Creatividad, innovación y redes sociales(II)
Creatividad
Muchos de los estudios realizados sobre la creatividad se centran en la creatividad individual. Amabile propone un modelo componencial, por el que la creatividad de una persona es el resultado de sus conocimientos de campo, habilidades creativas y motivación intrínseca. Otros opinan que la creatividad se asienta en los rasgos personales. Más recientemente se han incorporado al estudio de la creatividad factores contextuales y los procesos sociales como variables que la favorecen o constriñen.. Simonton afirma que una Psicología social de la creatividad con éxito, requiere que la persona creativa sea situada dentro de una red de relaciones interpersonales y Woodman and Schoenfeldt sugieren un modelo centrado en la interacción de la persona con la situación. Este modelo es ampliado con el analisis de la interacción entre grupos, lo que nos permite estudiar la creatividad organizacional. Las innovaciones creativas son tanto el resultado de las interacciones en grupos formales como informales; y autores como Perry-Smith and Shalley abordan la creatividad dentro de las redes de trabajo sociales tanto dentro como entre organizaciones.
Este enfoque nos permite la formulación de peguntas de gran interés empresarial, donde la generación de ideas creativas es la base de procesos innovadores: ¿qué relaciones favorecen la creatividad de las personas en su trabajo? ¿Cuales la dificultan?; o ¿qué posiciones en la red facilitan la creatividad? y ¿cuáles las dificultan?
Existe una amplia creencia que las relaciones débiles son mejores que las relaciones fuertes; así como que las posiciones periféricas con muchas conexiones externas están más favorecidas para generar ideas creativas. Una visión dinámica propone que los logros creativos van desplazando a las personas hacia posiciones más centrales, hecho que favorece el acceso a más recursos y personas con el efecto de potenciar la generación de más ideas creativas. Hasta que este desplazamiento hacia la centralidad termine por convertirse en un corsé que constriñe y limita la creatividad.
Por otra parte, para Csikszentmihalyi la creatividad es tanto un proceso social y cultural, como psicológico. La creatividad no se produce dentro de la cabeza de las personas, sino en la interacción entre los procesos mentales de las personas con su entorno sociocultural. Esta interacción de naturaleza sistémica consta de tres elementos: el dominio de conocimiento que contiene reglas simbólicas, la persona que aporta novedad al campo simbólico, y el campo, constituido por expertos que reconocen y valoran el producto creativo. Son especialmente interesantes las interacciones entre la persona creativa y los expertos que actúan como jueces que estiman novedad y utilidad. Este juicio en un contexto organizacional resulta complejo y tiene que ver con múltiples factores como, información, acceso, poder, influencia, confianza, conocimiento etc. y que se materializa dentro de un a red de relaciones de comunicación y contraste (feedback) entre sus actores. Por tanto, tal y como propone Csikszentmihalyi, la creatividad se localiza en la interacción entre el creador y los vigilantes del campo, con capacidad para retener o rechazar los productos originales; frente a otros estudios en los que la creatividad se localiza en el creador o en el producto creativo
Steven Johnson: Creatividad e innovación (Video pulsar enlace anterior)
La creatividad desde una perspectiva de red social.
La creatividad en las organizaciones ha sido estudiada con diferentes aproximaciones. Desde la más tradicional basada en los rasgos de la personalidad de los empleados, hasta los factores contextuales que la facilitan o limitan. Pocos estudios existen en los que la creatividad organizacional se trabaje desde el análisis de redes sociales, asociándola con patrones de su red relacional.
Diferentes autores postulan la creatividad como el resultado de un proceso social. Estudiar la creatividad requiere que la persona creativa sea situada dentro de una red de relaciones interpersonales. Para Andrew Hargadon:“Emprendedores e inventores no son mas inteligentes, ni valerosos, ni tenaces o rebeldes que todos nosotros; esta únicamente mejor conectados”.
El análisis de redes sociales se ha aplicado frecuentemente al estudio de diversos comportamientos dentro de las organizaciones: poder, conflicto, influencia, satisfacción, compromiso, etc. y en mucho menor medida a la creatividad, como resultado de una red de interacciones y relaciones de interdependencia. Estos últimos estudios, , describen la creatividad de las personas dentro de una red organizacional como un viaje de la periferia hacia el centro. Los lazos débiles de los empleados situados en el limite con otros empleados dentro la organización, y con muchos lazos hacia el exterior aumenta la probabilidad de generar ideas y descubrimientos novedosos. Esta creatividad empuja a la persona hacia posiciones más centrales, donde el beneficio de su nueva centralidad con acceso a mayores recursos e influencia genera mas ideas creativas. Este viaje prosigue hasta que, alcanzado un elevado nivel de centralización, esta termina por constreñir su creatividad.
Trabajos sobre brainstorming y diversidad en los grupos identifican mayor creatividad en las personas que buscan información dentro y fuera de sus grupos. Y más concreto, dentro del ámbito de la teoría social de redes, algunos autores han obtenido evidencias de que las personas que tienen más conexiones con personas diferentes son más creativas, como consecuencia de la mayor probabilidad de recibir y compartir información nueva.
Los empleados que están conectados a otros empleados, que a su vez no están conectados entre si, tienen oportunidades de mediar entre ellos. Los vínculos de estos empleados salvan los huecos estructurales existentes y esto les permite tener más control y funcionar mejor. En una organización, la estructura informal de vínculos afecta a la difusión de la información. Es importante investigar si la información llega a todas las personas o queda reducida a una única parte de la red; o si, existen cuellos de botella vitales para el flujo de la información, que restringen su propagación, bien sea como consecuencia de sobrecarga o intención. Burt estudia como las personas posicionadas en huecos estructurales tiene mayor probabilidad de tener ideas creativas. Las personas que hacen de puente entre grupos, están familiarizadas con más modos alternativos de pensar y comportarse, lo que les proporciona más opciones para escoger y sintetizar. Las nuevas ideas surgen como consecuencia de la selección y síntesis en los agujeros estructurales entre grupos. Esta intermediación se materializa en cuatro niveles: a) haciendo conscientes a los diferentes grupos de los intereses y dificultades de los otros grupos b) transfiriendo de uno a otro grupo sus mejores practicas c) mediante analogía, pueden poner en valor elementos de una creencia o practica en otro grupo d) síntesis, las personas familiarizadas con las actividades de dos grupos tiene más probabilidades de combinar elementos de sus creencias y conductas.
Así pues las personas dentro de las redes sociales que ocupan agujeros estructurales tienen acceso a informaciones e interpretaciones diversas y a veces contradictorias lo que les da una ventaja competitiva en la generación de buenas ideas. Esta ventaja les hace parecer personas con dotes innatas para la creatividad, cuando lo que subyace es, tal como describe Burt, un proceso de importación-exportación.
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Nota: Las reflexiones anteriores son el resultado de un trabajo de investigación realizado por el autor. Las personas interesadas encontraran más detalles de este trabajo en: http://www.aulatika.net/publicaciones/