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PSOE, PODEMOS Y LA COMPETENCIA POLÍTICA.

Ya son hechos del pasado. Es evidente que la izquierda política está dividida y enfrentada. La derecha política está también dividida pero aún no está enfrentada al modo de la izquierda. La división afecta a todo el espectro político. De un lado los partidos nuevos y emergentes, del otro los viejos y corruptos. Aunque las dinámicas no son las mismas en la Izquierda que en la Derecha, y a los viejos partidos les han salido nuevos competidores. Denominaré a los nuevos partidos “competidores” (PODEMOS Y CIUDADANOS) y reservaré para los viejos partidos la etiqueta de “acomodados” (PP Y PSOE), algo más liviana que la de “corruptos” con la que los denominan los partidos emergentes sin percatarse de que están hiriendo a miles de afiliados y votantes honestos.

En materia de competencia entre partidos, la Izquierda aventaja a la Derecha. PODEMOS ha conseguido romper el espinazo del PSOE “acomodado” y le ha dejado inválido. El futuro del PSOE lo decidirán los ciudadanos con su voto. También los dirigentes con sus errores o aciertos. ¿Y los afiliados?. ¿Qué papel reserva la Historia para los afiliados y simpatizantes del PSOE?.Dependerá de las decisiones de sus dirigentes. Por la Derecha, CIUDADANOS no ha conseguido aún quebrar el espinazo del PP “acomodado”, y hay dudas razonables de que lo pueda conseguir en el futuro.

Mi primer análisis parte de la idea de competencia. ¿Es la competencia un valor?. ¿Es positivo o es negativo?. Si aplicamos a las ideas la ley física de la relatividad universal, tendría que contestar “a la gallega”: depende. La competencia que pretende la eliminación del competidor es insana. Se compite para eliminar no para mejorar o superar. Es el tipo de competencia mala dominante en el mundo del neoliberalismo económico. El fin esencial de la competencia económica no es estimular la inteligencia del competidor, sino eliminarlo para apropiarse de sus clientes y mercados. En la lucha económica por los clientes y mercados todo vale: publicidad engañosa, fraude al consumidor, deslealtad, corrupción etc.. Este es el tipo de mala competencia que se ha impuesto también en el ámbito político. Los partidos compiten para eliminar al competidor y se olvidan del ciudadano votante y de sus necesidades.

Del otro lado está la competencia que busca mejorar y colaborar. Se trata de competir superando en lugar de competir eliminando. Esta forma de competir es sana y en mi opinión representa un valor positivo. No se practica ni en el ámbito económico ni en el político. Si aplicara la ley del derecho romano, tendría que contestar la pregunta sobre la bondad o maldad de la competencia, al modo “romano”: “In medio virtus”.La competencia es un valor positivo si se practica con límites y sin perder nunca de vista que debe estar al servicio del ser humano y sus necesidades, y nunca al servicio de los intereses del poder político o económico. Eso es lo que sucede actualmente en España con los nuevos actores políticos. PODEMOS y CIUDADANOS no quieren competir y convivir con PSOE y PP, quieren sustituirlos y eliminarlospara repetir el bipartidismo de los mismos perros con distintos collares de las décadas de 1980 y 1990. Y en esa línea de trabajo es más cerril PODEMOS que CIUDADANOS.

Esto es lo que critico con dureza de los nuevos “competidores”. No han innovado en la política y utilizan los mismos valores que los viejos partidos “acomodados”. Para este viaje no necesito modificar ni mi afiliación ni mi voto. Prefiero el original PSOE a la fotocopia PODEMOS. Para competir eliminando al rival prefiero la sabiduría y prudencia de lo viejo a la prepotencia y soberbia de lo nuevo. Y eso que reconozco que el viejo PSOE no acaba de conectar con la juventud actualque prefiere al nuevo PODEMOS. Confío que el viejo PSOE cambie sus viejos valores y códigos de conducta antes que el nuevo PODEMOS. Confío que el viejo PSOE siga dando la voz a sus afiliados y simpatizantes a través de las agrupaciones locales mientras el nuevo PODEMOS se enreda en la red de la web. Confío que el viejo PSOE recupere la tradición educativa de las Casas del Pueblo y forme a los ciudadanos del siglo XXI en la escuela de escritura y lectura críticas al igual que el viejo Pablo Iglesias formó a los trabajadores españoles del siglo XX en la escritura y lectura mecánicas. Confío que el viejo PSOE practique sin complejos la política del mestizaje político acabando con lo confrontación histórica y estéril de Estado-Mercado y de Propiedad-Libertad, mientras PODEMOS se emborracha con el rechazo al diferente que no piense igual que el partido.

Mi segundo análisis parte de la idea del “mestizaje político”. No es la primera vez que expongo mi posición al respecto ni será la última. El “mestizaje político” es la política del futuro si queremos construir una economía y política nuevas a partir de lo que ya hemos logrado. Si queremos hacer tabla rasa de todo y partir de cero, basta prescindir del “mestizaje político” y arrasar con todo lo conseguido dando el poder al Estado para que elimine al Mercado o al Mercado para que elimine al Estado. ¿Realmente queremos prescindir de la inteligencia artificial y de la producción masiva de bienes?. Estoy seguro que 8 de cada 10 ciudadanos dirán que no a la aventura de volver a empezar de cero. Seamos racionales. Si no queremos empezar de cero, debemos aceptar que muchas cosas tienen que cambiar. La primera que debe de cambiar es la acción política. Los políticos deben atender primero las necesidades de los ciudadanos y sólo después la conquista del poder político.Si el primer y casi único objetivo es la conquista del poder político, están poniendo el carro delante de los bueyes. Para atender las necesidades de los ciudadanos hay que hacer “mestizaje político”, porque lo que mejor atiende las necesidades de los ciudadanos es la cooperación Estado-Mercado. Cada una de estas instituciones tiene virtudes y defectos. La “política mestiza” potencia las virtudes y corrige los defectosde ambas en beneficio de los ciudadanos. La política no está para conseguir el poder e imponer a todos, incluso por la fuerza, un modelo económico y social determinado: o neoliberalismo de interés privado o nacionalismo de interés público. La política está para que Estado y Mercado cooperen en beneficio de las necesidades del ciudadano. Y a eso lo llamo“mestizaje político”.

La política es la forma civilizada que hemos encontrado para superar las diferencias. El PP es reacio a comprender que no es mejor político quien más votos obtiene en unas elecciones, sino quien más consensos concita. Y un buen instrumento para el consenso es el “mestizaje político”, un concepto utilizado por Pedro Sánchez en su discurso de investidura. Una verdad tan elemental deberían haberla aprendido nuestros líderes políticos tanto los “competidores” como los “acomodados” de NACIONALISTAS, CIUDADANOS, PODEMOS, PSOE y PP. En ese caso hace mucho tiempo que hubiéramos alcanzado el consenso suficiente para tener un Gobierno del Estado. El bipartidismo, tanto de “competidores” como de “acomodados”, se acabó. Veremos si para siempre o para un rato.

Madrid, 25 de octubre de 2016.

José Ángel Suárez González

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