27/04/2022
Kenny Garrett, recordando los orígenes
El saxofón no formaba parte de los instrumentos más habituales en los primeros años del jazz, pero más tarde se consolidó como uno de los instrumentos básicos de muchas agrupaciones. Desde el saxo soprano al barítono (dejando al margen otros más especializados y menos comunes) los hemos escuchado infinidad de veces en conciertos y grabaciones. Conozco a un excelente saxofonista (y amigo) que toca todos ellos y siempre dice que el barítono es el que más le gusta. Pero no creo equivocarme si digo que el saxo tenor es el que tiene un mayor número de adeptos. Ya he nombrado tres (soprano, tenor y barítono) y me falta el cuarto, y a mí, que no soy un entendido en la materia, el sonido que más me gusta (o eso creo), es el del saxo alto. Y si hablamos de saxo alto y de intérpretes actuales no podemos olvidarnos de Kenny Garrett.
Kenny Garrett (Foto de Hollis King)
Kenny Garret nació en Detroit y está considerado como uno de los más importantes saxos alto de la actualidad. A los 18 años comenzó a tocar en la orquesta de Duke Ellington, que por entonces dirigía el hijo de Duke, Mercer Ellington. Fue un periodo de más de tres años en los que Garret aprendió mucho rodeado de aquellos músicos. Después se trasladó a Nueva York para tocar en algunas orquestas, como las de Mel Lewis, Lionel Hampton y Art Blakey. En 1984 grabó su primer disco como líder de grupo, Introducing Kenny Garrett, y en 1986 Miles Davis lo oyó tocar y le propuso incorporase a su grupo. Lo que en principio iba a ser una colaboración puntual se convirtió en cinco años de Garrett con Davis, hasta agosto de 1991, poco antes del fallecimiento de Davis. El primer disco que grabó con Miles Davis fue Amandla, en 1988, publicado ya en 1989. Ha colaborado con los mejores músicos del momento y mantiene su propio grupo, con quien ha grabado ya 20 discos. Tiene varios premios de la revista DownBeat, cinco nominaciones a los premios Grammy y obtuvo este premio en 2010 al mejor álbum de jazz instrumental, Five Peace Band, grabado junto a Chick Corea, John McLaughlin, Christian McBride y Vinnie Colaiuta.
En muchas ocasiones, por distintas personas y con palabras y maneras diferentes se ha dicho que la música es la expresión de lo inexpresable. Esto lo sabe muy bien Kenny Garrett, que lo que hace es expresar y comunicarnos con su saxo y con sus composiciones todo aquello que ha conocido en el mundo de la música. Garrett es un músico que no renuncia a nada. Estudia toda la música que se ha hecho y se hace, toca la música que escuchó en su infancia, en los años 60 y 70 (su padre, aunque no músico profesional, también tocaba el saxo), pero al mismo tiempo está recogiendo y asimilando todo tipo de sonidos de diferentes latitudes con los que enriquecer la música que él mismo crea, sin olvidar nunca los orígenes afroamericanos con que se inició este fantástico recorrido que es el jazz.
Es lógico pensar que los años que pasó en su ciudad natal, Detroit, han influido en su estilo musical. Garrett nació en 1960 y no pasemos por alto que en Detroit convivían diferentes géneros (bebop, free jazz, soul, música clásica) y fue la ciudad que vio nacer a la discográfica Motown Records, dedicada especialmente a la música Afroamericana, que dio origen a lo que más tarde se denominó estilo o sonido Motown. A buen seguro que este eclecticismo musical tiene mucho que ver con el estilo (o estilos) de música que compone e interpreta Kenny Garrett. El resultado de todo esto es un magnífico conjunto de composiciones que Garrett nos ofrece con el limpio y claro sonido de su saxo. Es difícil encuadrar a Kenny Garrett en un concreto estilo de jazz, porque su mundo musical es amplio y lleno de matices, como lo prueban sus discos.
El último de sus discos, Sounds From The Ancestors, es un ejemplo claro de lo que representa la historia del jazz para Garrett. Los ocho temas del disco son composiciones suyas y comenzó a grabarlo a finales de 2019, poco antes de la pandemia, y en el parón que supuso ésta dedicó tiempo a reflexionar sobre su contenido e incorporar algunos detalles, hasta agosto de 2021, fecha de su lanzamiento. El disco está imbuido de toda la música que ha ido absorbiendo Garrett a lo largo de su trayectoria, jazz, soul, R&B, gospel y por supuesto la música afrocubana que le ha acompañado en sus colaboraciones con el pianista Chucho Valdés. Al mismo tiempo, con este disco, Garrett recuerda y homenajea a varios de los músicos con los que ha tocado. El primer tema, It’s Time to Come Home, -que también es el último, aunque en la interpretación haya diferencias- es un brindis al jazz afrocubano; con Hargrove, Garret rinde homenaje a quien fue un gran trompetista; no podía faltar el recuerdo a dos grandes bateristas, Art Blakey, en cuya orquesta estuvo Garrett y Tony Allen, uno de los más grandes bateristas africanos y uno de los exponentes del Afrobeat y de la música yoruba, y a ellos dedica el tema For Art’s Sake, con un final en el que la batería y la percusión toman el protagonismo, como también lo hacen en el trepidante What Was That?. El tema que da título al álbum, Sounds From The Ancestors, comienza con una introducción suave del piano -aquí tocado por Garrett- que pronto da paso a un despliegue más rítmico con voces y percusión (en el disco intervienen, además del quinteto, otros músicos), para finalizar con las mismas notas iniciales del piano, también tocado por Garrett. Este disco dedicado al sonido de los antepasados es, sin duda, un hito importante en la discografía de Kenny Garrett. Como él mismo apunta con el título del tema que abre y cierra el disco, “Es hora de volver a casa”.
“The Spirit is in The Sound
You know it when you hear it”
(A. Scott Galloway)
En este año 2022 está presentándolo en una gira de actuaciones por diferentes países. Seis ciudades españolas tienen (o han tenido) el privilegio de escuchar en directo la música que hace Kenny Garrett y siendo una de ellas Madrid, ciudad en la que resido, yo no podía dejar pasar la ocasión de asistir a su concierto. Y eso fue el 25 de abril en Café Berlín, un importante club de jazz de Madrid. Allí, en el día y hora señalados, se presentó el quinteto de Kenny Garrett, con él en el saxo alto, Vernell Brown (piano), Corcoran Holt (contrabajo), Rudy Bird (percusión) y, Ronald Bruner (batería).
Kenny Garrett Quintet (Café Berlín, 25 abril 2022)
Esa noche del 25 de abril, por el escenario de Café Berlín pasó todo un mundo. Pasó Detroit, Nueva Orleans, Nueva York, Cuba, Guadalupe y por supuesto África, esos países centroafricanos donde empezó todo. Todos los antepasados de Garrett estaban citados allí. El concierto estuvo basado en los temas de su disco Sounds from the Ancestors, sólo que aquí los temas tuvieron una duración superior. Empezó fuerte, con Soldiers of the Fields, duplicando (o más) la duración que tiene ese tema en el disco, con un alarde increíble del saxo de Garrett y así nos dimos cuenta de que la noche iba a ser altamente prometedora. Después llegaron, uno tras otro, los demás temas del disco. El manejo que tiene Kenny Garrett del directo es asombroso.
Kenny Garrett (Café Berlín, 25 abril 2022)
Durante todo el concierto se mantuvo un silencio escrupuloso por parte del público, tan solo roto (el silencio, claro) por los aplausos y muestras de admiración siempre en los momentos debidos. Hasta que ya cerca del final del concierto Kenny Garrett decidió que el público (prácticamente lleno el local) tenía derecho a participar activamente en la fiesta y comenzó a alentarnos a hacerlo. No tuvo que insistir mucho Kenny Garrett, porque el ambiente que se respiraba tras dos horas de un espléndido concierto era de euforia y todo el mundo (ya muchos puestos en pie) comenzó a seguir las indicaciones del ”director” Garrett y a tararear, palmear y hasta bailar al ritmo que siguió tocando el grupo. Presenciando el concierto vi a varios músicos locales y uno de ellos, uno de los contrabajistas españoles más notables (navarro para más señas), se unió a la fiesta final sustituyendo en el contrabajo a Corcoran Holt.
Únicamente me resta decir que los cuatro músicos que acompañaron a Kenny Garrett son auténticos maestros de sus instrumentos y que para recordar los sonidos de los ancestros resulta esencial el uso de ese conjunto de instrumentos de percusión que Rudy Bird domina a la perfección. También mi aplauso para Café Berlín, que está ofreciendo una programación muy atractiva.