Martes 06 de Septiembre de 2011 17:17

70. Evolución de los precios de los 4 reales peninsulares de Felipe IV

por Ernesto Gutiérrez Guinea
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A nadie que haya ojeado con asiduidad catálogos de subasta donde aparezca suficiente número de piezas de 4 Reales peninsulares correspondientes a los reinados de Felipe III y Felipe IV le puede pasar desapercibido el hecho de las muy diferentes frecuencias con las que aparecen las piezas de cada uno de estos reyes. La misma impresión se obtiene si hacemos un recorrido por convenciones numismáticas en España, Europa, o América. Por cada ejemplar de Felipe IV que encontremos habremos visto varios de Felipe III y, en general, la conservación media de éstos es aproximadamente de un grado mas, y además los módulos de las piezas de Felipe IV suelen ser mas pequeños y su acuñación, en especial la de Sevilla, está mucho mas descuidada, por lo que la probabilidad de que la fecha sea visible es bastante mas pequeña que en el caso de las piezas de Felipe III.
Para poder aportar algún dato que contraste empíricamente esta situación podemos acudir una vez mas a la subasta CAYON 2000 en la cual se ofreció en venta una colección muy numerosa de piezas de 4 Reales de la Casa de Austria, en la cual figuraban 125 ejemplares de 4 Reales peninsulares de Felipe III y solamente 30 ejemplares de Felipe IV. Es decir que la proporción era aproximadamente de 4 a 1. También en el catálogo de la colección Casanovas, especializadas en piezas de Felipe IV rematada por AUREO en 14 de enero de 1982 podemos observar el escasísimo número de ejemplares de 4 Reales peninsulares incluidos en la colección totalizando menos piezas que las de 8 Reales peninsulares.
Es por ello que no podemos estar de acuerdo con la valoración de las piezas de 4 Reales peninsulares de Felipe IV que en las ediciones de CALICÓ tienden a alcanzar precios mas bajos que las piezas correspondientes de Felipe III. En las ediciones de CAYON  se corrige algo esta tendencia en base a fijar valores medios entre ambos tipos de piezas. Probablemente esta subestimación del valor de las piezas de 4 Reales peninsulares de Felipe IV proviene de las estimaciones de rareza y precios que realizó PELLICER en 1971, quizá por haber tenido ocasión de observar colecciones en las que las piezas de Felipe III se encontraban subrepresentadas.
Esta situación es especialmente llamativa en el caso del KRAUSE 2002  que a nuestro juicio valora muy ajustadamente las piezas de Felipe III acuñadas en las diferentes Cecas peninsulares que operan en este reinado, en 4 grados de conservación de VG a XF, pero que en el caso de las piezas correspondientes de Felipe IV, fija unos valores del orden de la mitad, en cualquier grado  de conservación.
Así, como tenemos que piezas como el 1627 o el 1634 de Sevilla (FIGURAS 64.4 y 64.2) se valoran en 50$ en VG, 100 $ en F, 185$ en VF y 350$ en XF; o sea que se está suponiendo que es posible, o al menos lo era en 2002, el obtener una pieza como éstas en XF por un precio aproximado de 250€, lo que en verdad parece difícil, cuando la mayor parte de los coleccionistas y de los comerciantes numismáticos especializados en Macuquinas han tenido ocasión de observar muy raramente una moneda de este tipo en esta conservación, en cualquier circunstancia de tiempo o lugar.
Ciertamente, existen piezas de 4 Reales de Felipe IV que no son difíciles de encontrar, en concreto las fechas de Toledo de 1622 a 1624, pero ésto no es mas que una excepción que confirma la regla. Nosotros estimamos que, en efecto, la rareza de las piezas de Toledo de 4 Reales de Felipe III y Felipe IV son equivalentes, alcanzando un valor en F del orden de 200€, pero éste no es el caso de las piezas de Sevilla donde estimamos que el valor de las de 4 Reales de Felipe IV es de unos 400€ en F, frente a las de Felipe III, mas fáciles de encontrar en especial las del Ensayador V, con un valor de unos 200€ en F.
En cuanto a las piezas de Madrid y Segovia mas fáciles de encontrar: el 1621V de Felipe III y el 1651A de Felipe IV para Madrid y el 1611A de Felipe III y el 1625R de Felipe IV para Segovia, estimamos que su valor es equivalente, ésto es, unos 400€ en F, es decir el mismo valor de las piezas de Sevilla de Felipe IV y el doble del valor de las de Toledo de Felipe III y Felipe IV.
Respecto a las piezas de Granada, relativamente fáciles de encontrar las de Felipe III y muy difíciles las de Felipe IV, consideraremos las primeras como raras, con un valor de 400€ en F, y las segundas como muy raras, con un valor de 800€ en F, mismo valor que estimamos para la única pieza fechada de Burgos conocida, el 1651BR de Felipe IV, una de las grandes rarezas de la serie de los 4 Reales Macuquinos peninsulares. Este valor, 800€, también lo asignaremos a la escasas piezas conocidas de Valladolid de Felipe III, todas ellas anteriores a 1616.
En cuanto a piezas de Valladolid fechadas en 1651, durante el reinado de Felipe IV, aunque es posible que existan, probablemente con un arte similar al de las piezas de 8 Reales, no podemos afirmar que efectivamente fueron acuñadas por no haber tenido ocasión de poder observar ninguna con Ceca segura, ya que los ejemplares reproducidos en algunos catálogos en los que no se puede leer la marca de Ceca, el tipo de diseño de la fecha y de los leones y castillos es muy distinto del empleado en el grabado de los 8 Reales de Valladolid de 1651, por lo que creemos que no fueron acuñados en esta Ceca.
La pieza mostrada en la FIGURA 70.1 corresponde a un 4 Reales de Felipe III acuñado en Segovia en 1611 con el Ensayador Andrés Pedrera identificado por la sigla A. Las acuñaciones de Segovia de 1611 y 1612 con el Ensayador A tienen una factura de grabado extremadamente cuidadosa que nos recuerda el arte empleado en las emisiones coetáneas efectuadas  en esta misma época en el Ingenio de Segovia mediante la producción por el sistema de rodillos en la Casa de Moneda situada a orillas de rio Eresma.

                                          

FIGURA 70.1


Aunque estas monedas, los 4 Reales Macuquinos de 1611 y 1612, fueron acuñados a martillo en la llamada Casa Vieja, si observamos un ejemplar en suficientemente buena conservación, podremos apreciar en el anverso todos los detalles de las figuras que aparecen en los distintos cuarteles. Igualmente, la marca de Ceca, ascendente en vertical con 3 arcos, es enteramente semejante a la de las piezas acuñadas a rodillo. También los caracteres empleados en las leyendas de anverso y reverso son de un acentuado clasicismo enteramente semejante al de los ejemplares de Ingenio. Particular identidad con éstos, se da en el tipo empleado para los castillos y leones que se pueden observar perfectamente en la pieza de la FIGURA 70.1, ya que el estado de conservación del reverso, lo permite. Los leones son rampantes y con las garras delanteras en la misma vertical y las traseras en la misma horizontal, mientras que los castillos tienen un frente en dos planos y ventanas en la parte central, en forma similar a los utilizados en piezas como el 8 Reales de Madrid de 1620 y los ejemplares del Ingenio de la época, así como el de los Cincuentines.
La pieza mostrada en la FIGURA 70.1, tiene un desgaste producido por la circulación limitado exclusivamente a las partes mas altas de la moneda, como el escudete de Portugal y la parte central de la corona sobre el escudo, mientras que el aparente desgaste del león inferior izquierdo del reverso, corresponde a falta de presión en la acuñación y no al uso de la moneda. La calidad de la acuñación de las fechas 1611 y 1612, no se da en fechas anteriores y posteriores de Felipe III de otros Ensayadores, por lo que no debe extrañarnos que corresponda al Ensayador Andrés Pedrera que posteriormente actuaria como  tal en el Ingenio Segoviano desde 1617 a 1621 cuando éste produce piezas con diseño de grabado similar.

                                          

FIGURA 70.2


La pieza que aparece en la FIGURA 70.2 es un 4 Reales acuñado en Burgos en 1651 a nombre de Felipe IV con el Ensayador Bernardo de Pedrera (BR entrelazadas). Esta es, quizá, la pieza mas rara de los 4 Reales peninsulares de Felipe IV con la posible excepción de 1621 de Granada del cual conocemos un único ejemplar, con la fecha y el Ensayador muy claros, pero tal como puede apreciarse contemplando su fotografía, con las dos primeras cifras romanas del numeral del rey (II) no legibles, por lo que aunque en los catálogos se suele atribuir a Felipe IV, creemos que no es posible realizar la asignación a Felipe III o a Felipe IV problema  que siempre se plantea con el año 1621 en el que cambia el monarca, cuando el numeral del rey no es visible en su integridad.
La pieza de 1621 de Granada se adjudicó en 290.000 P en la subasta CAYON 2000, habiendo formado parte de la venta pública de la colección CAYON de 4 Reales peninsulares de los Austrias. Esta pieza es reflejada en fotografía tanto en CALICÓ como en las diferentes ediciones de CAYON.
En cuanto al 1651 de Burgos, esta misma pieza fue adjudicada en la subasta de CAYON del 13 de diciembre de 2001 por un precio de 200.000 P, advirtiéndose en el catálogo que no figuraba en la colección CAYON y que sus autores solo conocían la existencia de otro ejemplar. Este otro ejemplar, con los 4 dígitos de la fecha visibles, es el que tras su publicación en PELLICER 1971 viene apareciendo en las sucesivas ediciones de CALICÓ y CAYON, con la excepción de CALICÓ 2008  en la que ya se recoge la reproducción fotográfica que, cedida por su actual poseedor, mostramos en la FIGURA 70.2. Nosotros consideramos esta pieza como muy rara, pero no como rarísima (con valor doble), categoría que reservaríamos para el 4 Reales no fechado de Felipe II de Cuenca o las acuñaciones de 4 Reales de Segovia tipo OMNIVM.
La pieza tiene visibles todas las partes substanciales de diseño, incluyendo cierto detalle del escudete de Portugal, las ventanas de los castillos y las cabezas de los leones del reverso, por lo que la consideraremos como VF-, ya que el vano que afecta a la corona en el anverso y la parte superior izquierda del reverso es producto de poca presión de acuñación y no a desgaste. Por tanto, el valor que le correspondería conforme a la escala usual que venimos empleando seria de 340€ como VF- multiplicado por 4, como pieza muy rara, dando un valor de 1.260€.

                                      

FIGURA 70.3


La visibilidad de los datos identificativos de la pieza, consideramos que es un claro ejemplo de los que venimos llamando visibilidad normal, visibilidad para la que venimos aplicando la escala de 100€ en VG a 800€ en XF para las piezas comunes de 4 Reales Macuquinos peninsulares. En este caso son completamente visibles Ceca, Ensayador, el tercer dígito de la fecha (5) y la mitad inferior del último (1). Por tanto, su precio de mercado sería también de 1.260€.
La FIGURA 70.3 muestra un 4 Reales acuñado en Sevilla a nombre de Carlos II con el Ensayador Manuel Manso, representado por la sigla M. Esta moneda pertenece a la serie de las llamadas “Marias” a causa de presentar en su anverso un monograma consistente en una M y una A enlazadas, sobre el que se sitúa una cruz que lleva a la izquierda la letra R (reales) y a la derecha la denominación en reales (8). En la parte inferior izquierda figura la fecha (de 1687 a 1694) que en la mayor parte de los ejemplares conservados no es visible a cause del escaso tamaño del cospel. En el reverso figura escudo coronado cuartelado con los castillos y leones característicos del Reino de Castilla y León, figurando en el pie del escudo una granada, emblema de ese Reino. Alrededor de todo ello, figura la inscripción CAROLVS II D G HISPANIAR REX / PROTECTIONE VIRTVTE que prácticamente nunca presenta ningún carácter visible.
Estas piezas son autorizadas por la Pragmática  de 14 de octubre de 1686 que da un paso mas en la devaluación de la moneda llamada de vellón (acuñaciones en cobre, cuyo valor se expresa en maravedís)  haciendo corresponder a esta nueva serie acuñada en plata, expresada en reales, un peso inferior al de los antiguos Reales (bajando el Real de a 8, de 27´6 gramos a 22´08 gramos). De esta manera el Real de a  8 tradicional de evaluaba en 12 reales de vellón, con un valor de 34 maravedís cada real de vellón, lo que antes representaba un Real de plata. Al propio tiempo, el nuevo Real a 8 tipo “María” se evaluaba en 15 reales de vellón o sea 510 maravedís. Esta disposición supuso  el establecimiento del maravedí como una auténtica moneda de cuenta que, aunque no se acuñaba, era utilizada en la mayor parte de los contratos entre particulares y cuentas públicas, siendo variable dependiendo de las circunstancias económicas, la cotización en maravedís de los Reales de a 8, tanto antiguos como nuevos, que continuaron acuñándose en España como en América (solo los de tipo antiguo).
La atribución de la pieza a Sevilla en lugar de a Madrid, podemos hacerla ya que en las de Madrid, la R y el 8 ocupan posiciones cambiadas respecto a la cruz (8 R, en lugar de R 8). De la fecha puede apreciarse la parte inferior del tercer dígito y la práctica totalidad del último. La difícil visibilidad de la fecha hace que estas piezas alcancen altas valoraciones, siendo inédita la fecha 1691 y valorándose en CALICÓ 2008 la fecha 1689 en 1.200€ y en CAYON 1998 en 90.000 P. Nosotros consideraremos a la pieza como muy rara por la citada difícil identificabilidad de los datos.

                                         

FIGURA 70.4


En cuanto a la conservación, aunque la pieza conserva la totalidad de la pátina original, lo cual hace agradable su aspecto, el desgaste afecta a la generalidad de su relieve (en especial a los leones y castillos) por lo que consideraremos  la pieza como F-, con un valor por tanto de 4 veces 170€, o sea 680€, aunque la escasa visibilidad de los datos (justo al límite para poder identificar la pieza) y el fallo de acuñación en el anverso baja su precio de mercado a 350€.
La pieza mostrada en la fotografía de la FIGURA 70.4 corresponde a un 4 Reales de Felipe II acuñado en Segovia en 1593 con el Ensayador Juan de Ortega, representado por la letra I. La marca de Ceca está constituida por un acueducto de factura muy tosca, situado en la parte inferior izquierda del escudo del anverso, justo debajo de la sigla del Ensayador, una I con un pequeño 0 encima. La fecha está indicada exclusivamente por sus 2 últimos dígitos, en este caso 93, de los cuales solo es visible su parte superior. Estos dígitos se sitúan en vertical en la parte superior derecha del escudo.
Estas piezas presentan generalmente defectos de acuñación, como en este caso, que dificultan la visibilidad de la fecha, contrastando estas acuñaciones de la llamada Casa Vieja con las acuñaciones a rodillo, de extraordinaria calidad, producidas en el llamado Ingenio de Segovia.
Pese a los defectos de acuñación, esta pieza tiene un desgaste muy pequeño, conservando incluso parte del brillo original, prácticamente sin gastaje en el reverso, y afectando solo a la parte alta de los leones y castillos y las flores de lis del dibujo del anverso, por lo que graduaremos a la pieza como VF-. La valoración de estas piezas CALICÓ 2008 (1.000€) y CAYON  1998 (80.000 P) es muy alta, opinión que no compartimos, considerándolas de una rareza similar a las de Sevilla o Toledo de la época, con un valor de 340€ en VF- que reduciríamos a 100€ como precio de mercado, por los problemas de visibilidad y defectuosa acuñación que hemos apuntado.

                                          

FIGURA 70.5


La FIGURA  70.5 muestra un 4 Reales de Felipe II acuñado en Valladolid en 1592 con el Ensayador identificado por la letra D con un pequeño 0 encima. Estas piezas de Valladolid son de una factura bastante semejante a las de Segovia de esta época, si bien con una acuñación algo mas cuidada. Las piezas de Valladolid no fechadas son bastantes mas raras que las de Sevilla y Toledo de este tipo, aunque no se puede decir lo mismo de las monedas fechadas, que en nuestra opinión son de una rareza prácticamente equivalente a las piezas comunes de Sevilla, Toledo o el 1595 de Granada.
En esta moneda, la fecha del anverso (ya que algunas de ellas también incorporan los 2 últimos dígitos de la fecha al final de la leyenda del reverso) formada por sus dos últimos dígitos, se sitúa en vertical en la parte superior a la izquierda del escudo del anverso. La Ceca, identificada por 2, 3 o 4 jirones horizontales (3, en este caso), se sitúa debajo de la fecha  y la denominación, a la derecha del escudo. La pieza tiene desgaste generalizado pero suficiente relieve, por lo que la consideraremos como F+. El ejemplar tiene doble acuñación lo que dificulta la visibilidad de la marca de la Ceca que para apreciarla hay que tener en cuenta que la fecha 92 corresponde la primera acuñación, y la marca de Ceca, a la segunda. A F+ le corresponderá un valor de 270€ considerando a la pieza como usual. Este valor debemos bajarle en un 40% aproximadamente, a causa de la doble acuñación y a las oxidaciones del reverso, lo que nos daría un precio de mercado de 165€

Ultima modificacion el Martes 06 de Septiembre de 2011 18:39
Ernesto Gutiérrez Guinea

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