Tengo el blog completamente abandonado y ¡¡esto no puede ser!!. Parece que cuando te metes en una rutina es difícil salir: hay rachas que estás venga a hacer recetas nuevas, venga a meter entradas nuevas, con lo cual desayunas, comes, meriendas y cenas algo de cosecha propia. Llega el verano y la cosa cambia: dejas de hacer cosas, te da más pereza estar en casa cuando puedes hacer planes, te vas los fines de semana...y un mes después te fijas y no has metido ninguna receta nueva...
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Si por alguna casualidad cocinas algo, o no le haces fotos, o te da pereza sentarte en el cuarto pequeño en el que está el ordenador, cuya temperatura media suele rondar los 45º… Que digo yo, ¿somos tontos o somos tontos? ¿Dónde metemos el ordenador? Pues en el cuarto más pequeño con menos ventilación de la casa, a pesar de que los ordenadores ¡calientan más que un radiador!
Hoy como me toca lavarme el pelo (lo digo como si lo hiciese una vez al mes) he decidido sudar todo lo que haya que sudar antes de la ducha y enfrentarme al temido combo (horno+ordenador).
La razón de enfrentarme a este combo son unas tartaletas de mi libro-musa. Están dentro del capítulo de la harina de maíz, que es de las más fáciles de encontrar. Desde que me compré el libro, voy como loca por los pasillos de los supermercados buscando harinas y con la de maíz hubo suerte. La receta pide cornmeal, que debe ser harina gruesa de maíz, pero como no tenía, he utilizado harina de maíz para todo. Aunque la autora dice que es normal que la masa se desmenuce fácilmente, yo eché un poco más de nata y de mantequilla porque aquello parecía arenilla y no me acababa de convencer. Otro de los cambios que he tenido que hacer respecto a la receta original es el relleno. El original es una mermelada de ruibarbo con hibiscus, que en castellano debe ser hibisco o algo así. Como con este calor una no está como para florituras y peregrinajes en busca del ingrediente perdido, he optado por algo más sencillito. Las frambuesas estaban tiradas de precio y tenía una lima por ahí rodando, así que el relleno son dos tarrinas de frambuesas con el zumo y la corteza rayada de la lima y azúcar al gusto del consumidor.
Un día después: las he probado y ¡me ha encantado! La masa está que se deshace, las frambuesas siguen jugositas y la lima le da un toque especial...
Rustic Raspberry and Lime Tarts
La masa
Ingredientes: 116gr harina de maíz, 116gr harina corriente, 58gr cornmeal, 50gr azúcar, 1/2 cucharadita de sal, 58gr mantequilla, 1 yema de huevo, 50gr nata.
El relleno
Ingredientes: 2 tarrinas de frambuesas, l lima, azúcar al gusto.
Preparación
1. Tamizar los ingredientes secos sobre un bol.
2. Añadir la mantequilla en trozos y mezclar hasta que quede como arena. Añadir la nata y la yema de huevo y mezclar hasta que quede incorporado. Aquí es donde he echado algo más de mantequilla y nata hasta que tenía la consistencia que me gustaba.
3. Coger bolas de masa y aplanarlas con la mano hasta conseguir círculos de masa finos.
4. Mezclar las frambuesas con el azúcar, el zumo de lima y la corteza de la lima rayada.
5. Colocar las frambuesas en el centro de cada círculo de masa, espolvorear con un poco de azúcar y cerrar los círculos intentando meter y sacar los bordes alternativamente al cerrar las tartaletas. La masa se rompe a veces, pero no pasa nada.
6. Guardar en la nevera durante al menos una hora.
7. Pasado ese tiempo hornear en horno precalentado a 180ºC hasta que la masa quede dorada.