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Jueves 28 de Febrero de 2013 22:29

EL PSOE EN LA ENCRUCIJADA II *

por Juan Pedro Escanilla
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Aunque no tienen una base jurídica que los establezca, es habitual, aunque no sistemático, celebrar en nuestro parlamento debates sobre el llamado “Estado de la Nación”. En ellos, el presidente del gobierno explica su gestión y los grupos parlamentarios la ensalzan o critican según su posición. Está claro que el segundo papel estelar corresponde al llamado jefe de la oposición, lo que convierte el asunto en un combate de jefes y, aunque no hay un sistema objetivo para saberlo, ni se prevén otras votaciones que las que se deriven de las propuestas de resolución de unos y otros, hay una tendencia general a preguntarse quién ha ganado el debate y a esa pregunta suele responder el CIS con una encuesta cuyos resultados vienen a ser el jurado inapelable.
Este tipo de encuestas me parecen poco fiables porque tienen una cierta tendencia a reflejar las fidelidades del momento más allá de hechos objetivos, algo que se ve claro cuando se contemplan los datos ventilados por afinidad política. No obstante, creo que es obligado señalar el porcentaje tan bajo de los que piensan que Rubalcaba ha ganado el que acaba de terminarse.
Supongo que puede decirse que Rajoy no ha ido tampoco muy lejos y que juntos no llegan ni al 50% de los votos, algo que debería hacer reflexionar a todos. Pero lo cierto es que nunca en la historia del PSOE se había estado tan abajo y eso a pesar de un PP minado por los escándalos, las protestas y la sombra de un Bárcenas que crece a ojos vista.
Muchos le echarán la culpa al propio Rubalcaba, empezando por todos los que sueñan con ser Califa en lugar del Califa aunque sea de un califato reducido a una taifa. No creo que sea el enfoque adecuado: Rubalcaba es un hombre honesto y competente aunque es verdad que le falta carisma pero quizás uno de los problemas del PSOE sea precisamente haber descansado alegremente en líderes carismáticos.
Que la persona que representa a la máxima jerarquía del PSOE se lleve un revolcón en la opinión pública me parece relativamente lógico, visto lo visto. Más sorprendente es que Beatriz Talegón, cuyo video criticando a los dirigentes de la internacional socialista ha dado la vuelta al mundo, sea abucheada y expulsada de una manifestación, protegida por la fuerza publica.
El dramático significado de ese abucheo se resume de forma muy simple: hay una franja importante de gente que piensa que ni siquiera un PSOE eventualmente renovado les va a resolver los problemas.
Pero seria un error creer que este rechazo se debe únicamente al hecho de que la imagen actual del PSOE esta pintada con los brotes verdes, las reformas exprés de la Constitución o los indultos a banqueros. Esas cosas tienen ciertamente su importancia, pero si sólo fuera eso la solución seria sencilla: bastaría hacer, como piden algunos, el mea culpa y esperar que un poco de tiempo cure las heridas. Hay mucha gente en el PSOE convencida de esto.
Hay algo mas profundo debajo: durante décadas, el PSOE ha sido, con altibajos, un partido bien visto, y no solo por la izquierda, porque era un partido estructurador del sistema y por eso recibía el aprecio de la gente de talante conservador (sí, también hay conservadores de izquierdas). Porque sus gobiernos apuntalaban el modelo que la gente quería mantener al tiempo que lo hacían avanzar más o menos deprisa.
El problema es que ese modelo se está viniendo abajo en esta pesada atmosfera de fin de reino, crisis y corrupción y el PSOE ha sido incapaz de anticipar el movimiento, de forma que ya es visto por muchos como un estorbo más en la inevitable tarea de desescombro constitucional. Me entristece profundamente la impotencia de un hombre al que admiro, Alfredo Pérez Rubalcaba, para vencer la esclerosis de ese complejo entramado de intereses que compone la estructura del PSOE.
Decía un conocido mío de la agrupación de Salamanca que los cargos orgánicos, administrativos y de representación son como patas de una silla. Cuando tienes una, estas inestable, dos te dan cierta seguridad y con tres no hay dios que te mueva. Yo suelo añadir que hay muchos que prefieren ser diputados del partido de la oposición que simples militantes del que gobierna.
El tiempo, las listas cerradas y la tendencia a la cooptación han ido llenando el organigrama de muebles bien estables: Muchas patas tiene que serrar Rubalcaba si quiere salir de ésta y colocar al PSOE en el futuro.

 

Ultima modificacion el Miércoles 13 de Marzo de 2013 13:25
Juan Pedro Escanilla

Juan Pedro Escanilla

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