Me encantan las fresas: solas, con azúcar, con leche, con zumo, pero, como buena golosa que soy, sobre todo con nata. Así que ahora, entre que empieza a hacer buen tiempo y que desde hace varias semanas vas a las fruterías y no hay solo manzanas y peras,¡estoy feliz!. Las posibilidades de mis amigas las fresas en el terreno dulce son muy amplias. El año pasado hice un helado de strawberry cheesecake que estaba buenísimo - lo tendré que repetir y poner la receta, pero otra buena opción, cuando te han sobrado claras de algún otro postre, es la famosa Pavlova. Además de ser fácil de hacer, es super ligera, lo cual es una ventaja, porque después de ponerte púa con la cena, si sacas una tarta de chocolate con dulce de leche, a la cucharada y media la gente ya no puede con más, mientras que con la Pavlova cogen un poco pensando que va a llenar, te piden otro poco y acaba quedando un trocito para el desayuno del día siguiente. Será una tontería, pero cuando haces algo para que se lo coma el que viene a casa, eso de que se acabe te da una satisfacción....si no siempre te quedas pensando: ¿estaban llenos, o es que la bomba calórica que preparé no estaba demasiado buena?
Normalmente hago una Pavlova grande, pero esta vez hice unas cuantas chiquititas a lo "postre individual". La gracia de este postre es que la parte de merengue no es un merengue tal cual: la parte exterior sí que se queda como un merengue crujiente, pero el interior queda más suave y jugoso: como una nube de estas de chuchería. En teoría eso es por la cucharadita de maicena y el vinagre que se le echa al merengue antes de meterlo al horno. La verdad es que te pones a pensarlo, y ¿a qué clase de desequilibrado/a se le ocurrió en su día echar vinagre a un merengue? Imagino que será algo relacionado con la química y con echar un ácido, pero vamos que el/la inventor/a de la pavlova es un iluminado de la vida...
Casi se me olvida: la chuchería casera! Si estás un día en casa, con mono de las fresitas estas de nata que venden en las tiendas de chuches y solo tienes a mano fresas, prepárate para probar algo mucho mejor! Coges un poco de azúcar glas (yo muelo azúcar normal en el molinillo) y cuando lavas la fresa, pones la zona del tallo cortado mojado sobre el azúcar y te pones la zona de la fresa cubierta de azúcar sobre la lengua: os lo juro: es mejor que la chuchería de fresa y por lo menos sabes lo que estás comiendo...
RECETA: (Para una Pavlova grande) La de las pequeñas la podéis encontrar aquí. Sí, es de mi querida Nigella.
4 claras de huevo
250gr azúcar
2 cucharaditas de maicena
1 cucharadita de vinagre
alguna gota de esencia de vainilla
300ml de nata montada
la fruta que os apetezca...
1. Precalentar el horno a 180º.
2. Colocar papel de hornear sobre la bandeja. Yo como no suelo tener, pongo papel albal.
3. Batir las claras con una pizca de sal hasta que se formen picos.
4. Añadir el azúcar, una tercera parte cada vez, hasta que el merengue quede brillante y duro.
5. Añadir la maicena, el vinagre y la esencia de vainilla y mezclar con una espátula con movimientos envolventes.
6. Colocar sobre la bandeja del horno formando un círculo.
7. Introducir en el horno. Inmediatamente bajar la temperatura del horno a 150º y cocer durante una hora y cuarto. Este paso es muy importante, ya que si se nos olvida bajar la temperatura nada más meterlo, se nos quemará.
8. Pasado ese tiempo, apagar el horno y mantener la Pavlova dentro del mismo hasta que se enfríe.
9. Invertir la pavlova sobre un plato, echar la nata por encima y la fruta. Nigella dice que hay que invertir el merengue para que la zona de debajo, que se queda menos crujiente que la de arriba se mezcle con la nata. Yo lo suelo hacer cuando hago la Pavlova grande, pero no con las pequeñas.
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