Domingo 14 de Octubre de 2012 20:56

INTRODUCCIÓN

por Justino García del Vello
Vota este articulo
(16 votos)

La mayoría de lectores a los que el rigor de la vida no les haya dado opciones para cultivar y recrearse con la Historia, meramente recordarán del emperador Nerón lo muy loco que estaba y lo malísimo que era, según nos contaban los libros de Historia elemental y de Religión de nuestra enseñanza secundaria.

Flavio Josefo, un historiador judío del siglo primero de nuestra era, nos transmitió en su obra “Antigüedades judías”, escrita unos 25 años después de la muerte de Nerón, un testimonio suyo directo del máximo interés. Nos dice que él había leído varias biografías de Nerón, y que unas le eran favorables, sin duda por las prebendas que habían recibido sus autores, y otras muy críticas, producto del odio que le hubieron de tener sus detractores. Ocurre que las tres únicas obras de la época que tratan específicamente de Nerón y han llegado a nuestros días son tremendamente duras y negativas con el emperador artista. ¿Qué decían aquellas obras favorables? ¿Qué ocurrió realmente en la época neroniana?  

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días, se desarrolla con intensidad una revisión en profundidad de toda la historiografía antigua y, muy especialmente, de la romana. Y, dentro de ella, la del primer siglo de nuestra era. Emperadores como Tiberio y Domiciano hace tiempo que fueron "rehabilitados" y redimidos de tantos actos nefandos como se les atribuían; además, sabemos que dejaron al imperio romano mucho más poderoso y próspero de lo que era cuando fueron entronizados.

Nerón no es una excepción a este proceso. El emperador maldito, degenerado, asesino, carnicero, histrión, loco y, para algunos cristianos, el Anticristo, ya ha superado la parte más difícil de este proceso de rehabilitación, si se nos permite hablar así. Historiadores y escritores de Historia como Gérard Walter, Gilbert Charles-Picard, Eugen Cizek, Georges Roux, Edward Champlin, Alain Darne, Pilar Fernández Uriel, Pierre Grimal, Stephen Dando-Collins y Philipp Vandenberg, por citar a algunos, han allanado el camino con sus estudios y análisis en profundidad. También ha contribuido a ello notablemente la Sociedad Internacional de Estudios Neronianos, que periódicamente ha venido realizando congresos y publicando docenas de monografías centradas en este interesantísimo período histórico.

Es necesario recordar que, al margen de este proceso de revisión mencionado, hay algunos historiadores que, sea por ignorancia o por conveniencia, prefieren seguir publicando versiones cada vez más espectaculares y comerciales de la Historia de la Antigüedad y, en concreto, del período que nos interesa, sin preocuparse de actualizar la exposición de los hechos a la luz de los nuevos conocimientos; antes bien, procurando añadir más dolo, corrupción e intriga de la que disparatadamente nos ha transmitido la historiografía antigua, hoy puesta en evidencia. Citaremos, entre otros muchos, a Robert Graves, Jaques Robichon y Max Gallo.

Sin temor a equivocarnos, ahora se puede afirmar que si hay algo de monstruoso en la Historia de Nerón no es precisamente la conducta de este músico emperador, sino la completa falta de rigor metodológico con la que los tres únicos historiadores antiguos cuyas obras sobre este emperador han llegado a nuestros días (Tácito, Suetonio y Dión Casio) han seleccionado y filtrado los datos que consiguieron de fuentes diversas nada imparciales (entre ellas, los "mentideros" de Roma).

Ultima modificacion el Sábado 17 de Noviembre de 2012 10:27
Justino García del Vello

Justino García del Vello

E-mail: Esta dirección electrónica esta protegida contra spambots. Es necesario activar Javascript para visualizarla

Ultimos articulos de Justino García del Vello

ir arriba