La calle de Fortunata y Jacinta

En abril de 2017 el Ayuntamiento de Madrid decidió suprimir 52 nombres de calles y plazas que homenajeaban a personas o acontecimientos relacionados con el franquismo.

Para ocupar estas vacantes han entrado en el callejero personas tan admirables como Marcelino Camacho y Julián Besteiro, grandes escritores como Max Aub o Blas de Otero, y han entrado también Fortunata y Jacinta. Ellas, que tantas cosas compartieron a lo largo de su vida, compartirán ahora la calle que generosamente les ha dedicado el Ayuntamiento de Madrid.

Hijas de la fértil imaginación de don Benito Pérez Galdós, protagonistas absolutas de la maravillosa novela que, según Clarín, mejor describe y define el "Madrid galdosiano", Fortunata y Jacinta se merecían una calle en la ciudad en la que tanto amaron, tanto gozaron y también tanto penaron.

El Ayuntamiento les ha otorgado una calle en las proximidades del estadio Santiago Bernabéu, que no es mala zona, aunque ellas en sus andanzas nunca llegaron tan al norte de la ciudad pues, según relata don Benito, nunca pasaron de Cuatro Caminos.

Mi propuesta fue que Fortunata y Jacinta tuvieran una calle dedicada en el barrio de Malasaña. Así se lo planteé en su día a Antonio Miguel Carmona, concejal socialista del Ayuntamiento de Madrid y gran amigo que, tiempo después, ofició la boda de mi hija Rocío con Alberto Carro. El 27 de diciembre de 2015 le envié a Antonio Miguel este correo electrónico:

“Querido Antonio Miguel: Como el Ayuntamiento de Madrid va a dejar sin nombre unas treinta calles y plazas, te propongo algunas ideas para dedicar estas calles vacantes a personas que se lo merecen.

“Calle de Max Estrella.- No tiene calle en Madrid Max Estrella, protagonista de "Luces de Bohemia" y un gran madrileño a todas luces. Veo que en Málaga sí que tiene calle Max Estrella, pero que no la tenga en el Madrid que le vio pasear por el callejón del Gato no me parece justo con ese gran hijo de Madrid y de la imaginación de Valle Inclán.

“Plaza de Fortunata y Jacinta.- Dos hijas de Madrid maravillosas que tampoco tienen calle propia. Aquí te hago una propuesta concreta: la actual plaza de Juan Puyol, en tu barrio natal de Maravillas, podría pasar a ser la Plaza de Fortunata y Jacinta. Yo creo que es de justicia que tengan plaza en su ciudad y su barrio.”

Me respondió Antonio Miguel Carmona ese mismo día, a vuelta de correo:

Querido Luis: Me parece fantástico. A ver si logramos una ciudad culta. Te envío un abrazo.”

El concejal Carmona, un madrileño apasionado de Madrid y de la cultura, hizo suya mi sugerencia y la planteó exitosamente en el Comisionado de la Memoria Histórica, un organismo creado por el Ayuntamiento de Madrid y presidido por Francisca Sauquillo. Finalmente, el Pleno municipal aprobó la propuesta que elaboró el Comisionado, y ahí tenemos a Fortunata y a Jacinta compartiendo el callejero de la capital con otras chicas estupendas como La Cenicienta o como Dulcinea (esta última tiene su calle pegando a la calle de su enamorado Don Quijote).

Los personajes literarios, los personajes de ficción, son más reales y nos dan muchas más alegrías que esos ministros de la Restauración y esos banqueros, reyes del pelotazo decimonónico, que disfrutan en Madrid de bulevares y de grandes plazas ajardinadas puestas a su nombre.

Además, precisamente porque son personajes inmortales y viven en las novelas y obras de teatro, en las películas y en los libretos de óperas y zarzuelas, están muy por encima de las discusiones que mantenemos los seres humanos corrientes.

Las polémicas entre izquierda y derecha a la hora de discernir quién se merece o no se merece una calle, cesan cuando aparecen Fortunata y Jacinta… Es normal, porque esas dos fantásticas chicas siempre están ahí, esperándonos en su novela para hacernos soñar y recorrer con ellas las calles y plazas del Madrid galdosiano. Ha señalado Antonio Muñoz Molina que el retrato literario que el escritor canario hizo de la ciudad y sus gentes es comparable al pictórico que un siglo antes hiciera Francisco de Goya.

Francisco de Goya, Pérez Galdós… la historia de Madrid… pero nos falta Max Estrella. Ahí va mi propuesta de concederle una calle a ese “hiperbólico andaluz, poeta de odas y madrigales", a ese personaje inolvidable que siempre está dispuesto a pasear con nosotros por su Madrid “absurdo, brillante y hambriento”.

Luis P. Villameriel es Administrador Civil del Estado.