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Aún tuve que regresar al Sáhara, ya ocupado por Marruecos, en febrero de 1976, como Presidente del Grupo de Trabajo de la Comisión Interministerial para el desarrollo de los Acuerdos de Noviembre de 1975, con Marruecos y Mauritania, encargado de la valoración de los bienes inmuebles de carácter público existentes en el territorio del Sáhara y de los que procedía conservar por el Estado español. El Grupo, presidido por mí, en tanto representante de la Presidencia, estaba integrado por D. Avelino Fernández Areces, Ingeniero Jefe del Servicio de Obras Públicas del Gobierno General del Sáhara; D. Laureano García Ventura, Coronel de Intendencia de la Subsecretariía del Ministerio del Ejército; D. Eduardo Colomer Molinos, Coronel Ingeniero de Construcción, Jefe de la Comandancia de Obras de Canarias; D. Fernando Pérez de Sevilla y Guitard, Capitán de Intendencia de la Subsecretaría del Ministerio del Ejército, y D. Pablo Julio Roldán Verdejo, Arquitecto de la Dirección General de Patrimonio del Estado por el Ministerio de Hacienda. Realizamos un Informe-valoración, en base a los informes de los responsables de los distintos servicios, que daba un montante de 17.195 millones de pesetas.
Como ha escrito Miguel Angel Aguilar_: “Desde aquel 14 de noviembre de 1975, hace ahora 40 años, cuando se firmó en Madrid el acuerdo tripartito por los gobiernos de España, Marruecos y Mauritania, arrastramos una mala conciencia invencible. Fue entonces, en la linde del deshonor, en la agonía de Franco, cuando el gobierno suspendió el ejercicio de los deberes que nos incumbían como potencia administradora del territorio, a tenor de la Carta de Naciones Unidas. Esa firma precipitó el abandono fulminante del Sáhara sin atender a su condición de provincia, adquirida por decreto de la Presidencia del Gobierno el 10 de enero de 1958. Idéntico abandono hizo antes del territorio de Ifni que, erigido en provincia por el mismo decreto, fue retrocedido a Marruecos mediante el acuerdo de Fez del 4 de enero de 1969, ratificado por las Cortes españolas el 22 de abril.
La declaración de estos territorios como provincias seguía la senda del salazarismo respecto de las posesiones portuguesas de ultramar. Su objetivo era evitar la rendición de cuentas ante el Comité de los 24 de la ONU, competente en materia de descolonización. Otra cosa es que el embajador de Franco ante la ONU, Jaime de Piniés, ignorara la pretendida provincialidad y cumplimentara bajo cuerda las peticiones del mencionado comité.
Ahí están los documentos gráficos acreditativos de la presencia en el hemiciclo de las Cortes orgánicas tanto del consejero nacional del Movimiento, enviado por los camaradas nómadas, como de los otros dos procuradores de Representación Familiar, que, a tenor de la Ley Orgánica del Estado de 1966, eran elegidos por los cabezas de familia, empadronados en las tribus del desierto. Eran muy de ver, con sus atuendos blancos y azules del cuello a los pies, agrupados en escaños contiguos sin atender al estricto orden alfabético. La crónica desde El Aaiún de un buen amigo periodista, escrita en el número 27 del semanario Posible del 17 de julio de 1975, remite al origen de nuestra mala conciencia.
Se titulaba “Nadie quiere morir por el Sáhara”. Empezaba así: “Dijo Kissinger ‘el Sáhara para Marruecos’. Y la luz se hizo”.
Para incorporarme a mi nuevo puesto de Jefe del Gabinete Técnico de la Dirección General de Promoción del Sáhara tuve que ir a Personal de Presidencia del Gobierno, sito en el Palacete de Castellana, 3, donde me recibió el Subdirector de Personal, Pablo Veiga, y la Jefa del Servicio, que era otra compañera, Consuelo Crespo Aparicio, que me acogió con gran cariño, y me presentó a otro compañero, Julián Alvarez Alvarez, que pertenecía a la 3ª Promoción y que había estado en Hacienda de Toledo y después excedente y que acababa de reingresar allí, en Personal de Presidencia. Con él formalicé los documentos de mi cambio de puesto de trabajo y después me trasladé al palacete contiguo, donde me presenté al Secretario General, D. Enrique Ruiz y Gómez de Bonilla, que me asignó un despacho impresionante en la 1ª planta del chalet, dando al jardín de la C/ Alcalá Galiano, y que era uno de los mejores despachos de la Dirección. Su única pega era que estaba ocupado, ya que enfrente de mi magnífica mesa de despacho, de madera labrada, había una silla que ocupaba un veterano administrativo de origen catalán, el Sr. Pons, que no tenía nada que ver con mi trabajo y que no sé con qué motivo, si para espiarme o por dejadez, permanecía allí.
Como apoyo administrativo tenía una única persona, un auxiliar joven, muy espabilado y trabajador, llamado Mariano Galán, que después ha llegado a Jefe de Personal de las Cortes españolas y con el que yo desarrollé mis tareas, que, en principio, y mientras no tuviese que acudir a La Haya, consistían en trasladar al Sáhara la legislación española, por lo que tenía que seguir al día el BOE para adaptar la normativa a la realidad del territorio saharaui.
Al mismo tiempo, de cara al proceso de descolonización, se me encargó diseñar un plan de transición que permitiera pasar de la actual administración española a una administración por los saharauis. A esos efectos, empecé a diseñar un plan que consistía en que, durante un periodo de tiempo, a los actuales delegados de la Administración española en el territorio saharaui se les iban a unir como becarios joóvenes estudiantes saharauis, en funcion de sus estudios para cada área, y estarían allí durante el periodo de transición, durara el tiempo que durara, como delegados adjuntos, recibiendo el conocimiento y asistiendo al delegado español en la gestión del servicio en cuestión. Posteriormente, esos saharauis designados delegados adjuntos, pasarían a ser los futuros ministros del Gobierno Saharaui y contarían con un experto español por área para seguir asesorándoles en la gestión de los distintos servicios.
Con tal fín realice un análisis de los estudiantes saharauis en España para ver cuáles de ellos iban a ser elegidos como adjuntos a los distintos servicios e igualmente inicié, si bien con mucha prudencia, la búsqueda de asesores españoles que estuviesen dispuestos a desplazarse al Sáhara para convertirse en Asesores de los saharauis, en su momento, cuando estos ocupasen definitivamente los servicios, ya que los actuales delegados no servían a esos propósitos.
Para familiarizarme con el Sáhara hice un primer viaje que fué de reconocimiento del territorio y, en el mismo, recuerdo que conocí al Secretario General del Gobierno del Sáhara, Luis Rodríguez de Viguri, coronel de infantería, y también me llevaron a visitar en un helicóptero militar y siguiendo el cauce de la Saguía el Hamra, antiguo lecho de un río, la ciudad santa de Smara, sede del Santón saharaui Al Malainin, y donde visité el acuartelamiento de las Tropas Nómadas allí, que tenían piedras con grabados rupestres formando parte de las paredes de las cuadras donde tenían los animales representativos de la fauna autóctona. También me llevaron, esta vez en Land Rover, a visitar las minas de fosfatos de Bucrá y su cinta transportadora de material desde las minas hasta el "pantalan" que lo ponía en el mar abierto a bordo de los barcos. Impresionante obra de ingeniería española.
En el pabellón de empleados civiles, donde me alojé, conocí a una serie de universitarios españoles que había contratado Rodríguez de Viguri para que estudiasen y pusiesen en valor la historia, costumbres y tradiciones saharahuis y entre ellos estaba Javier Ruiz, historiador, que me presentó al nieto del Chej Malainin, que trabajaba en Correos en el Aaiún y que me invitó a tomar el té saharaui (que son tres: el primero amargo como el nacimiento, el segundo agridulce como la vida y el tercero dulce como la muerte) en su casa en el poblado saharaui en las afueras de El Aaiún, y me dió a comer carne seca de camello en una habitación que no tenía muebles sino tan sólo alfombras y esteras, y las mujeres permanecieron en otra estancia sin aparecer mientras yo estuve allí.
En junio de 1975 hice otro viaje a El Aaiún con intención de verme con el Secretario General para darle a conocer la selección de jóvenes estudiantes saharauis que había hecho, para que fuesen nombrados delegados adjuntos de los delegados españoles de los distintos servicios. A esos efectos hice escala en Las Palmas, donde me alojé en el hotel Santa Catalina. Y, dado que la Dirección tenía a una persona destinada en Las Palmas, que era Felipe Antonio Pradas Hernando (un Catedrático de Filosofía de Instituto murciano, que había trabajado en el Organismo de Fideicomisos de Naciones Unidas durante 17 años como Secretario con nivel P5 del mismo, donde se había jubilado), que, por su conocimiento de los procesos de descolonización, ya que había participado activamente en los de Nueva _Guinea-Papúa y en los de las Islas del Pacífico, había sido contratado para asesorar en el proceso de descolonización del Sáhara, para hacer el seguimiento respecto de la Misión de Visita que estaba realizando en esos meses Naciones Unidas, quedé con él en verme en un restaurante en la playa de las Canteras y, en el transcurso de la cena, llegué a la conclusión de que el Sáhara no se iba a descolonizar, sino que los Estados Unidos habían decidido, por razones geopolíticas, que se integrase en Marruecos y, por consiguiente, el proceso de descolonización no se iba llevar a cabo. Creo que mi interlocutor se dió cuenta de que yo había llegado a esa conclusión y cuando lo abandoné lo hice con miedo, mirando hacia todas las esquinas en mi regreso al hotel, dado que tenía el temor de ser eliminado y que fuese atribuido el atentado al Frente Polisario, con lo que se daría pie a interrumpir el proceso de descolonización, por el atentado sufrido por el tercer cargo de la Dirección General, por actuación de los representantes del pueblo saharaui. Hasta esa fecha, los atentados del Frente Polisario habían sido sin victimas.
Con esa sensación volé a El Aaiún y al llegar me encontré con que el Secretario General, Luis Rodríguez de Viguri, no me podía recibir, dado que al parecer padecía un cólico nefrítico y estaba en cama en su domicilio. En El Aaiún me alojé en un Pabellón para personal civil que existía en las afueras y me dieron una habitación que estaba situada en la última planta y en una esquina que caía justo debajo del montículo donde estaba enclavado el poblado saharaui, por lo _que al acostarme y comenzar a oír ruidos extraños en el techo, que lógicamente serían producto de los cambios bruscos de temperatura que se producen en esas latitudes, y pensando en las circunstancias raras que se dejaban sentir en el ambiente de El Aaiún últimamente, me llevaron a decidir que si alguien entraba en la habitación no me encontraría durmiendo plácidamente en la cama, y como había una habitación anexa con un water, allí sentado pasé la noche.
En ese alojamiento me pude apercibir de que había un personaje, de origen creo libanés, que era un agente doble, si no triple.
Mi estancia se alargaba sin que pudiese tener una entrevista con el Secretario General, que era el objetivo de la misma, por lo que al tercer día _le planteé al brigada que hacía de secretario de Rodriguez de Viguri que o este me recibía o yo regresaba a Madrid y le contaba al Director General que no había podido entrevistarme con él.
Mano de santo. A las pocas horas recibí el aviso de que el Secretario General se había reincorporado a su despacho y me recibiría. Lógicamente, despache con él, pero no le comenté nada de lo que me había planteado, y tampoco él me insistió demasiado ni me comentó que su situación respondiera a un arresto domiciliario al que le había sometido el Gobernador General, el General de División Gómez de Salazar, por discrepar de él y mantener sus tesis de apoyo a los saharauis.
Regresé a Madrid y despaché con el Director General, al que le conté sucintamente que había conseguido entrevistarme con Rodríguez de Viguri y que habíamos hablado de continuar con el proceso de descolonización, pero sin detallar mucho, a lo que me contestó que continuara con mis trabajos. Y lo que hice fué recoger todos los papeles que había preparado y las listas de estudiantes saharauis y llevármelos a casa y guardarlos y no volver a verlos hasta estos días, para evitar que hubiesen podido caer en manos de los marroquíes.
Decepcionado e indignado por la traición que se iba a cometer con el pueblo saharaui, escribí un artículo que publiqué en el boletín clandestino de Reconstrucción Socialista de Madrid con el seudónimo “Orlando furioso”, en el que denuncié la entrega del Sáhara a Marruecos por imposición de los Estados Unidos y expresé mi indignación y mi desengaño.
A partir de ahí incrementé más, si cabe, mi activismo político y sindical, en la clandestinidad, de cara a cambiar el régimen político español.
En ese verano, julio de 1975, tuve que desempeñar la responsabilidad máxima de la Dirección General por vacaciones tanto del Director como del Secretario General, y tuve que recibir los partes confidenciales del Sáhara y despacharlos con el Ministro de la Presidencia, Antonio Carro Martínez, denominado “el hombre de Cromagnon” por su característica mandíbula, que por esa época además estaba escayolado.
Continué con mi trabajo, pero ya con poca ilusión, mientras se sucedían las noticias de que, ante la previsible respuesta del Tribunal Internacional de Justicia de La Haya que establecía que, antes de esos acuerdos entre España y las tribus saharauis, no existía una dependencia política de los sahararauis respecto al Sultán, en tanto que jefe político y religioso, y que en aquellos territorios nunca se había ejercido soberanía por parte del Sultán de Marruecos, este país lanzaba la denominada “Marcha Verde”, con el apoyo logístico de Estados Unidos. Ante esa situación el Gobierno español estaba dividido_: había un Grupo de intereses, representado por Solís y apoyado por los Fierro, que defendía la entrega a Marruecos, y otro representado por los militares africanistas, que se oponían a la entrega del Sáhara.
Así tuve que seguir en mi puesto de la Dirección General de Promoción del Sáhara, viendo cómo se consumaba la entrega a Marruecos, coincidente con la larga agonía del Dictador y la incertidumbre por el futuro de España.
Mi trabajo, lógicamente, fué disminuyendo y se concretó en preparar los expedientes de las solicitudes de indemnización de los particulares y los pequeños comerciantes, que nunca se podían completar porque no conseguían aportar las necesarias facturas, cosa que sí hacían las empresas más importantes. Hecho que incrementaba mi frustración.
Uno de agosto de 1970, sábado.
Ayer por la mañana estuvo en mi habitación el padre Arrieta y estuvimos charlando sobre las salidas al régimen español, los problemas planteados por la ley orgánica, la socialización posible (número de Cuadernos para el Diálogo y artículo de Peces-Barba). Me refirió que ha conocido a Claudio Sánchez Albornoz “el maestro” y a Madariaga, en Buenos Aires. Me habló también de las dificultades de convalidación de títulos y me puso por ejemplo a un discípulo de Rey Pastor y de Eisemberg que trabaja en la NASA en el proyecto Apolo y que al intentar hacer la tesis doctoral en Madrid, ya que era español, no se lo permitieron por formulismos burocráticos.
Respecto de la Argentina y Perón me refirió la anécdota de que el día que se le destituyó Perón aguardaba la decisión de la reunión de generales y, como se prolongaba, los interrumpió para saber el veredicto y al comunicarle que por el bien del país debía dejar el poder, él les argumentó que eran unos militares vendidos (les sacó su relación con Mercedes, ya que su cuñado era el concesionario, y que el gobierno les había regalado uno a cada uno de ellos) y cómo cuando estaba en esto se presentó un grupo de coroneles, revólver en mano, conminándole a salir del país en dos horas, y, al saber lo de los Mercedes, destituyeron a los generales. En relación a este golpismo militar, me hizo la advertencia de que era preferible lo actual que un nuevo golpe militar. Que hay que andar con mucho tiento en España para intentar resolver los problemas por la vía civil.
Después de la cena me enteré de algunas peculiaridades de la orden de benedictinos por el padre Juan Antonio. El noviciado lo tienen en Silos. Y tienen a gala mantener abierta a todo el mundo una hostelería en cada convento, así como la tendencia última a comunidades de vida sencilla.
He recibido carta de casa, enviándome la de José Luis y la de ACN de P.
Hoy, sábado, he charlado con Laurentino, Juan Antonio, Samuel y el padre Abad después de cenar y la conversación ha girado sobre los proyectos del CES del Valle para el curso próximo. El Abad está preocupado porque van a tener dos seminarios a cargo del padre Vázquez sobre técnicas de investigación social y de Fernando Guerrero sobre la empresa, imagino. Y piensa especializarse en pastoral y sociología completando el programa de la carrera de sociología del León XIII.
Y ha dicho que, mejor que dedicarse a “desbarbar bestias”, refiriéndose a los cursos de ciencias sociales, el centro se especializaría en promover con becas la realización y la publicación de tesis sobre temas sociológicos acordes con la doctrina social de la Iglesia. Parece ser que iba a colaborar con la obra Fomento de Estudios Sociales de los jesuitas, pero éstos le han estropeado su programa de trabajo y no hay colaboración posible. El Abad proponía el estudio del paso de la responsabilidad individual a una responsabilidad o moral colectiva (estudio teórico siempre y sin demasiado peligro de chocar con personas e instituciones, posición conservadora), en tanto que los jesuitas proponían el estudio de la reforma de las instituciones (tocando ya cada vez más tierra). Estaba enfadado con éstos el Abad. Ha hecho también un comentario a la declaración de los obispos sobre la pobreza, indicando que estaban fuera de órbita, que teorizaban demasiado y no tenían un conocimiento certero de la realidad. El padre Juan Antonio estaba más de acuerdo con los jesuitas que con el programa del padre Abad.
4 agosto 1970.
He tardado tanto porque el Merrill me lleva a mal traer, quiero terminarlo pronto y cada día se alarga más. Hoy ya lo he casi terminado.
El domingo llegaron dos chicos, unos antiguos escolanos: Julio Sanz, estudiante no muy brillante de telecomunicaciones, y el otro, Jesús, de 22 años, estudiante de medicina, con una pose y una cierta amplitud de conocimientos. Me los ha presentado el padre Juan Antonio y los he invitado a tomar café. El padre Abad también ha estado charlando con ellos sobre el mundo futuro, con la cibernética, etc., está obsesionado con su mesa de prospectiva y con el programa sobre el paso de la conciencia individual a la conciencia social activa. Volví a leer en misa la epístola con Samuel. Y por la noche el padre Juan Antonio, que estuvo en mi habitación por la tarde, me estuvo pinchando en el aspecto religioso. Intenté quitarmelo de encima, pero no fue posible y el lunes después de comer volvió a insistir al respecto, lo cual me sentó un poco mal y se lo dijeron o me lo notó, pues después se disculpó. Me contó su vida de seminarista a monje con 17 años y últimamente de casamentero y me habló de sus publicaciones en la Biblioteca de Autores Cristianos. El lunes en la mañana estuve con el padre Manuel Garrido, que me enseñó la biblioteca de la Abadía. Es prodigiosa y valen una fortuna los libros que contiene: Teología, Liturgia (de la que es especialista, ha escrito un libro para la BAC), Patrística, Historias locales y regionales (con ejemplares muy curiosos), Historia (que era la especialidad de Fray Justo Pérez de Urbel, que fué el anterior Abad), Historia del Arte (el Pijoan), y en diccionarios una colección muy buena: (Espasa-Calpe); en Literatura, toda la colección Austral (el especialista es el padre Arrieta).
En estos días, entretenido con los dos chicos nuevos, no he hablado con el padre Abad hasta esta noche, que casi ha ido a buscarme. Hemos hablado de la situación internacional: el dominio de bloques, también de inversiones americanas en España, del caso Areilza; de Gonzalo Fernández de la Mora; que interfirieron el objeto de negociaciones de España con un país extranjero; sobre su conversación con José Larraz y Joaquín Calvo Sotelo; sobre su hermano, el ex embajador en Chile, que es amigo de infancia del Presidente chileno Eduardo Frei. El porvenir de Europa él lo vé a través de Jean Jacques Servan-Screiber. Tiene miedo de Rusia y es partidario del mantenimiento de espacios neutros a su alrededor (democracias populares y repoblación de Siberia). Critica a López Rodó furibundamente.
Ayer tarde bajé con Samuel a Guadarrama a sacarse una muela y comprobé que esta localidad es un poblado de servicios de la zona de chalets de la Sierra de Madrid.
El padre Anselmo Alvarez Navarrete, que es el más serio, resulta que es de Moratalla (Murcia), y parece ser que tiene grandes problemas familiares.
7 agosto 1970.
Ya se han ido Jesús, estudiante de medicina, con el que he tenido una profunda conversación sobre temas diversos y que con sus 22 años es un gran valor intelectual si no se estropea, y Julio Sanz. Las aficiones de Jesús van desde la música hasta la radiofonía, la física y todos los amplios campos de la medicina.
Después he estado en el vino de honor con los estudiantes de Ciencias Sociales que están con los Agustinos en El Escorial, donde preparan oposiciones 15 chicos, a 250 ptas. de pensión diaria, muy bien instalados. Ha asistido el ex director general de prensa don Manuel Jiménez Quiles, que es actualmente secretario del Centro de Estudios Sociales en sustitución de Luis Sánchez Agesta. Las chicas del curso me han invitado a ir con ellas a la Laguna en la Sierra de Gredos, pero no está la cosa muy bien organizada.
Asímismo, estuve hablando con Arrieta y Samuel de los problemas político-religiosos españoles.
Ayer se incorporaron dos nuevos huespedes: el Padre Ormaza, superior general de los victorienses de San Víctor, dedicados a la enseñanza en Madrid, con dos colegios, y sobre todo por la parte del norte de España; y el prefecto general del Sáhara, hombre de gran humildad. El padre Ormaza contó sobre la caída de varios sacerdotes salidos de Comillas en una secta del amor en Santiago de Chile, alrededor de una sacerdotisa de cuya hija sin padre (por relaciones promiscuas) se espera nazca el mesías. Samuel resulta que era amigo de ellos. Comentamos los peligros que la melosidad y pobreza de los americanos pueden suponer para el sacerdote español aislado de todo lo anterior.
El padre Laurentino es Sainz de Buruaga y el de Moratalla, el serio con problemas, el padre Anselmo Álvarez, resulta ser carlista y bien relacionado políticamente en las altas esferas.
Resulta que la Cruz la iban a hacer en otro lugar, y además no iban a hacer cruz sino viacrucis, pero al ver Franco las obras pensó que era mejor hacerlo aquí en Cuelgamuros y hacer Cruz y Basílica. Pero las capillas del Viacrucis (5 ó 6) subsisten en los montes de alrededor de la Cruz.
Hoy he descubierto de qué pié cojea el padre Cipriano: resulta que llevaba Fuerza Nueva y al comentárselo me ha respondido que le gustaba y en cambio no Cuadernos para el Diálogo. Se explica mi dificultad de comunicación con él. Ha puesto verde a Juan José Rodríguez, que fue presidente de la HOAC y ahora es secretario de Cáritas, diciendo que era un comunista. Esto ya me lo ha calificado. Ha comentado indignado los contestaciones de las Semanas Sociales. Y parece que Juan Candela anda por las mismas veredas. Habrá que poner también en cuarentena a Antonio Hernández, a quien este hombre admira tanto o por lo menos dice admirar.
El padre Abad me había dejado el guión de la mesa redonda: de la responsabilidad o conciencia individual a la social. Resulta que es un escritor de libros y folletos de arte y turísticos. Está especializado en románico tardío de Castilla, Navarra y Vascongadas.
Esta tarde, estando en la cafetería, he tenido que servir de intérprete entre un muchacho belga y los arrendatarios. Había sido dejado en tierra por el autobús del colegio con el que venía y estos señores le llevarían a Madrid y a través de la policía intentarían encontrar el colegio religioso donde iba a hospedarse.
10 agosto 1970.
Hoy han estado a comer el señor Padilla y otro chico, que resulta ser sacerdote y es bastante liberal.
Esta noche nos ha contado el Abad la conversación que ha tenido con él tomando café y se confirman mis sospechas de que mutuamente se quieren cazar. Han venido dos sacerdotes más, uno de ellos cubano, que ha estado varios años en el S. Alberto Magno, así como un sacerdote de inmigrantes en Alemania con su hermano, al que recomendó el Abad para su ingreso al cuerpo de policía. Es bastante mayor y esto ha sido la solución de su vida. Viene con un Wolkswagen que dice dan al llegar a Alemania. El clero está allí bien pagado, pues para sostenerlo el Estado descuenta el 10% del salario a los ciudadanos. Para evitarlo se declaraban ateos y entonces iba a fondo benéfico; ahora ya declaran pertenecer a la fé católica.
Ayer estuve con Samuel en El Escorial pero no tuvimos fiesta ni nada, esto de salir con un cura es un atraso. Por la mañana estuvimos con el encuadernador y un señor de Miranda del Ebro que vino a recoger a su hijo.
Tomamos café con Fernando Xifra, de 42 años, abogado que trabaja en una constructora y domina la doctrina social de la Iglesia. Se educó en los jesuitas, y es soltero, y algo sarasa parece. Mentalidad tradicional, debe estar trabajando en algo de apostolado seglar, pues en fines de semana se dedica a descansar en monasterios, amigo aparentemente de Arrieta.
Nos han pedido a Samuel y a mí dar clases a una niña de matemáticas, física y latín de cuarto y el padre Raúl me ha echado una mano para no aceptar.
Los proyectos del Centro de Estudios Sociales son organizar unos Cursos permanentes de Teología y su adecuación a las realidades contemporáneas para Sacerdotes. Continuar con las Mesas Redondas. Hacer, asimismo, Seminarios o Cursos para postgraduados en ciencias sociales y conceder becas y hospedaje a los que preparen tesis doctorales sobre ciencias sociales. Los cursos de postgraduados en julio-agosto y el hospedaje para investigación en septiembre y octubre.
12 agosto 1970.
Ayer mañana estuve paseando después del desayuno con Rafael López Heredia y con Samuel. Después de comer nos fuimos a tomar café a la cantina: Rafael, Samuel, el cura cubano Pedro Capdevila, el prefecto del Sáhara, el cura de Cáceres : Jose Luis Rubio y yo. Se habló de lo divino y lo humano: desde el problema del Sáhara hasta de la vocación de Rafael. Por la tarde estuve en la cafetería con Rafael, representante de vinos, soltero de 45 años, de una buena familia, que aún recibe el dinero de su madre.
Después de comer el abad nos contó sus andanzas guerreras de la Oficina de Información de Franco, la batalla de Brunete, las discusiones que oye en los cuarteles generales de Franco, el chaqueteo de los italianos en Guadalajara y Santander. Tiene escritas 2 obras sobre la guerra civil española. Nos contó que en Cáceres combatió una compañía de irlandeses que, por no acostumbrarse al vino español, suscitaban discordias y se acabaron por marchar.
Hoy hemos despedido al cubano Pedro, que, por cierto, es contrario acérrimo del régimen de Fidel. Dice que salen de Cuba 1.500 personas a la semana. Que hay 1 millón de cubanos fuera y cinco dentro y que todos saldrían si pudieran. Que Emilio Romero y otros muchos personajes están pagados por el régimen castrista, ¿ingenuidad?, cuyo presupuesto mayor es el de Propaganda.
El cura de Cáceres, Jose Luis Rubio, que es profesor del Seminario, del Instituto, organista, amén de llevar su parroquia y otras actividades de apostolado, es un tío cachondo. Cae bien, es un gran tipo humano. Ha querido la dirección de todos y es un hombre con una memoria especial y una sencillez, no desprovista de cálculo, extraordinaria, y tiene la frase oportuna en el momento oportuno.
Después de tomar café y 3 copas de coñac hemos bajado a la Basílica a tocar el órgano. Y un señor de paisano nos ha escoltado todo el tiempo, no muy a gusto, por las molestias que le implicaba nuestra presencia. El control es bastante severo. Ricardito me ha llamado la atención por subir al altar a ver las piedras preciosas que hay al pie de la cruz de madera. Es maravilloso el órgano, con cerca de 9000 tubos.
Esta noche he estado con Samuel y el prefecto, que nos ha contado la situación del Sáhara: se celebrará referéndum en septiembre. La posición de Mauritania. Los yacimientos de fosfatos: 11 tn anuales, y cinta transportadora de 100 km. (que los americanos juzgaron imposible, en contra del parecer de los ingenieros del INI) y espigón en el Aaiún de 3.200 m. para atracar, dos barcos de 80.000 tn y otros dos de 40.000. La rebelión de junio pasado, que al disparar un legionario mató a dos e hirió a uno. Uno de los cabecillas, un bedel de Instituto, que había colocado el prefecto y no tiene ni primero de bachiller. 40.000 habitantes que prefieren seguir con España: Marruecos los arruinaría. Fuerte control actual de España. Proyectos de explotar aquello 10 años y salir pitando.
Me escribe Juan Antonio Vicent diciéndome que los nombramientos de Díez Alegría y de Coronel de Palma (Grupo Silva) pueden ser muy significativos.
21 agosto 1970.
Esta es la última noche que paso en el Valle. He estado después de cenar en la habitación del padre Alejandro, que me ha estado enseñando sus instrumentos fotográficos, excelentes, son Cannon y tiene todo el equipo adecuado. Me ha regalado una fotografía que tiene en mucha estima y tres puros.
El padre Abad lleva varios días sin bajar a rezar o a comer con todos, debe estar un poco fastidiado. Mañana veré si puedo despedirme de él. Esta noche he tenido la conversación con D. Elías, canónigo honorario de Bilbao y catedrático del Instituto de Madrid Beatriz Galindo en filosofía. Le he tocado el problema de la fé y a poco me echa de su habitación. Me ha hablado de su amistad con José Luis López Aranguren. Está afectado de los bronquios. Parece que como buen filósofo tiene sus altibajos en la fé, pues cuando se le toca el problema salta.
Así finalicé mi convivencia con la comunidad benedictina de la Abadía del Valle de los Caídos, durante la que hube de hacer frente a las sugerencias de ingreso en la misma, que llegaron a concretarse con un poderoso incentivo: la posibilidad que tenía, al contar con la Licenciatura en Derecho, de llegar a Padre Abad.
En el verano de 1970 decidí solicitar alojamiento, para preparar la Oposición de manera intensiva y alejado de los lugares de veraneo, en la Abadía del Valle de los Caídos y, con el apoyo de D. Rodrigo Fernández-Carvajal, me aceptaron los benedictinos, que me acogieron como huésped en su comunidad.
Llegué el día 22 de julio de 1970 a la abadía del Valle de los Caídos a las 10,45 aproximadamente de la mañana y el recibimiento de que me hizo objeto el padre Raúl Arrieta será para mí inolvidable. Me instaló en la habitación 97 y me recogió a las dos de la tarde para ir a comer en el comedor de la abadía con los monjes benedictinos presididos por el Abad Luis María de Lojendio, un abogado vasco que había ingresado en la orden benedictina en 1960. Me presentó después al padre Cipriano García Gambin, licenciado en políticas, que me acogió más estirado.
Por la tarde fuí a dar un paseo por la Basílica y regresé a la abadía, encontrandome con el padre Arrieta, que me entretuvo hablándome de las editoriales hispanoamericanas y me dijo que las grandes editoriales argentinas y mexicanas (Losada, Fondo de Cultura Económico, Paidós, Espasa-Calpe,…) habían sido fundadas por los intelectuales españoles expatriados. Asimismo, me habló del clima de Buenos Aires, que es horrendo (húmedo y caluroso).
Me las veía y me las deseaba al principio para utilizar correctamente el cuchillo y el tenedor en las comidas, pero en poco tiempo me hice con ellos. Esas comidas en la comunidad benedictina eran acompañadas de lecturas, creo recordar que de las diferencias entre los dominicos y los franciscanos.
Por la noche, después de cenar de 9,30 a 10, estuve charlando con el mismo padre Arrieta, que no me abandonó un solo momento en el primer día, y comentamos sobre sociología, el nivel de preparación español en la materia, confesándome su especialización en antropología.
El día 23 ya trabé contacto con mi vecino de habitación, que era un joven sacerdote, coadjutor de una parroquia de Madrid, pero que a partir de septiembre sería Prefecto del Seminario, encargado de los chicos de quinto y sexto, y que preparaba una tesis de sociología sobre “educación de adultos según la Unesco”. Era el padre Samuel, que me prestó asimismo una inestimable ayuda para conseguir entablar contacto con los miembros de la comunidad, a los cuales fuí conociendo poco a poco.
Esa noche estuvimos hablando con el padre Juan Antonio, que tenía una mentalidad bastante abierta, y comentamos los sucesos sociales de Granada y los anteriores de Murcia, cuando la Policía reprimió a tiros unas manifestaciones como consecuencia de la huelga en la construcción. También hablamos de la flexibilidad del Superior y de la correspondiente necesidad de ampliar la responsabilidad personal.
El 24 a las 9,30 fuí a ver al padre Cipriano, que era el bibliotecario. Le entregué la carta del reverendo Yelo y se puso a contarme su carrera de políticas. Entre muchas otras cosas me contó la visita de Franco a Muñoz Grandes antes de marchar a Barcelona y cómo éste le dijo: “Paco, no pretendas ocultar lo de Matesa, podría ser tu perdición al final de tu carrera. Y te lo dice no un hombre, sino un cadáver que, por ello, no tiene ambiciones personales de ningún tipo”. Y que Franco, aconsejado por Carrero, había querido pegarle el carpetazo a Matesa, pero que Herrero Tejedor se había opuesto y el Tribunal Supremo estaba actuando inflexiblemente con mentalidad de juez. Que se había publicado en Alemania el informe de la Comisión Matesa a las Cortes en España. Y que sólo la revista S.P. había publicado la serie de fraudes e infracciones cometidas en el affaire Matesa. Me puso mal a Ollero y muy bien a Fraga y a Maravall.
Por la tarde bajé a la cafetería de la Basílica y después de la cena estuve charlando con el padre Arrieta y con Samuel sobre la filosofía española. Muy malo para ellos el libro de Alfonso López Quintas y magistral Ortega en su libro sobre la cinegética, que es una verdadera obra maestra.
Hoy 25 de julio he estado en la misa solemne en la Basílica, a donde he bajado con los padres benedictinos. He trabado cierta amistad con el reverendo Leoncio, que está en Alcalá y estudia composición y quizá venga a la abadía para dirigir el coro o escolanía. De tendencias socialistas de izquierda.
Así, hemos subido hasta el pie de la cruz, que es el máximo permitido. El escenario es espléndido.
He conocido al padre encargado por ahora de la escolanía, el padre Laurentino, que es un hombre juvenil y goza de la predilección servil del Abad.
A la comida ha asistido un amigo personal del Abad, don Victorino, jefe de prensa del Ministerio de Trabajo, hombre con un conocimiento personal tanto de José Antonio, del cual fue jefe del gabinete de estudios, y del jefe de la falange de Valladolid, que luchó y murió en las alturas del Guadarrama, o sea aquí mismo. Después de la comida el Abad Luis María de Lojendio, que me ha sido presentado por el padre Arrieta, nos ha invitado a tomar café y copa de coñac, quedando a mi izquierda un benedictino holandés y a mi derecha el padre Angel.
El Abad se ha sorprendido de que no fuera seminarista ni cura, y me ha preguntado varias veces qué hacía yo allí. Después se ha interesado por mi oposición y me ha preguntado ante quién me tenía que recomendar. Insinuando a la hija de Jordana de Pozas, el veterano administrativista, me insistió varias veces en que le interesaba vincular gente joven al centro y que contaba conmigo para algún seminario. Me explicaron que van a celebrarse dos mesas redondas, una a cargo de Juan Velarde Fuertes y otra a cargo de Luis González Seara, sobre Prospectiva: la sociedad del futuro y varios seminarios.
Al café han asistido todos los elementos seglares: uno de ellos por el que el Abad mostraba especial predilección y que ha tenido beca March de música para ampliar estudios en USA, y que antes era un simple taxista.
Don Victorino se ha enzarzado con el padre Leoncio con el tema de José Antonio y la Falange y su postura es que se han desengañado, pues los posibles líderes falangistas: Girón, Salas Pombo, Fernández Cuesta,... se han enriquecido, viven en palacios y no quieren saber nada del nacional-socialismo. Que está en contacto con Manolito Cantarero del Castillo y que se pueden hacer cosas interesantes. Añora los grandes líderes sindicalistas de la República y afirma que no hay gente que sustituya a las figuras del Instituto de Reformas Sociales.
Por su parte, el padre Angel me ha contado el porqué de la discusión del Centro con el Instituto León XIII, que ponía los profesores, los alumnos y los títulos y obtenía las instalaciones y los fondos del Centro (3 millones). Carrero era el presidente del patronato del Centro y había dado carta blanca al Abad para resolver la situación a su gusto. Pero el Padre Abad intentaba una reestructuración con titulación propia. Yo pienso que la suspensión de los cursos en el Valle (ahora se celebran en el Escorial) se debe en gran parte a la imposibilidad de continuación con la Secretaría efectiva del Centro de su gran, animador don Luis Sánchez Agesta, actual rector de la Autónoma.
Y esto es todo lo que hay por hoy, que ya es.
18 julio 1970, martes.
El domingo me lo tiré trabajando durante toda la mañana. A la comida asistieron varios ex escolanos, entre los cuales estaba un testigo de Jehová. Y después de la cena el padre Abad habló a Laurentino delante de mí respecto a la constitución de una asociación de antiguos escolanos. Estaban emocionados y yo creo que la conversación iba con miras a preparar favorablemente la decisión de éste para hacerse cargo de la escolanía. Por la tarde bajé con Samuel a la basílica, que es algo impresionante por la cantidad de trabajo que allí se ha hecho.
El lunes 27 fui a Alcalá con Leoncio en su R-8 y fumando Partagas. Antes trabé confianza con el padre Alejandro, que es de Vitoria y lleva los cometidos de mano de obra de la comunidad (conduce los coches y es el encargado del botiquín y las excursiones-hoy martes iban a Valladolid con la gente del poblado del Valle de los Caídos-). En Alcalá estuve en la Escuela de Administración Pública y en la Secretaría me atendió un chico de Murcia. Regresé a Madrid en los autobuses de la Continental que salen cada hora de la calle Alenza, que está cerca de los Nuevos Ministerios. En Presidencia del Gobierno, Castellana 3, vía José Luis Hernández Conesa, el murciano n.º 1 de su Promoción de TAC, con quien tomé una cerveza. Con él estaba otro TAC, Juan Luis Simón Vallarino. Este me aconsejó preparar los temas generales de las tres especialidades y me habló de la composición del tribunal (que tenía carácter continuador: José Jiménez Blanco, Miguel Beltrán Villalba, Juan Junquera,… ). Me insistió en el carácter decisivo del primer ejercicio respecto al segundo, y también me dijo que había muy pocas instancias para la próxima convocatoria.
Por la tarde, me vine en el autobús de Guadarrama-Cercedilla que sale de Plaza de España. Subí andando hasta la entrada del Valle (3 km) y desde allí me subió José Luis Pardos, economista, que tenía con un grupo de 14 personas una estancia de tres días de trabajo en la hospedería.
Después de cenar estuve con el Abad y el padre Juan Antonio, que conocía al Abad de antes, pues debió ingresar en Silos como novicio en 1964. Y el Abad nos contó que fue portavoz para prensa extranjera de Franco durante la guerra y después vivió en el hotel Palace cuando estaba en el Ministerio, y que era un gran gastrónomo. Y también debió vivir lo suyo, pero me dijo que él seguía el refrán: “donde mores no enamores”, así como que la gente lo creía más inteligente de lo que era.
Y hoy martes he conocido al padre hospedero titular, padre José Luis, y parece ser que tendré de vecinos de habitación a unos seminaristas. Ha estado en USA. Veremos qué cuenta. Después de cenar me ha cogido otra vez Laurentino con el Abad (que estaba con el padre Topete, jesuita que marcha mañana porque ha terminado ya sus ejercicios espirituales en solitario), el cual ante los acontecimientos de Granada dice que es un problema de incultura y de pérdida de casta, que lo que hace falta además es cambiar las vacas por otras que den más leche. En parte tiene razón, pero es un tanto fatalista. El mismo reconoce haber perdido las ilusiones que concibió al acabar la guerra.
Laurentino me ha contado algunas cosas curiosas sobre la burocracia sindical y entre ellas un chiste que una chica dijo a un dirigente sindical: “Le regalan a Franco en la Guinea ecuatorial una cobra. Y claro la intenta rehusar, por ser peligroso tenerla, pero se le arguyó que se le había eliminado el veneno y era inofensiva, que no hacía nada. Y entonces Franco dijo: cobra y no hace nada, entonces a sindicatos con ella, ese es su puesto”.
Me ha hablado asimismo de las infiltraciones comunistas en la policía y entre los sacerdotes (caso de uno de Murcia que desapareció).
Por ahora también acabo la redacción.
29 de julio de 1970, miércoles.
Hoy he trabajado bastante y cuanto más profundizo en ella tanto más me convenzo de que era algo que yo estaba intentando hacer sin conseguirlo plenamente. Creo que la Sociología puede completar mi formación muchísimo.
No he dormido siesta, pues han venido 2 autobuses de maestras que están haciendo en Madrid varios cursillos y han estado cantando y bailando hasta las cuatro, hora en que se marcharon. Después he estado hablando con el padre Angel, que me ha contado chismes y cosas de los habitantes del poblado que trabajan para el Patrimonio, el cual les proporciona la vivienda y otra serie de ventajas como empleados públicos. Los guardias del Valle son de la Guardia Civil y, amén de tener más de un empleo, trabaja toda la familia, hasta la mujer.
Después he charlado con el padre Laurentino, que es un hombre inquieto y enterado, y me ha contado que en Le Monde ha aparecido una crónica sobre las donaciones de Vilá al Opus Dei. Al respecto yo estaba enterado, pues Informaciones publicó el lunes 27 una nota de la oficina de prensa del Opus Dei en España que calificaba de calumnias tales noticias. Parece ser que la cuantía se eleva a unos 3.000 millones de pesetas para una Universidad en Lima, dos residencias en Estados Unidos, etc.
Asimismo, me ha informado que Navarro Rubio está procesado, pues presionó a la banca privada para que concediese créditos a Matesa. Y están amenazados López Bravo y Villar Palasí, abogado de Matesa). Es verosímil la noticia, pues Navarro Rubio ha cesado como gobernador del Banco de España (y la noticia procede de Coronel de Palma).
He conocido a la alcaldesa del Escorial y a su hija, cuyo marido es el médico de la comunidad. Y a Alfonso Padilla, catedrático de Derecho Político de Valladolid, que paseaba con el Padre Abad.
Después de la cena, como ya va siendo tradicional, me he sentado a la puerta de la Abadía con el Abad y con el padre Juan Antonio (que es de Avila) y la conversación ha discurrido por el panorama monumental de Avila y Segovia. Y el Abad me ha descubierto la enfermedad de los monjes: se les abre la planta del pie derecho por las genuflexiones (esto sólo con los no habituados). Los judíos se santiguan con la mano izquierda. El Abad tuvo a sus órdenes a Jordana de Pozas el Viejo.
Por último, ha llegado la noticia de la muerte de Fernando Martín Sánchez-Juliá y la decisión del gobierno español de si mañana no acaba la huelga en el metro, meter al ejército. Da la casualidad de que esto es fácil, pues, previendo este tipo de cosas (u otras) el personal superior de Renfe y los maquinistas, etc., tienen grado militar y están en situación de reserva. Por lo cual el personal no militar ocuparía los puestos menos difíciles (taquillas, etc.).
Por eso mismo la policía de tráfico, pertenece a la Guardia Civil, lo que asegura el control militar en las carreteras españolas en cualquier momento.
30 de julio de 1970, jueves.
Escribo a la luz de los relámpagos y de la brasa del cigarrillo que me estoy fumando, pues la tormenta que estaba amenazando toda la tarde ha descargado intensamente después de la cena, o sea a las 9,30. El espectáculo que ofrecía la Cruz a la luz de los relámpagos es algo único y de lo más bello que voy a ver en mi vida. Si se tomara un filme de este hecho sería algo fantástico y prodigioso, pues la claridad a veces es superior a la diurna y además no hay nubes bajas que entorpezcan la visibilidad, como debe ocurrir en invierno.
Después de comer he estado cambiando impresiones con el padre José Luis, que ha estado en México y Estados Unidos, y hemos comentado asimismo la situación de clero, monjas e iglesias de Madrid y sus alrededores.
Hemos ido Samuel, el padre Cipriano y yo a la Universidad de los Agustinos en El Escorial, donde están los restos salvados del naufragio de los Cursos de Ciencias Sociales del Valle; ahí quedan 31 alumnos de los cursos segundo y tercero, junto con los 50 americanos de todas las edades que siguen un curso de verano en el viejo caserón de los Agustinos, que, eso sí, tiene piscina y habitaciones individuales y está muy céntrico.
Allí me han presentado a don Alfonso Padilla, catedrático de derecho político de Valladolid, casado, sin hijos, durante mucho tiempo ayudante adjunto de Sánchez Agesta y especializado en derecho constitucional comparado, hombre muy sencillo, afable, pero sin gran categoría intelectual, al menos a primera vista.
Asimismo, he conocido a D. Efrén Borrajo, gallego, actual Director General de Promoción Social, Catedrático de Trabajo, hombre sencillo pero de gran valía intelectual y moral, autor de un gran Manual sobre Derecho del Trabajo, e inspirador de otras leyes laborales de la seguridad social y discípulo del Profesor Eugenio Pérez Botija, que está colocando a todos sus colaboradores: Luis Enrique de la Villa, Alfredo Montoya, Fernando Suárez. Me ha parecido un hombre extremadamente ponderado y prudente. Le he preguntado si no había quizá una predisposición por parte del régimen hacia la ampliación de los estudios de sociología y me ha contestado que no, sino que más bien no se había creado la necesidad de expandir esos estudios y que ahora que se hace, quizás el gobierno los recoja y fomente.
Parece ser que se ha resuelto lo del metro merced al gesto del gobierno de amenazar con la militarización y que hoy la situación se había normalizado.
El padre Cipriano ha insistido en lo de que Carrero estaba amenazado también por el asunto Matesa y había dicho que lo único que le interesaba era ser nombrado Jefe del Alto Estado Mayor, a lo cual se oponían ejército y marina, acusándolo de haber hecho la guerra sin pisar un frente. Al final ha sido propuesto para el puesto el Teniente General Díez Alegría, que tiene un hermano que es el actual Director General de la Guardia Civil y también otro jesuita en Roma.
Ha contado la anécdota de Mónica Plaza de Prado, procuradora franquista por Palencia, que en las Cortes, ante una disposición que condenaba la conducta licenciosa y una intervención, haciendo salvedades, de un procurador muy amante de la buena vida que decía: que “había casos en que…”, Mónica le contestó airada: “Ni casos ni nada, a eso le llamo yo ser un sinvergüenza”.
Después de cenar, el padre Abad, que ha estado en Avila, tras contar su viaje me ha referido que lo más difícil de controlar por el hombre son las manos y de ahí la cartera de mano. Y me ha hablado de su contacto personal con Herrera Oria y los demás miembros de la vieja guardia de la A.C.N. de P. Sabe francés muy bien y recibió clases de alemán del profesor de Zubiri.
Dee Dee Bridgewater, gran diva del jazz actual
Cuando se habla de las grandes divas del jazz siempre nos vienen a la memoria los nombres de Bessie Smith, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughan, Billie Holiday, Carmen McRae y algunas otras que lo fueron todo en el mundo del jazz vocal de su época, pero tras ellas han seguido apareciendo otras vocalistas de renombre que han ido tomando el relevo. Algunas ya nos dejaron también, como Dinah Washington o Nina Simone, otras ya se han retirado o anunciado su alejamiento de los escenarios, como Aretha Franklin, y las hay que siguen estando activas y llevando a nuestros oídos lo mejor de esa música. Y de entre estas últimas hay una que me parece sorprendente por su voz, su fuerza arrolladora, porque se ha convertido en ídolo internacional y porque de alguna manera recuerda a las primeras. Y no es otra que Dee Dee Bridgewater, estadounidense como todas las que he citado más arriba.
Dee Dee Bridgewater (Denise Eileen Garrett, el apellido Bridgewater lo tomó de su primer marido, el trompetista Cecil Bridgewater) es hija de un trompetista y de una cantante de jazz y ha recorrido medio mundo cantando con los mejores músicos y actualmente reside entre Las Vegas y Paris con su tercer marido, aunque en el caso de Dee Dee lo de residir es mucho decir porque se pasa más de medio año de gira. Nació en Memphis, pero aún niña su familia se trasladó a Flint (Michigan) donde estudió y comenzó a cantar en bandas escolares. Más tarde se incorporó a la banda de jazz de la Universidad de Illinois con la que comenzó a hacer giras por todo el país y desde entonces no ha parado de moverse por todo el mundo. Tiene dos premios Grammy y un premio Tony. Sus dos Grammy son por sendos discos (Dear Ella y Eleanora Fagan) tributo a dos de las más grandes vocalistas que ha dado el jazz, Ella Fitzgerald y Billie Holiday. En 1999 Dee Dee Bridgewater fue nombrada Embajadora de Buena Voluntad de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Lo curioso en Dee Dee Bridgewater es que el verdadero reconocimiento internacional no le llegó en su primera etapa estadounidense, sino después de trasladarse y fijar su residencia en Paris en el año 1986. Dos años antes, en 1984, intervino en el único largometraje (creo) en el que ha aparecido, The brother from another planet, -aunque sí lo había hecho en series de TV y musicales de Broadway- una película que pasó un tanto desapercibida y en la que se ve a una joven Dee Dee cantando uno de los temas de la película, Gateway. Haciendo clic en la imagen podéis ver algunas secuencias de Dee Dee Bridgewater en esta película.
Cuando llegó a Paris ya había grabado cuatro discos, pero allí grabó el que la lanzó definitivamente a la fama, Live in Paris, y con el que obtuvo en 1989 su primera nominación a los Grammy de las ocho que posee. Ahora, ya no tan joven y con una imagen diferente, pero con la experiencia de tantos años recorriendo los escenarios internacionales, ir a ver un concierto de Dee Dee Bridgewater es algo altamente recomendable. Sus directos están llenos de energía, una energía que transmite al público que va a verla. Así que hice caso de mi propia recomendación y me fui a ver a Dee Dee Bridgewater & The Memphis Soulphony el 14 de noviembre al teatro Fernán Gómez Centro Cultural de la Villa. Su actuación se enmarcaba dentro del Festival Internacional de Jazz de Madrid de 2017, un festival que año tras año mejora su programación. Quienes no tenemos muchas posibilidades de viajar agradecemos sobremanera que los promotores de los locales de música (ya sean auditorios, teatros o clubs) y de los festivales traigan a nuestras ciudades a estas estrellas de primera fila. Los organizadores del festival de Madrid han traído a un buen plantel de ellas para esta edición de 2017.
Ahora vayamos al concierto del día 14. Las entradas se agotaron con varias semanas de antelación. Afortunadamente a veces uno es previsor y las adquirí a los pocos días de que la organización publicara la programación del festival, más de un mes antes del concierto. Y es que Dee Dee tiene mucho tirón en todo el mundo. Su último disco, Memphis ... Yes, I'm Ready, de este mismo año 2017, es un auténtico homenaje a la música soul, con canciones que han hecho célebres un buen número de grandes intérpretes y eso es uno de los riesgos que asume Dee Dee, que comparen sus versiones con las de aquellos que las crearon o las hicieron famosas, pero que no tiene ningún reparo en asumirlo, porque Dee Dee también es muy grande y hace su propia versión de estos temas. Tiene mucho mérito atreverse con Take My Hand, Precious Lord (el tema que cierra el disco) que hemos escuchado en la voz de la reina del Gospel que fue Mahalia Jackson o bien es cierto que cuando hemos escuchado a B.B. King en The Thrill is Gone es difícil creer que puede haber una versión mejor. Y hablando de ello, Dee Dee Bridgewater me va a permitir que en un artículo dedicado a ella haga mención de la versión que de este tema hizo B.B. King en el Madison Square Garden de NYC durante el Crossroads Guitar Festival de 2010, rodeado de excelentes músicos, entre los que se encontraba Eric Clapton. Pero sobre este tema diré algo más adelante.
Una de las cualidades importantes en cualquier persona dedicada al arte y en este caso a la música, es tener un estilo propio y no cabe duda que Dee Dee lo tiene. He mencionado este disco, además de por ser el último que hasta ahora ha grabado, porque casi todos los temas que lo componen nos los ofreció Dee Dee en el concierto de Madrid. Faltó el ya mencionado Take My Hand, Precious Lord y uno que popularizó Elvis Presley, aunque hiciera una breve imitación de él. Creo que todos los demás temas estuvieron presentes en el concierto. Dee Dee es brutal (en el buen sentido de la palabra) en el directo, donde contagia su energía y su alegría al público y lo hace partícipe con sus extendidas explicaciones sobre los temas que está interpretando o sobre lo que se le ocurre en cada momento. También hay algo de su vocación teatral en sus actuaciones que hace que aún se disfrute más de ellas.
Dee Dee Bridgewater en dos momentos del concierto (Madrid, 14 nov 2017)
Comenzó el concierto con Giving Up, de Van McCoy, hizo un repaso por todo el disco, me parece que su versión de Yes, I'm Ready es genial además de que es un tema precioso, y lo finalizó con The Thrill Is Gone, que ya he mencionado antes pero del que me quedaba algo por decir. Y es que es cierto que la versión de B.B. King es difícil de superar, pero en el directo, que no en el disco, Dee Dee se crece en este tema, lo hace suyo, lo interpreta de maravilla y consigue que todo el aforo del recinto (en este caso los 682 espectadores que caben en la sala Guirau del Fernán Gómez, que estaba llena) se levanten de sus asientos para corear y bailar este bellísimo blues. Y ahí finalizaba el concierto, con un público absolutamente entusiasmado por lo que había visto y escuchado y que no paraba de aplaudir, así que salieron de nuevo para ofrecernos la propina que faltaba, que fue Try a Little Tenderness (también en el disco) y es que el soul de Otis Redding aún no había estado presente en el concierto.
Dee Dee Bridgewater & The Memphis Soulphony (Madrid, 14 nov 2017)
Para finalizar este post es justo resaltar la enorme categoría y la excelencia de los músicos (seis instrumentistas y dos vocalistas) que componen The Memphis Soulphony, que acompaña a la reina del blues, soul y gospel que es Dee Dee Bridgewater en esta gira que está llevando a cabo por varios países para presentar este nuevo espectáculo. Porque espectacular es su actuación. Varios vídeos de Dee Dee Bridgewater circulan por Internet, aquí sólo algunas fotos del maravilloso concierto al que asistí.
Dee Dee Bridgewater & The Memphis Soulphony (Madrid, 14 nov 2017)
Cuando terminó la oposición iniciamos el curso selectivo en Alcalá de Henares, donde durante nueve meses nos dieron formación diaria en distintas materias relacionadas con nuestro futuro ejercicio profesional por parte de un elenco de profesores tales como Francisco Ansón Oliart y Julián Mesa, que nos dieron Psicología Social; Informática, por Juan José Scala Estalella y Emilio Sánchez González; Estadística, por Vicente Jiménez Díaz; Administración de Personal por Vicente González Guisado; Procedimiento Administrativo, por Ricardo Pellón Rivero; Gestión Financiera, por Ceferino Argüello Reguera; Dirección Administrativa, por Luis Blanco de Tella; Economía, por José Espí, Jesús González, Enrique Barón Crespo, Carlos Lerena, Javier Irastorza, Laureano Lázaro,….
En la Escuela, dirigida por Andrés de la Olíva y con Miguel Angel Arroyo de jefe de estudios protagonice un incidente en el que intervino Ramón García Mena quien era Gerente de la misma. Estabamos en un descanso de las clases e hice una pelota con papeles y me puse a jugar al futbol en los pasillos con mis compañeros, cuando apareció Ramón García Mena que me miró con severidad pero yo hice caso omiso y seguí jugando como si tal cosa, después me enteré que el Reglamento de la Escuela calificaba ese acto como falta muy grave por lo que pudo tener trascendencia, pero al final afortunadamente no la tuvo.
Hicimos un viaje de estudios a Melilla con Gonzalo Puebla como responsable y allí el Secretario General del Gobierno de Melilla Francisco Avanzini ordenó cerrar todos los locales públicos, conforme nosotros hacíamos el recorrido nocturno de la ciudad, al parecer para evitarnos riesgos.
Asimismo como Prácticas teníamos que ir por grupos a una provincia y conocer la administración de esa provincia, durante una semana y a mí me tocó con Javier Pascual Casado, Jose Miguel García Eiranova y Victoriano Martínez Sánchez y así nos presentamos en el Gobierno Civil de Sevilla al Secretario General que era el todopoderoso Mario López, padre de Pina López Gay, que nos recibió y quiso ponernos a trabajar pero yo le sugerí que más bien debíamos conocer toda la administración periférica y para ello era mejor que tuviésemos libertad de movimientos. Así se acordó y al final hicimos un informe con la documentación que nos facilitaron las distintas delegaciones y direcciones provinciales, pero aprovechamos el tiempo libre disponible para hacer turismo y conocer Andalucía. De esta estancia recuerdo con especial agrado la visita a Itàlica, yacimiento situado en Santiponce y especialmente la mesa que nos pusieron a la entrada al mismo para tomar gambas de Huelva y en la que participaron don Mario y alguna de sus hijas, no creo que Pina.
Durante el curso, uno de los compañeros, José María Goizueta fue nombrado por Cruz Martínez Esteruelas, el Ministro de Planificación del Desarrollo, Subdirector General en ese ministerio, con lo que tuvo que dejar de asistir a las clases. Al parecer, había sido su preparador de oposiciones al Cuerpo de Abogados del Estado y ambos pertenecían al establisment, ya que José María terminaría jubilándose como Gerente del Centro de Estudios Económicos, donde prácticamente estuvo desde que dejó el trabajo en la Administración.
Al finalizar el curso, quisieron hacer que fuese selectivo pero nos plantamos y nos negamos a que lo fuera, máxime con el precedente anterior.
En junio nos dieron las plazas vacantes que los Ministerios nos ofrecían y yo pensé en solicitar la vacante de Secretario provincial de Agricultura en Albacete, lo que suponía acercarme a Murcia. Pero el Jefe de Sección de Personal del Ministerio me dijo que si pedía ese destino me olvidara de volver a Madrid en un año como yo pretendía, ya que una vez ocupado el puesto no me soltarían tan fácilmente. Yo, que me planteaba ocupar ese puesto para tener un conocimiento de la realidad de la gestión administrativa desde abajo, al conocer esta circunstancia descarté pedirlo y solicité una Jefatura de Negociado, nivel 14, en la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura, puesto que me adjudicaron, y lógicamente con ello, permanecí en Madrid.
Siempre he pensado que las circunstancías te condicionan la vida y que si hubiese ido a ocupar ese puesto en Albacete, habría terminado en Murcia o casado con la hija de un terrateniente de Albacete y mi vida habría sido otra. Pero eso nunca se sabe.
Así pues, me incorporé a mi puesto de Jefe de Negociado de Informes y Dictámenes en la Secretaría General Técnica del Ministerio de Agricultura y volví a depender de Paco y José María Peña, que ya habían sido mis jefes en mi periodo anterior de contratado e igualmente me reencontré con mis compañeros TAC: Adolfo Hernández Lafuente, Mariano Aguilar Benítez de Lugo, Eva Blanco Medio, Angeles Fernández Simón y con el interino Juan Antonio Richard Chacón, que había sacado las oposiciones en la siguiente convocatoria y se tenía que incorporar a hacer el curso en Alcalá.
En ese puesto permanecí hasta principios de 1975 y en él habría seguido de no haberse producido la oferta del Jefe del Servicio de Recursos del Ministerio, Froilán Crespo, que me planteó la necesidad de que ocupara una vacante de Jefe de Sección en Recursos para que le ayudara a llevar el Servicio ya que él era abogado en ejercicio y tenía mucho trabajo. Me resistí a ello y el día que finalizaba el plazo para el concurso me convenció diciendo que el puesto era para mí. Pasó un mes y cuando le pregunté que pasaba me dijo que el Subsecretario había decidido darselo a otro compañero que tenía que dejar el Mº de Trabajo. Me enfurecí y le dije que los TAC no mandaban nada en el Ministerio de Agricultura y que me iría a la menor oportunidad y no volvería mientras mandasen los Ingenieros y los Veterinarios.
Al cabo de un mes me llamó Juan Junquera González, Subdirector de Función Pública, que era primo hermano de D. Rodrigo Fernández-Carvajal González, y me dijo que en Función Pública, en la Subdirección de Cuerpos Interministeriales había una vacante y que me pedía la ocupara. Fuí a Ferraz a la sede de la Subdirección y me entrevisté con Alfonso Soriano Benítez de Lugo, el tinerfeño que la desempeñaba, y estando con él apareció el sevillano Manuel Alvarez Fuentes, que me conocía de los pasillos de la oposición y dijo que qué hacía allí, le contesté que me había enviado Junquera para ocupar una Sección vacante. A lo que vociferó que la acababa de cubrir y que Junquera se metiera en sus cosas. Yo regresé a Velázquez a ver a Junquera y contarle lo sucedido y este lo lamentó y se disculpó.
A principios de 1975, me llamó de nuevo Juan Junquera para decirme que de la Dirección General de Promoción del Sáhara le habían pedido un jurista para defender ante el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya el proceso de descolonización que España había iniciado de ese territorio. Yo le contesté que el puesto me agradaba pero que para representar adecuadamente a España debía tener como mínimo un nivel 26. A lo que me contestó que le parecía bien, que lo planteara.
Al día siguiente fuí a Castellana, 5, el palacete en el que tenía la sede la Dirección General de Promoción del Sáhara, a entrevistarme con su Director el Coronel de Infantería Eduardo Blanco Rodriguez, que antes había sido Jefe de los Servicios de Información de Presidencia y Director General de Seguridad con Camilo Alonso Vega de Ministro de la Gobernación. Me recibió en su despacho y me propuso el puesto y yo le dije que de acuerdo pero con nivel 26. El me dijo que en unos días me daría su respuesta.
Efectivamente, me llamó y me dijo que iba a ocupar el puesto de Jefe del Gabinete Técnico de la Dirección General, nivel 26, el tercer puesto en la linea jerárquica y que me iba ocupar de los aspectos juridico-legales de la Dirección dependiendo del Secretario General : un magistrado llamado Enrique Ruiz Gómez de Bonilla.
Con ello dejaba el Ministerio de Agricultura, al que nunca he vuelto, y lo hacía pasando de un 14, Jefatura de Negociado, a un 26 Jefe de Servicio, y eso a los 7 meses de ingresar como funcionario.
En época anterior a esta en los centros nocturnos en general y en especial en las academias, se destacó la creatividad de los intérpretes, como algo que caracterizó a la etapa primitiva, anterior a La Guardia Vieja.
Nos encontramos con que hacia los años 1910, ya en los tiempos de La Guardia Vieja, empezó a emplearse la música escrita; es decir, las partituras. Esto constituyó un factor que influyó notablemente en la difusión de ese género, pues de esa manera ese ritmo se expandía, iba de un lado a otro y se podía interpretar en muchos ambientes. Al mismo tiempo, se daba a conocer en otras partes de la ciudad y más allá del suburbio.
Cada vez más se iban abriendo distintos salones donde al principio llegaban trabajadores del puerto y sus alrededores, pero con el paso del tiempo, se reunía un público muy variado, donde se bebía caña de origen cubano y otras bebidas, donde actuaban payadores y orquestas tangueras.
En esos ambientes a veces se contaba con un pianista estable que integraba las distintas orquestas que animaban esos sitios; en ocasiones, el pianista era valorado por su ejecución y llegaba a hacerse famoso.
En cuanto a los salones, se nombran “El Talar”, “La Enramada” y otros, adornados con guirnaldas y farolitos. Otro muy famoso era el “Plus Ultra”. Pero saliendo de las zonas del bajo, también en distintos barrios había sitios semejantes: “Puerto Rico”, “Los Farolitos”, “La Estrella del Norte”, “Fusco”, “La Alegría”, “La Paloma”, “El Aeroplano”, “El Farol Rojo” o “Los Rosales”.
Para reflejar una opinión acerca de esta danza, la expresamos con uno de los versos del poeta uruguayo Fernán Silva Valdés:
Yo no nací para el canto
Porque nací pa ´bailar
Para tangos, los primeros,
Hasta el novecientos diez
Los que vinieron después
Son cantos con gusto a coca
Si la caña es pa´ la boca
El tango es para los pies.
Y si de remembranzas se trata, se puede recordar uno de tantos barrios montevideanos donde convivían criollos y extranjeros, uno de ellos es el denominado “barrio Villa Española” donde habitaban, como lo dice su nombre, españoles vascos que tenían tambos y pequeñas quintas, donde cultivaban verduras, o fabricaban pan. Eran barrios de obreros, donde los criollos escuchaban la música de los foráneos, sonidos de sus aldeas muy lejanas, compartiendo con los criollos sus festejos y sus recuerdos.
Los montevideanos los respetaban, recibían su amistad y su cultura y al mismo tiempo los emigrantes aprendieron a querer esta tierra. De ello derivó que comenzaron a formar tríos de bandoneón, contrabajo y guitarra. Y de ahí, en ocasiones surgían orquestas de tango, como la del maestro Carusito. En ese medio surgió Agustín Pucciano, quien tuvo un rol importante en la radiotelefonía y en su Villa se organizaron concursos de cantantes y orquestas. De esos eventos aparecieron personajes que con el paso del tiempo se volverían famosos como Carlos Roldán, Mario Rivero, o quien sería un director de orquesta típica, Donato Racciatti.
Es importante hablar del ambiente montevideano de aquellas épocas, propicio para la intelectualidad y la cultura, viene al caso mencionar a la escritora Josefina Serena Acevedo de Blixen, quien en su artículo “La ciudad de los círculos”[1], dice así:
Desde que anochecía, a esa hora de luz intermedia […] en librerías, almacenes mayoristas, farmacias, confiterías empezaban a formarse los círculos de amigos. Porque Montevideo era, como Madrid, una ciudad de círculos y tertulias. La gente amaba el conversar y había pocos club donde reunirse y desde luego menos cafés que hoy. Aquellos eran círculos casi formales, a los que los contertulios asistían como si con ese acto cumplieran un deber. Eran grupos a los que unía a menudo un entusiasmo común o una similar manera de pensar, o hasta quizás un interés compartido […]
A estas reuniones acudían literatos, historiadores, políticos, poetas, filósofos, profesores, estudiantes y periodistas. En la misma publicación referida, aparece un artículo “El Polo Bamba”[1] del historiador y sociólogo Alberto Zum Felde, extraído de su publicación Proceso intelectual del Uruguay, se refiere a un café, situado en el centro, muy famoso y representativo de esa vida bohemia llamado “Polo Bamba”. Leemos lo siguiente: El “Polo Bamba” tiene derecho conquistado a ocupar una página en la historia de nuestras letras. Fundado por Severino Román un gallego empeñoso […] El carácter especialísimo del propietario -su afición a los intelectuales, unida a su bonhomía económica- determinaron la corriente simpática que llevó a congregarse en el Polo Bamba de 1900 a 1915, a toda la generación literaria que seguía las nuevas tendencias, haciendo de él un Ateneo de la Bohemia […] […] el viejo Severino, como le llamaban familiarmente, era uno de los más animados contertulios de su propia parroquia. Encantado de respirar aquella atmósfera cargada de electricidad mental, iba de un grupo a otro, participando de las discusiones, escuchando las lecturas, emitiendo sus opiniones absurdas, prodigando sus frases funambulescas. Porque Severino hizo de la incongruencia el cetro de su reino extraño. En ese mismo sitio, se abrió después el café “El Tupí Nambá”, donde se reunían los intelectuales de Montevideo, fundado por San Román –hermano de Severino–, el propietario del Polo Bamba. En el esplendor del Novecientos, por las mesas del Tupí pasaron toreros, cantantes, políticos, deportistas, inmigrantes escritores, músicos. El Tupí fue cerrado en 1959.
[1] Acevedo de Blixen, Josefina. “Color del Novecientos”, Capítulo oriental. Montevideo: Editor de América Latina-Biblioteca Uruguaya Fundamental. 1968. p. 19 .
El pasado jueves día 5 de Octubre tuvo lugar en la sede de la Academia Española de Administración Pública, la conferencia pronunciada por D Enrique Serrano Martínez, diputado y académico, sobre “El Papel del Gabinete del Presidente del Gobierno en España”. Asistieron más de sesenta académicos, que al finalizar realizaron numerosas preguntas relacionadas con la estructura del Gabinete, su significación política y administrativa, así como sobre la situación en Cataluña.
Durante su conferencia , Serrano se refirió a los diversos periodos en los que había tenido la Dirección del Gabinete, durante las presidencias de Felipe González y Jose Luis Rodriguez Zapatero, destacando el alto grado de profesionalidad y competencia técnica alcanzado , así como los numerosos conflictos y temas complejos que hubieron de resolver con la colaboración de los diversos Departamentos Ministeriales. Señaló igualmente la labor de coordinación efectuada para sacar adelante proyectos de ley de extrema complejidad ,en los que al hallarse incursos diversos departamentos ministeriales, la labor coordinadora, encargada en cada caso por el Presidente, era realizada.
El ponente destacó igualmente que a pesar de la corta historia administrativa del Gabinete, se había consagrado como imprescindible para el funcionamiento del Gobierno, a pesar de la alternancia partidaria y de las numerosas reorganizaciones de las que ha sido objeto.
A continuación se celebró una Asamblea en la que solicitaron y los socios aprobaron la incorporación de dos nuevos miembros :Saugar Álvarez, Raúl y Domingo Valenzuela, Ignacio. Tras estas dos nuevas incorporaciones, la Academia queda constituida por 127 académicos.
Finalmente, tuvo lugar una cena con el ponente en la que participaron numerosos académicos y académicas.