Domingo 23 de Junio de 2013 16:49

Las tiradas de los 8 Reales peninsulares borbónicos

por Ernesto Gutiérrez Guinea
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Nuestra serie sobre el valor de las monedas, como venimos afirmando reiteradamente, no pretende en modo alguno, ser un trabajo de investigación en el que se describan con detalle los procedimientos de fabricación de las monedas, se analicen las complejidades de las disposiciones jurídicas que regularon su emisión y las consecuencias de carácter económico que tuvo su: circulación, acaparamiento, importación o exportación. Hacemos una ligera referencia a todos estos aspectos al iniciar el análisis estrictamente numismático de las emisiones producidas por un determinado país en un determinado momento, ya que es imprescindible tener unos ciertos términos de referencia para poder gozar debidamente de todas las agradables sensaciones que proporciona la afición al coleccionismo de monedas de unas determinadas características producidas en una determinada época.
Como lo que sí pretendemos es orientar al coleccionista sobre el valor real que pueden tener unas u otras monedas para facilitarle el camino a la hora de adquirirlas o de desprenderse de ellas, debemos prestar particular atención al estudio de las dos variables que tiene incidencia mayor en el precio, como son: la rareza y la conservación. Ciertamente hay otras características que tienen incidencia en el precio de mercado de una determinada pieza, como son: el marcaje, el centraje, la pátina, el brillo original o las taras de acuñación, y los defectos que, posteriores a la emisión de la misma, han podido ir acompañando a la moneda por acciones diferentes de la simple circulación, como pueden ser: perforaciones, restos de colgadura, picotazos, corrosiones, rayas, limaduras o golpes en el canto. Estos defectos influyen en el precio de mercado de una pieza y en algunos casos, substancialmente (recordemos nuestro aserto de que una pieza perforada divide su precio por 9 y si se trata un redonda americana, por 3), mientras que ciertas variables como: marcaje, centraje, pátina y brillo original puede aumentar o disminuir también el precio de la pieza.
Pero toda la modificación del valor propio de una moneda con unas condiciones que pudiéramos llamar estándar al influir en lo que llamamos precio de mercado de una pieza determinada, se da sobre un valor estándar, que es el que entendemos que le corresponde en un momento determinado, por la atención de los coleccionistas (y eventualmente coleccionistas e inversores) le dedican en un momento determinado, atención acreditable por el precio de adjudicación que alcanza en ese momento ese tipo de pieza de una cierta fecha, Ceca y Ensayador, en un determinado grado de conservación.
Con objeto del delimitar nuestra nomenclatura diremos que nos estamos referendo a “tipo de pieza”, cuando para un cierto tipo de moneda (llamado en el lenguaje numismático español normalmente “tipo”) distinguimos entre ejemplares de una u otra fecha, Ceca o Ensayador, dentro de lo que llamamos “tipo de moneda” con un determinado diseño de anverso y reverso, con un peso y ley fijo y una denominación (valor nominal en unidades monetarias) determinada. En este sentido, un coleccionista de “tipos” (type coins) se conformaría con tener una pieza peninsular  de 8 Reales de Carlos IV, haciendo abstracción de la fecha o Ceca en la que hubiera sido acuñada; mientras que un coleccionista de los que estamos llamando “tipos de piezas, pretendería en principio, adquirir tantos ejemplares distintos como pudiera, con fecha, Ensayador o Ceca deferente, dentro de este determinado tipo de moneda”: los 8 Reales peninsulares de Carlos IV. A su vez, dentro de cada “tipo de piezas” con la misma fecha y Ceca, el coleccionista podría tener (y a menudo tiene, por haber ido mejorando la conservación de cada tipo de piezas) “piezas” concretas., en un grado de conservación determinado, con sus virtudes y defectos específicos.
Por ello, asignamos precios de mercado a las “piezas” concretas mostradas en las FIGURAS que estamos analizando, con objeto de que el coleccionista pueda hacerse una idea de la incidencia que tienen las características especificas de una pieza determinada (con existencia material) en la determinación del precio medio en el que 2012 se puede comprar o vender; mientras que lo que llamamos “valores” se los asignamos a tipos de pieza estándar (con pátina media, decíamos en los Sestercios y, con visibilidad media de datos identificativos, decíamos para las Macuquinas) en un grado de conservación determinado, de AG a UNC.
Así, los valores de los tipos de piezas mas comunes dentro de cada tipo de moneda, serán considerados como los valores de ese tipo de moneda, ya que podemos considerar que tener una moneda de ese tipo se da cuando tenemos una pieza de cualquier fecha o Ceca dentro de ese tipo de moneda. En el caso de las monedas que estamos ahora analizando (los 8 Reales españoles, peninsulares o americanos, como antecedente de los Dólares o Pesos americanos) quedaría por dilucidar la espinosa cuestión (decimos espinosa porque es una cuestión que tiene una incidencia muy grande en el alcance de una colección) de si monedas de una u otra Ceca con un diseño y denominación equivalente, las consideramos como dentro del mismo tipo de moneda, o por el contrario las consideramos como tipos distintos de moneda. En este sentido GADOURY y CAYÓN, en sus catálogos franceses y españoles respectivamente, los consideran incluidos en el mismo tipo de moneda, aunque las Cecas sean diferentes, mientras que KRAUSE y CALICÓ las consideran dentro de tipos diferentes de monedas, al variar la Ceca.
Por nuestra parte, los consideraremos como dentro del mismo tipo de moneda, cuando sus diferencias de arte por Ceca, sean imperceptibles y el valor de las piezas se mantenga constante, como es el caso de los 8 Reales de los Borbones de Madrid o Sevilla; mientras que las consideraremos como tipos de moneda diferentes, cuando exista una diferencia de arte perceptible aunque ligera y una variación significativa del precio de sus monedas mas comunes, como es el caso de las Cecas americanas: Méjico, Lima, Santa Fe, Popayan o Santiago de Chile. De esta manera, en las tablas que incluimos al final del volumen englobaremos en una única línea, el valor de las piezas comunes de 8 Reales peninsulares de los Borbones, en diferentes conservaciones, (de F- a AU+), de Madrid o de Sevilla, mientras que para las monedas americanas: macuquinas, columnarias o de busto, de los Austrias y Borbones, reservaremos líneas distintas, así como para los 8 Reales macuquinos de los Austrias, ya que en todas ellas existen las suficientes diferencias de arte como para que un experto pueda detectar a qué Ceca pertenece, contemplando simplemente el anverso de una determinada pieza.
Centrados ya estos conceptos y el uso habitual que hacemos de ellos, diremos que el valor de un tipo de pieza en una conservación determinada depende en cierta medida del número de ejemplares supervivientes de ella, en ese grado de conservación. Ésto es lo que los “population reports” americanos de moneda certificada, reflejan con total exactitud, (claro está que solo para monedas que han sido certificadas por una determinada firma). Estas estadísticas suponen una herramienta inapreciable para el coleccionista que así puede hacerse una idea del número de ejemplares que potencialmente pueden salir al mercado y formarse una opinión sobre el precio que debe o no pagar por una de estas monedas en un cierto grado de conservación.
Desgraciadamente, esta información tan pormenorizada está fuera de nuestro alcance para monedas de cualquier otro tipo. No obstante, las tiradas de los tipos de piezas por Ceca y año, a partir de 1900 y en muchos casos también de 1800 y en el de la  moneda francesa desde 1600, fruto de la investigación en los archivos nacionales, van siendo publicadas en catálogos nacionales y, a nivel mundial, recogidos en el KRAUSE. Lamentablemente, en el caso de las monedas españolas anteriores a 1868, aparte de las cifras publicadas en Krause 2002 respecto a las piezas de Santiago de Chile desde 1772 y a las de Potosí desde 1800, solo disponemos de las cifras de acuñación de piezas de 8 Reales extraídas de los archivos del Ministerio de Hacienda, publicadas en HERRERA 1914.
Aún así, estas cifras que reproducimos tomadas del HERRERA 1914, aunque parciales, nos permiten una referencia muy orientativa respecto a los tirajes medios de las monedas de 8 Reales peninsulares de cada monarca desde de Carlos III a Fernando VII, lo que nos permite contrastar nuestras hipótesis sobre la rareza relativa de los tipos de monedas de cada uno, así como compararlos con los escasos disponibles respectos a los 8 Reales americanos de busto, acuñados por los Borbones en América, y así disponer de mas elementos de juicio sobre la rareza relativa de cada tipo de monedas: las peninsulares y las americanas. Recordamos que la calificación de Rara, Muy Rara, Rarísima y Extraordinariamente Rara, las reservamos para discriminar dentro de lo que estamos llamando tipo de pieza. Respecto a los tipos de piezas corrientes, Escasas o Muy Escasas, los valores que multiplicaría el precio respecto a los de las piezas corrientes, serian 1,25 y 1,5, respectivament
Las cifras proporcionas por Herrera, son las siguientes: 1-6-1772 a 31-12- 1773 se acuñaron en Madrid: 797.107. reales de a 8  de 1-4-1781 a 13-12-1982: 278.595, todo ello durante el reinado de Carlos III; en 1802 se acuñaron en Madrid: 737.849 Reales de a , en 1803: 154.065 y en 1805: 679.339, todo ello durante el reinado de Carlos IV; en 1914 se acuñaron en Madrid 467.433 Reales de a 8 en 1815: 1.548.152, en 1816: 1.794.404, en 1817: 308.186, en 1917: 129.270, en 1824,: 55.984, en 1825: 22.305 y en 1830: 652.000, todo ello en el reinado de Fernando VI, con los tipos peninsulares habituales para la casa de Borbón.

Figura 127.1

Estas cifras, mediante una razonable extrapolación, nos permiten suponer que el tiraje medio de las piezas de 8 Reales de busto de Carlos III de Madrid es de unas 350.000 piezas  por año de emisión, las de Carlos IV 700.000 piezas y de 1.000.000 las de Fernando VII. Estas cantidades vemos que se encuentran básicamente en proporción inversa a los índices de precios de los 8 Reales de estos tres monarcas que hemos venido manejando: 3 para Carlos III y 1,5 para Carlos IV, tomando como 1, el de las de Fernando VII. A su vez, si estos índices los comparamos con los de las piezas de busto americanas de 8 reales de los Borbones, vemos que se encuentras en una proporción aproximada de tirada, respecto a las de Méjico, de: 10 a 1, por lo que no es de extrañar la gran diferencia de precio que alcanzan en cualquier grado de conservación, respecto a los de los 8 Reales peninsulares.
En cuanto a los tipos de piezas de 8 Reales peninsulares de Carlos IV: en Madrid tenemos 1789, 1796, 1789, 1798, 1802MF, 1802FA, 1803, 1805, 1808FA, 1808AI y 1808IG; y en Sevilla: 1788, 1789, 1790, 1791, 1792C, 1792CN, 1793, 1795, 1796, 1797, 1798, 1799, 1800, 1802 y 1803. De ellas, podemos considerar como Raras las de: 1789, 1797 y 1798 de Madrid, y las de 1788, 1789; como Muy Raras las de: 1790 y 1797 de Sevilla: y como Rarísima, solamente la de 1796 de Sevilla. Las piezas mas comunes con cierta diferencia, son las de: 1805 y 1808, de Madrid,  y las de: 1802 y 1803 de Sevilla.

figura 127.2

 

La pieza de la FIGURA 127.1 en un 8 Reales de Carlos IV acuñado en Madrid en 1805 con los Ensayadores Francisco Herrera (F) y Antonio Goicoechea (G) representados por las letras F y A. Este tipo de pieza es unas de los mas comunes de Madrid o Sevilla de los 8 Reales peninsulares de Carlos IV. Su valoración en los años 70 fue al principio muy baja, subiendo bruscamente a lo largo de la década al compás de los del resto de este tipo de monedas. Así YRIARTE y CALICÓ lo valora solamente en 30$ y 85$ respectivamente, mientras que CAYÓN  pasa de 10.000P en 1976 a 40.000P en 1980, precio que mantiene hasta 1998. VICENTI opera en igual manera indicando un precio de 5.000P en 1969 y de 20.000P en 1978. PEIRO 2007 la valora en 200€ en F y 400€ en XF.
Nuevamente para hacernos idea de la alta valoración de estas monedas en los 70, diremos que en la subasta mencionada de Ginebra, una pieza de este tipo en XF salió con un precio de 1.500FS (40P por FS en 1974). La presente pieza está fuertemente limpiada, especialmente en su anverso, lo que ha contribuido a un mayor desgaste de la débil peluca del monarca. Esto ha hecho desaparecer las líneas de pelo de la parte de la peluca sobre la oreja del rey, lo que no permite superar el grado VF, pese al escaso desgaste que presenta el reverso. Por ello, el valor y precio de mercado de esta pieza es de 350€.

figura 127.3

 

La pieza de la FIGURA 127.2 es exactamente del mismo tipo que la de la FIGURA anterior. En este caso la pieza ya sí se encuentra en 1 tercio de grado por encima de la anterior, ésto es VF+ ya que al no estar limpiada conserva un detalle mayor en las líneas del pelo en el lugar que antes hemos mencionado. Además de ello, en este caso la pieza no ha sido limpiada, por lo que conserva gran parte de su brillo original. De todas formas, las pieza no puede llegar siquiera al grado XF-, ya que indudablemente no todas las líneas de la peluca del rey son visibles y además existe huella de desgaste en las partes mas altas del reverso, como las cabezas de los leones y las bases de los castillos. Por ello, su precio en VF+ seria de 400€. En cuanto al precio de mercado, deberemos disminuir este valor en un 25% en función de las rayas sobre la cabeza del monarca, que aunque son de ajuste de peso en la acuñación, disminuyen su belleza, y por tanto, su precio.

Figura 127.4

 

La pieza de la FIGURA 127.4 es un 8 Reales de Carlos IV acuñado en Madrid con los Ensayadores Antonio Goicoechea (A) y Idelfonso de Urquiza (I). Esta pieza alcanza para la mayor parte de los autores, un valor algo superior a la de 1805 de Madrid. No obstante nosotros, la consideraremos de una rareza similar. Esta pieza conserva un gran parte de su brillo original con un muy pequeño desgaste sobre sus partes mas altas, como la peluca del rey. Tenemos que señalar en ella la existencia de los que suele ser llamado plata agria que consiste en la apertura de ligeras grietas en la superficie de la moneda, por el golpe de prensa a volante, en la acuñación. Al ser casi imperceptible su desgaste en anverso y reverso, pero no distinguirse nítidamente todas las rayas del pelo, su grado de conservación será XF. De estas manera, su valor y precio de mercado será 500€.
La pieza de la FIGURA 127.3 es del mismo tipo que la anterior, por lo que únicamente varia su valor en función de su conservación que en este caso alcanza el XF+, lo que nos daría un valor y precio de mercado de 575€.
La pieza de la FIGURA 127.5 es un 8 Reales de Carlos IV acuñado en Sevilla en 1788 con el Ensayador Carlos Jimenes (C). Este tipo de pieza corresponde al primer año de acuñacion de Carlos III. Al ser acuñada en el año en que comenzó su reinado, el número de piezas acuñadas es relativamente pequeña, por haber sido acuñada también en este año, los últimos ejemplares de Carlos III, hasta el momento de su muerte es por ello que la mayor parte d elos autores la considera como Rara, señalando un precio aproximadamente del doble, que el de los de mas tipos de piezas de 8 Reales de Carlos IV de Sevilla.

figura 127.5

 

Así YRIARTE lo valora en 130$, CALBETÓ 1970 la considera muy rara (rr) con 275$. CAYÓN y CALICÓ siguen esta misma tendencia con valoraciones de 40.000ÑP en 1976, 120.000P en 1980 y 130.000P en 1998 para CAYÓN y 90.000P en 1981, 90.000P en 1994 y 150€ en 2008, para CALICÓ. VICENTI cuadruplica su precio entre 1968 a 1978, pasando de 20.000P a 80.000P. También PEIRO 2007 considera un valor superior para estas piezas, el triple que el de las comunes de Carlos IV: 600€ en F y 900 VF. en este sentido también abunda KRAUSE 2002 con 275€ en VG, 550€ en F, 900€ en VF y 1.200€ en XF.
También es muy alto el precio de salida de este tipo de pieza en la subasta mencionada, con un precio de salida de 3.000FS en VF. La presente pieza retiene una gran cantidad de brillo original, pero mas debido a su factura que a la ausencia de circulación. Esta circulación ha dejado huella no solamente en la parte central del anverso, en el que se han borrado gran parte de los detalles de la peluca y de las condecoraciones del rey, sino también sobre las partes mas altas de castillos y leones del reverso. Por tanto su grado es VF-, aunque su brillo original pueda hacernos pensar otra cosa. Por tanto su valor en VF- sería del el doble del de las piezas comunes (350€ en VF-) al considerarla como Muy Rara, llegando a un valor y un precio de mercado de 700€.

 

THE PRINT RUNS OF THE PENINSULAR BOURBON 8 REALES

 

Our series about the value of the coins, as we have been saying repeatedly, it does not intend to in any way, be a research paper which describe in detail the procedures of manufacture of the coins, analysing the complexities of the legal provisions that regulated the coinage and the consequences of an economic nature which took its: circulation, hoarding, import or export. We make a slight reference to all these aspects at the beginning of the strictly numismatic analysis of the issues produced by a given country at a given time, it is essential to have some certain terms of reference to be able to enjoy all the pleasant sensations that provides the hobby of collecting coins produced with certain characteristics in a certain time.

And what we do is to guide the collector about the real value that can have ones or other currencies to facilitate the way when purchasing them or selling them, we must pay particular attention on the study of the two variables which has higher incidence on the price, as they are: the rarity and the conservation. Certainly there are other characteristics that have an impact on the market price of a particular coin, such as: the marking, the centering, the patina, the original brightness or the defects of coinage, and defects that, subsequent to the issue of the coin, have been able to go accompanying the currency by actions of the simple movement, such as: drilling, remains of hangings, pecks, corrosions, stripes, filings or blows on the edge. These defects affect the market price of a coin and in some cases, substantially (we remember our assertion that a perforated coin divides its price by 9 and if it is dealing with an American round, by 3), while certain variables such as: marking, centering, patina and original brightness can also increase or decrease the price of the coin.

But the modification of the proper value of a currency with some conditions that we could call standard to influence what we call market price of a particular coin, occurs on a standard value, which is what we understand that it is at a given time, for the attention of collectors (and eventually collectors and investors) spend at a given time, creditable attention for the price of sale that reaches at that time this type of coin of a certain date, mint and assayer in a certain grade of conservation.

In order to delimit our nomenclature we will tell we are referring to a “type coin”, when for a certain type of currency (in the Spanish Numismatic language usually called “type”) we distinguish between copies of one or another date, mint or assayer, within what we call “type currency” with a particular design of front and back, with a weight and fixed assay value and a denomination (nominal value in monetary units) determined. In this sense, a collector of “types” (type coins) continued to have a peninsular coin of 8 real of Charles IV, making abstraction of the date or the mint in which it had been minted; while a collector of which we are calling “types of coins, would pretend in principle, to acquire many different copies as he could, with deferent date, assayer or mint, within this specific type of currency”: the 8 peninsular real of Charles IV. In his turn, within each type of coins with the same date and mint, the collector could have (and often has, have been improving the preservation of each type of coins) concrete “coins”, in a certain grade of conservation, with its virtues and specific defects.

Therefore we attach market prices to the concrete “coins” shown in the figures that we are analysing, so that the collector can make an idea of the impact of the specific characteristics of one determined coin (with material existence) in the determination of the average price that in 2012 it may be bought or sold; whereas what we call “values” is attached to standard types of coins (with average patina, we mentioned in the Sesterces, and with an average visibility of the identification data, we would say for the cob coins) in a certain grade of conservation, from AG to UNC.

Thus, the values of the types of more common coin within each type of currency, shall be considered as the values of this type of currency that we can consider that a currency of this kind occurs when we have a coin of any date or mint within this type of currency. In the case of the currencies we are now analysing (the Spanish, Peninsular and American 8 real, as precedent of the dollars or the American pesos) we would solve the thorny issue (we say thorny, because it is an issue which has a very large impact in the aim of a collection) of whether currencies from one or the other mint with a design and equivalent denomination, we consider them within the same type of currency, or on the contrary consider them as different types of currency. In this sense Gadoury and Cayón, in their French and Spanish catalogues respectively, consider them including in the same type of currency, although the mints are different, while Krause and Calicó considered them within different types of coins, varying from the mint.

For our part, we will consider them within the same type of currency, when their differences of art by mint, are imperceptible and the value of the coins remains constant, as it is the case of the 8 real of the Bourbons of Madrid or Seville; while will consider them as a different types of currencies, when there is a difference of perceptible art although light and a significant variation in the price of their more common currencies, as it is the case of the American mints: Mexico, Lima, Santa Fe, Popayan or Santiago de Chile. Thus, in the tables that we include at the end of the volume we will gather in a single line, the value of the common coins of the Spanish 8 real of the Bourbons, in different conservations (from F- to AU), from Madrid or Seville, while for American currencies: cob coins, columnarios or bust of the Habsburgs and the Bourbons, we will put in different lines, as well as for the 8 cob coins of the Habsburgs, that in all of them there are sufficient differences in art that an expert can detect to which mint it belongs, just contemplating the front of a particular coin.

Already focusing these concepts and the usual use of them, we will say that the value of one type of coin in a particular conservation depends on a measure of the number of surviving copies of it, in this grade of conservation. This is what the American “population reports” of a certified coin, reflect with total accuracy, (of course, only for coins that have been certified by a particular firm). These statistics represent an invaluable tool for the collector that can thus get an idea of the number of copies that can potentially enter in the market and form an opinion about the price that should or not paying for one of these coins in a certain grade of conservation.

Unfortunately, this very detailed information is beyond our goal for any coins. However, the print runs of the types of coins by mint and year, from 1900 and in many cases also of 1800 and in the one of the French currency since 1600, the result of investigation in the national archives, that are being published in national catalogues and, in the whole world, collected in the Krause. Unfortunately, in the case of the Spanish coins prior to 1868, apart from the figures published in Krause 2002 about the coins of Santiago de Chile from 1772 and the ones of Potosí since 1800, we only have figures of the coinage of 8 real coins from the archives of the Ministry of Treasury, published in Herrera 1914.

Yet these figures we reproduce taken from the Herrera 1914, although partial, allow us a very indicative reference on the average coinages of the 8 Peninsular real coins of each monarch from Charles III to Ferdinand VII, that allows us to compare our assumptions about the relative rarity of the types of coins of each one as well as compared to the scarce available respecting to the 8 American bust real minted by the Bourbons in America, and so dispose of more elements of judgment on each type of coins of a relative rarity: the Peninsular and the American. We remember that rare, very rare, very very rare and extremely rare, we reserve them to discriminate in what we are calling type of coin. Regarding with the types of current coins, scarce or very scarce, the values that would multiply the price on the current coins, would be 1,25 and 1,5, respectively.

The figures provide by Herrera, are as the followings: 06/01/1772 to 12/31/1773 were minted in Madrid: 797.107 real of 8 from 04/01/1781 to 12/13/1982: 278.595, all this during the reign of Charles III; in 1802 were minted in Madrid: 737.849 real, in 1803: 154.065 and 1805: 679.339, all this during the reign of Charles IV; in 1914 were minted in Madrid 467.433 real 8 in 1815: 1.548.152, in 1816: 1.794.404, in 1817: 308.186, in 1917: 129.270, in 1824,: 55.984, in 1825: 22.305 and in 1830: 652.000, all this during the reign of Ferdinand VI, with the usual peninsular types for the House of Bourbon.

These figures, through a reasonable extrapolation, allow us to assume that the medium coinage of the coins of 8 real of the bust of Charles III of Madrid is about 350,000 coins per year of issue, those of Charles IV 700,000 pieces and 1,000,000 those of Ferdinand VII. These amounts, we can see that they are basically in inverse proportion to the indexes price for the 8 real of these three monarchs that we have been showing: 3 for Charles III and 1.5 for Charles IV, taking as 1, those of Ferdinand VII. In his turn, these indexes we compare with the American coins of bust of 8 real of the Bourbons, we see that is found in an approximate ratio of coinage, about those the Mexico of: 10 to 1, so it is not surprising the big price difference that reach in any grade of conservation, regarding with the Spanish 8 real.

As to the types of coins of the 8 peninsular real of Charles IV: in Madrid there are 1789, 1796, 1789, 1798, 1802MF, 1802FA, 1803, 1805, 1808FA, 1808AI and 1808IG; and in Seville: 1788, 1789, 1790, 1791, 1792C, 1792CN, 1793, 1795, 1796, 1797, 1798, 1799, 1800, 1802 and 1803. Of them, we can be considered as rare those of: 1789, 1797 and 1798 of Madrid, and those from 1788, 1789; as very rare those of: 1790 and 1797 of Seville; and as very very rare, only the one of 1796 of Seville. The more common coins with some difference, are those of: 1805 and 1808, of Madrid, and the ones of: 1802 and 1803 of Seville.

The coin of the figure 127.1 in an 8 real of Charles IV coined in Madrid in 1805 with the assayers Francisco Herrera (F) and Antonio Goicoechea (G) represented by the letters F and A. This type of coin is one of the most common of Madrid or Seville in the Peninsular 8 real of Charles IV. Its value in the 1970s was initially very low, rising suddenly over the decade in the time of the rest of this type of currencies. Thus Yriarte and Calicó value it only for $30 and $85 respectively, while Cayón passes from 10,000 pesetas in 1976 to 40,000 pesetas in 1980, price maintained until 1998. Vicenti operates in a similar way indicating a price of 5,000 pesetas in 1969 and of 20,000 pesetas in 1978. Peiro 2007 valued it to €200 in F and €400 in XF.

Again to get idea of the high valuation of these coins in the 1970s, we will say that in the above-mentioned auction of Geneva, a coin of this kind in XF came with a price of 1.500FS (40 pesetas per FS in 1974). This coin is heavily cleaned, especially on its front, which has contributed to an increased wear of the weak wig of the monarch. This has made disappearing the lines of the hair of the part of the wig on the ear of the king, that not allow to overcome the VF grade, despite the little wear that presents the back. Therefore the value and the market price of this coin is €350.

The coin of the figure 127.2 is exactly of the same type as the previous figure. In this case the coin is already in 1 third of grade above the previous one, this is VF+ that being uncleaned it retains a greater detail in the lines of the hair in the place that we mentioned before. In addition, in this case the coin has not been cleaned, so it retains much of its original brightness. Anyway, the coin cannot reach even the XF- grade, certainly not all the lines of the king’s wig are visible and in addition there is mark of wear in the higher parties of the back, as the heads of lions and the bases of the castles. Therefore, its price in VF+ would be of €400. As regards for the market price, we will have to decrease this value of 25% according to the stripes on the head of the monarch, although they are minting weight adjustment, lowering its beauty, and therefore, its price.

The coin of the figure 127.4 is an 8 real of Charles IV coined in Madrid with the assayers Antonio Goicoechea (A) and Urquiza Idelfonso (I). This coin reaches for the majority of the authors, a value something more than the one of 1805 in Madrid. However we will consider it with a similar rarity. This coin retains much of its original brightness with very little wear on its higher parts, as the king’s wig. We have to note the existence that tends to be called sour silver consisting in the opening of slight cracks in the surface of the coin, by the blow of steering wheel, during the coinage. To be nearly imperceptible the wear on the front and the back, but not distinguish clearly all the stripes of hair, its grade of conservation is XF. In this way, its value and market price will be €500.

The coin of the figure 127.3 is of the same type than the previous one, so it only varies its value depending on its conservation than in this case reaches the XF+, which would give us a value and market price of €575.

The coin of the figure 127.5 is an 8 real of Charles IV coined in Seville in 1788 with the assayer Carlos Jimenes (C). This type of coin corresponds to the first year of coinage of Charles III. Being coined in the year in which he began his reign, the number of coins minted is relatively small, having been minted also in this year, last copies of Charles III, until the moment of his death is therefore that most of the authors considered as rare, indicating a price approximately twice than the one of most of the types of coins of 8 real of Charles IV of Seville.

Thus Yriarte valued it for $130, Calbetó 1970 considers it as very rare (rr) with $275. Cayón and Calicó follow this same trend with values of ÑP40,000 in 1976, P120,000 in 1980 and P130,000 in 1998 for Cayón and P90,000 in 1981, P90,000 in 1994 and €150 in 2008, for Calicó. Vicenti quadrupling its price between 1968 to 1978, passing from P20,000 to P80,000. Also Peiro 2007 considers a higher value for these coins, the triple the most common of Charles IV: €600 in F and €900 VF. In this sense it also abounds Krause 2002 with €275 in VG, €550 in F, €900 in VF and €1,200 in XF.

The starting price of this type of coin in the aforementioned auction is also very high, FS3.000 in VF. The present piece retains a large amount of original brightness, but more due to its coinage that to the absence of movement. This movement has left its mark not only in the central part of the front, which have erased much of the details of the wig and the decorations of the king, but also on the higher parts of the castles and the lions of the back. Therefore its grade is VF-although its original brightness can make us think otherwise. Therefore its value in VF- would be the double of the one of the common coins (€350 in VF-) being considered as very rare, reaching a value and a market price of €700.

 

Ultima modificacion el Martes 11 de Febrero de 2014 11:31
Ernesto Gutiérrez Guinea

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