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Este ritmo arrabalero está inmerso en la idiosincrasia de los pobladores de las dos orillas, en particular de las dos capitales, Montevideo y Buenos Aires. Ellos se han acostumbrado a vivir en constante coloquio con el microcosmos del tango y, por ello, en el exterior se identifica a estos dos países vecinos, con muchas semejanzas entre sí, con este género musical popular.
En este mundo del tango se da un fenómeno peculiar, porque cantantes, compositores, directores de orquesta o instrumentistas han nacido en Uruguay o Argentina y han actuado en ambas orillas del río más ancho del mundo. Por lo mismo, el ritmo y sus artistas están ligados tanto a Uruguay como a Argentina.
Por factores geográficos, dada la vecindad entre las dos repúblicas es fácil el desplazamiento entre ambas por distintos medios de transporte. Algunos factores históricos, en el curso de las luchas por la independencia, así como también aspectos sociológicos, como las emigraciones europeas, hacen más evidentes las vinculaciones entre estas dos naciones. El caso de la emigraciones europeas, tan numerosas, es particularmente significativo, pues se puede decir que llegaron casi a poblar esa región rioplatense durante el siglo XIX y comienzos del XX; además, estos extranjeros encontraron en las dos capitales americanas, grupos humanos culturalmente similares entre si, lo cual constituye otro factor que ha contribuído a que el tango se desarrolle, se asimile y se viva en las dos repúblicas.
Con el propósito de situar mejor el nacimiento de este género musical, en los aspectos mencionados anteriormente, se analizarán las distintas facetas del mencionado género.
Como una primera aproximación a la gestación de este ritmo es pertinente remontarse a los albores del siglo XIX, etapa de las luchas por la independencia, la cual culmina en la segunda década del siglo veinte XX, cuando Uruguay y Argentina se consolidan como dos repúblicas independientes.
Fueron familias enteras y aún poblaciones por miles, procedentes en su mayoría del sur de Europa, en particular de España e Italia. Factores tales como la marginación de sus tierras, las epidemias, las dificultades para trabajar en la agricultura o la poca integración a la vida de las ciudades, impulsó a estos migrantes a echar raíces en una América que le abrió los brazos. Estos grupos humanos se establecieron preferentemente en las dos capitales, e iniciaron una vida de mucho trabajo y sacrificios para labrarse un porvenir.
Figura 3. La plaza Independencia a principios del siglo XX.
Tanto los gauchos como los indígenas llevaban una vida libre y no conocían fronteras. No obstante, años después de la independencia, se vieron desplazados del campo por la aparición del alambrado, pues cada pedazo de tierra fue adquirido por propietarios latifundistas. En aquel entonces, la población estaba conformada por indígenas; así como también por gauchos nativos, descendientes de los conquistadores y africanos y llegados en la época de la Colonia y afrodescendientes dejados en libertad después de la Independencia en Uruguay.
Estos grupos humanos, a los que se sumó la emigración procedente de Europa, conformaron un mosaico que se entremezcló y fue semilla de lo que sería más adelante el tango. Esta expresión artística, eminentemente popular de música, danza y, más adelante, canto, es algo emblemático, transfronterizo, convirtiéndose en una expresión músico-cultural.
El tango en lo musical es un valor de la cultura criolla, tiene sus raíces entre 1865 y 1880 y es originario de la zona del Río de la Plata, por lo cual es tanto uruguayo como argentino. Se constituye como una expresión cultural eminentemente citadina, y como género se inició en un comienzo, sólo como música y, más adelante, se le incorporó el canto. Una vez unida la música y el canto, hacia 1920, llegó a popularizarse en Europa y Estados Unidos. Desde entonces, y especialmente con la voz del intérprete Carlos Gardel, el tango ha quedado arraigado en el corazón de esta región, donde se hermanan, en raza, cultura, historia, geografía, campaña y otros aspectos, dos países, Uruguay y Argentina, que están ubicados uno en cada orilla del río más ancho del mundo, motivo por el cual se le llama “río ancho como mar” .
El tango no se puede ubicar en un solo país, puesto que esta música, tan popular y representativa de una región, se ha forjado en las dos capitales.
En el periódico El País, de Uruguay, con motivo del centenario del nacimiento del historiador del tango Gerardo H. Matos Rodríguez, acaecido el 18 de marzo de 1897, se lee este párrafo:
[…] Muchos aficionados a este género, de aquellos se habían mantenido ajenos a su proceso – incluso varios que lo apostrofaron– penetraron en su estudio y llegaron hasta las investigación profunda, curiosos y deseosos de descubrir el por qué de su fascinación popular y, sobre todo, la explicación de su permanencia más que secular. Historiadores, científicos, filósofos, músicos de todos los niveles, etc. han pretendido dar con la clave del misterio […] como si las cosas del sentimiento que excede a la razón, tuvieran explicación alguna (marzo de 1997).
Por su parte, Jaurés Lamarque Pons, compositor uruguayo de música sinfónica, caracteriza al tango de la siguiente manera: “El hombre rioplatense no hace ni canta el tango para divertirse; lo sufre en su expresión natural. Y por eso convierte al tango en la más cálida definición de dos pueblos, el uruguayo y el argentino irreversiblemente hermanados”[1]
También el escritor Juan Carlos Legido ha expresado el sentir del tango al afirmar que “El pueblo ha sintetizado y simplificado las cosas con un dicho: ‘la vida es un tango’ ”[3].
Asimismo, el escritor argentino Jorge Luis Borges, lo ha definido como: “un sentimiento que se baila” [4].
Finalmente, el norteamericano Waldo Frank, autor del libro América hispana (1931), ha calificado este baile como: “la danza popular más profunda del mundo”[5].
[1]Lamarque Pons, Jaurés. “El tango nuestro de cada día”. Colección Testimonios: Tango rioplatense. Montevideo: Ediciones de La Plaza-Editorial ARCA. 1997, p. 95.
[2] Legido, Juan Carlos. “La orilla oriental del tango”. Colección Testimonios. Montevideo: Publicación mensual Fundación Tango, julio 1993, p. 13.
[3] Ídem
[4] Carriego, E. 1955.
[5] Vidart, Daniel. “Realidad e imaginación del tango danza”. Tango Antología. Montevideo: Biblioteca uruguaya fundamental, centro editor de América Latina. 1969, p. 66.
Este trabajo está orientado a exponer las circunstancias y el entorno en que apareció este género musical citadino, durante el siglo XIX, así como las cambiantes características de las distintas etapas, que el tango ha atravesado, y sin perder vigencia, sigue atravesando hasta la actualidad. Esta evolución, se ubica en el tiempo y se integra, dentro del marco de los cambios históricos, políticos, filosóficos, económicos, sociales, culturales y tecnológicos que se han operado con el paso de los años en la región del Río de La Plata, en particular en la República del Uruguay; sin desconocer que Argentina también es la tierra del tango. En fin, se presenta como un proceso acorde con el constante desarrollo de esta sociedad hasta hoy.
Este ritmo, que al principio consistía en música bailable y más adelante estuvo acompañado del canto, como también de la danza, nacido en los suburbios o arrabales de Montevideo y Buenos Aires, se fue extendiendo poco después más allá de las capitales rioplatenses, y se ha conocido e interpretado, con gran acogida, en varios países de toda América y de Europa, e incluso en Japón. Viene al caso resaltar que ante el mundo constituye una expresión cultural popular que representa a estos dos países hermanados. Más aún, quedó arraigado e integrado en la identidad de la población de los dos territorios situados a orillas del río más ancho del mundo. En virtud de estos aspectos, se puede concluir y afirmar que el tango tiene dos patrias. En conclusión, no se puede ubicar en un solo país; es un producto cultural que se ha forjado en común, en dos naciones vecinas y hermanas, Uruguay y Argentina en general y, en particular, en sus respectivas capitales. Por estas razones, se sostiene que el tango es genuinamente rioplatense.