar, hice la mitad)
Bizcocho:
250ml Guinness (seré pija, pero probé una cerveza negra de Mahou un día que no había la genuina, y no sale igual de bien)
250gr mantequilla
75gr cacao en polvo
400gr azúcar
142ml sour cream (el mismo volumen de nata y un buen chorro de limón)
2 huevos
1 cucharada de esencia de vainilla
275gr harina
2.5 cucharaditas de bicarbonato sódico
1. Precalentar el horno a 180ºC.
2. Calentar la cerveza y la mantequilla en un cazo hasta que se derrita.
3. Añadir el cacao y el azúcar.
4. Añadir y batir el sour cream, los huevos y la esencia de vainilla.
5. Finalmente añadir la harina y el bicarbonato y mezclar bien.
6. Verter la mezcla sobre el molde y hornear durante 45 mins - 1 hora.
7. Sacar del horno pasado ese tiempo y dejar enfriar sobre una rejilla.
Frosting:
300gr philadelphia
150gr azúcar glas
125ml nata
1. Batir el queso crema con el azúcar.
2. Batir la nata e incorporar a la mezcla anterior.
3. Colocar sobre el bizcocho enfriado.